Murió el abuelo que había sido abandonado por su propio hijo en un bar
Hilda y Hugo conmovieron a la Argentina el pasado mes de junio pasado. Este matrimonio de abuelos fue desalojado de su apartamento por falta de pago y sufrieron el abandono de uno de sus hijos en un bar. La historia se hizo conocida y despertó muestras de solidaridad en todo el país.
Pese al «nuevo amanecer», como Hilda le confesó haber vivido al diario argentino Clarín, volvieron a llegar las malas noticias.
El 20 de octubre pasado, aquejado por una afección cardíaca, Hugo falleció. Tenía 93 años. La noticia se conoció este sábado. Su hijo, el mismo que los cobijó durante un mes en su casa, tomó la decisión de que regresara a una residencia para que compartiera los últimos días con su esposa, el amor de toda una vida.
«Tenía un problema cardíaco bastante complicado que se ve que nunca se había hecho tratar. Acá le detectamos una insuficiencia cardíaca, lo hicimos tratar, pero tuvo un infarto dos días después de salir de la internación», explicó a Clarín Gabriela Alabern, directora de la residencia.
Hilda continuará alojada en el hogar. Antes compartía la habitación con Hugo. Había sido una de las condiciones que pidió para ser alojada en ese lugar. «El se despierta y mira que yo estoy ahí. Yo me despierto y él está ahí. ¿Qué más podemos pedir?», explicaba hace unos meses. Ahora está junto a otra mujer de la que se hizo amiga.
La mujer, de 89 años, conserva un buen estado de salud. Uno de sus hijos, el que los recibió en su casa, la visita cada domingo y estuvo acompañando al padre mientras permaneció internado. El otro, quien vivió toda la vida con ellos y los abandonó en el bar cuando los desalojaron, está en situación de calle, descarta cualquier ayuda y cada tanto pasa por el hogar. «Ella quiere verlo. Lo adora, es su hijo», explican.
No hay nada más cruel que pasar toda la vida trabajando por los hijos y que a la vejez, te tiren a la calle como un perro. El que hace eso con un padre, ni es cristiano ni es un hombre. Merece el peor de los castigos
Hablando claro, el que hace eso es un hijo de la gran puta como uma catedral de grande y merece castigo sin fin aquí y en las eternidades. Punto.