Sergio Fernández Riquelme: “Vivimos una guerra política y cultural entre ‘globalistas’ y ‘soberanistas'”
Raúl González Zorrilla.- Sergio Fernández Riquelme, profesor titular de la Universidad de Murcia y director de la revista La Razón Histórica, historiador y doctor en Política Social, acaba de publicar bajo el sello editorial de La Tribuna del País Vasco su último trabajo, el libro Perfiles Identitarios, “un sencillo mosaico de líderes soberanistas actuales y futuros, desde los movimientos que han llegado al poder a los que se han quedado a las puertas, desde los partidos que han plantado la semilla identitaria a los que han sido simple flor de un día. Mosaico, eso sí, complejo y plural, más allá de lo que muchos creen y de lo que los medios de comunicación dominantes nos hacen creer”.
¿Qué objetivos se planteó a la hora de escribir este libro?
Fundamentalmente, dar a conocer, historiográficamente, el devenir y el impacto de estos movimientos identitarios en el mundo occidental, analizar sus éxitos y fracasos, señalando sus diferencias y puntos en común, su ideosincrasia nacional y las plataformas compartidas.
Todos los líderes políticos retratados en Perfiles Identitarios parecen tener orígenes y evoluciones muy diferentes. Pero, ¿qué comparten todos ellos? ¿qué tienen en común?
Todos ellos comparten, a mi juicio, un elemento que permite englobarlos en una concreta categoría de interpretación histórica, social y política: la reacción nacional a la identidad homogeneizadora del globalismo liberal-progresista, desde sus propias tradiciones políticas, sociales y culturales, con una concepción más o menos similar sobre los “valores tradicionales” y la primacía de los ciudadanos nacionales, con una posición semejante en el control de las fronteras y en el rechazo de las políticas de sustitución multiculturales, y ciertas coincidencias en la convicción de un mundo multipolar (geopolíticamente hablando).
Si tuviera que definir con una sola frase a cada uno de los líderes identitarios retratados en su trabajo, ¿cuál sería esta?
Donald Trump sería el peculiar e impactante regreso del “excepcionalismo” identitario norteamericano, ahora en clave muy mediática; Viktor Orbán, el líder del pretendido mundo cristiano y conservador europeo frente a la Unión Europea; Jair Bolsonaro el proclamado mesías del emergente evangelismo político iberoaméricano; Jarosław Kaczyński, la fortaleza inesperada del nacionalismo católico y social polaco; Alternativa para Alemania, la opción nacionalista más allá de la CDU y más allá de la historia condenatoria germana; la saga Le Pen, la eterna alternativa soberanista europea y francesa (en clave republicana y laicista); Matteo Salvini, la transformación exitosa y directa del soberanismo nacional y regionalista italiano; y Vox la incógnita sobre el futuro movimiento identitario español, en la cantidad de votos y en la calidad de su impacto.
¿Cómo ve usted el futuro a medio y largo plazo de Europa y de la civilización occidental? ¿Qué porvenir espera a nuestros hijos?
Toda civilización tiene fecha de caducidad; así nos lo muestra la Historia. Unas cambian y otras desaparecen, en función de la capacidad de sus elites para equilibrar tradición y modernidad en los procesos de desarrollo. Y cuando una sociedad decide abandonar o transformar radicalmente las primeras verdades (de la naturaleza ambiental, societaria o humana) la capacidad de adaptación es cada vez menor. Occidente parece caminar hacia un nuevo horizonte histórico donde algunos estratos sociales vivirán más y mejor, a costa de buena parte de la población con menos derechos y bienestar, con trabajadores autóctonos o foráneos convertidos en meros productores y consumidores sin capacidad de reivindicación y sin identidades cohesionadoras, con amplias zonas despobladas o convertidas en meros lugares turísticos para esos estratos, y con problemas medioambientales crecientes producto del sistema vigente. Los hijos de Occidente (que serán cada vez menos por la crisis demográfica), fuera de esos estratos dominantes (que eliminarán progresivamente los mecanismos de ascenso social) posiblemente vivirán con más ocio y cosas materiales de usar y tirar para no cuestionar el sistema que cada vez más desprecia su herencia, y con menos valores y principios morales para no crear alternativas a dicho sistema que consume nuestro patrimonio natural.
¿Estamos en medio de una guerra no declarada entre Identitarismo y Globalización?
Por supuesto. Es una guerra política, económica y, sobre todo, cultural, entre los “globalistas” ligados al llamado “liberalismo progresista” (que une a las antiguas izquierdas y derechas en un consenso partitocrático en defensa del sistema), y los “soberanistas” (más plurales de lo que parece y muy complejos en su discursos), que más allá de las diferencias nacionales o estratégicas entre ellos, comparten el objetivo de la independencia de su propia patria en función de los valores que consideran tradicionales.
¿En qué nuevos proyectos literarios está trabajando?
En estos momentos estoy trabajando en un próximo libro sobre el desarrollo humano sostenible. Un libro que explica, muy personalmente, un paradigma alternativo a los modelos publicitarios e ideológicos actuales (como el creado en torno a la figura de Greta Thunberg), y fundado en las primeras verdades naturales del ser humano, imprescindibles para recuperar aquello que nos permite vivir con menos y con más solidaridad: familia, comunidad y soberanía. Pero no como repertorio de soluciones técnicas (de las que hay reputados expertos) sino desde la reflexión sobre la reforma moral y social que puede permitirnos, desde la experiencia pasada, adaptarnos a los cambios que se avecinan, y que, en mi opinión, es básica para fundamentar un verdadero “desarrollo para todos los hombres y para todo el hombre” (del que hablaba Benedicto XVI en Caritas in veritate).
El sistema financiero mundial y los medios de comunicación y entretenimiento ya son globalistas de facto. Así, el consumidor-ciudadano soberanista ya sabe que, si no comulga con el globalismo, tendrá mal futuro en lo económico y en lo social.
Señor Sergio Rikelme, creo que es intencionadamente malévolo usar eufemismos como “identitarismo”, cuando se ha de usar términos exactos como “xenófobos”… Partiendo de una base tan clara, todo lo demás queda desprestigiado… No obstante, y trasladando esto con, por ejemplo, el pueblo catalán, podríamos concluir lo siguiente: Hace dos años ese mismo pueblo salió a defender una convocatoria a un plebiscito popular sobre la independencia con importantes movilizaciones. La respuesta del Estado Español fue la represión. La respuesta popular: la huelga general convocada por CSC, IAC, CGT, CNT, Solidaridad Obrera y otras organizaciones del campo popular. Por su parte, un… Leer más »
Indocumentación programada desde TV3?
Esta no es la manipulación educa-informativa que me pone. Cambio de canal.