En la imagen, un bote inflable intenta cruzar el mar Mediterráneo hacia Italia con 47 inmigrantes africanos a bordo.

Por Judith Bergman.- Una de las redes criminales de más rápido crecimiento en Europa es ahora la mafia nigeriana, que está extendiendo sus actividades delictivas por todo el continente. Se compone de grupos rivales como Black Axe, Vickings y Maphite. Más recientemente, las autoridades de Italia, Francia, Alemania, los Países Bajos y Malta llevaron a cabo una operación internacional dirigida a dos de las principales organizaciones de la mafia nigeriana. La policía acusó a las bandas de tráfico de personas y drogas, robo, extorsión, violencia sexual y prostitución.

Según una información del Washington Post de junio de 2019 sobre la mafia nigeriana en Italia:

“Controlan territorio desde Turín, al norte, hasta Palermo, al sur. Hacen contrabando de drogas y trafican con mujeres, utilizándolas como prostitutas en las calles de Italia. Encuentran nuevos miembros entre la casta de inmigrantes rebeldes, reclutando ilícitamente en los centros de asilo administrados por el Gobierno italiano”.

La mafia nigeriana, según el reportaje, está “traficando con decenas de miles de mujeres”. Los servicios de inteligencia italianos lo considera “la más estructurada y dinámica” de cualquiera de las entidades criminales extranjeras que actúan en Italia, según el Washington Post.

Algunos expertos dicen que hasta 20.000 nigerianas, algunas de ellas menores, llegaron a Sicilia entre 2016 y 2018, con las que se traficó en cooperación con nigerianos en Italia y en su país de origen.

No es de extrañar que la organización nigeriana haya cobrado tanta relevancia en Italia: el país ha sido una de las puertas de entrada de Europa para los inmigrantes.

Lo que distingue a las redes criminales nigerianas es su tremenda brutalidad: la policía italiana ha explicado que utilizan “la guerra de guerrillas urbana” para no perder territorio en Italia, y su uso de los rituales vudú. Según un informe de julio de 2017 de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU, las víctimas del tráfico sexual hacen un juramento “sellado con un ritual vudú o un rito de iniciación (la víctima se compromete a cumplir su acuerdo)” a sus traficantes y también tienen “miedo a las represalias de los traficantes contra los familiares de la víctima en el país de origen”.

Según el informe de 2017 de la OIM: “En los últimos tres años, la OIM en Italia ha visto un aumento de casi el 600% en el número de posibles víctimas de tráfico sexual que llegaron a Italia por mar. Esta tendencia al alza se ha mantenido durante los seis primeros meses de 2017, donde la mayoría de las víctimas llegan de Nigeria”.

En su informe, la OIM calculó que el 80% de las chicas, a menudo menores, que llegan desde Nigeria —cuyas cifras aumentaron radicalmente de las 1.454 en 2014 a las 11.009 en 2016— fueron “posibles víctimas de trata con fines de explotación sexual”.

La mafia nigeriana no se ha limitado a sus actividades en Italia. Se ha extendido incluso a países tan al norte de Europa como Alemania y Suecia. En Londres, un trío de miembros de Black Axe fueron hallados culpables de blanquear casi un millón de libras esterlinas, que había sido robado mediante el fraude telefónico y por correo electrónico. La mafia nigeriana, en especial la organización Black Axe, también se ha extendido a Canadá, donde un reportaje de 2015 del Globe and Mail lo describía como un “culto a la muerte” originario de Nigeria, donde se la ha relacionado con “décadas de asesinatos y violaciones, y de cuyos miembros se dice que hacen un juramento de sangre”. En EEUU, el FBI vinculó hace poco una serie de fraudes financieros con Black Axe. Según las informaciones periodísticas, “en Estados Unidos y en todo el mundo, la organización es responsable de la pérdida de millones de dólares a través de varias y sofisticadas estafas”.

En Suecia, la policía ha calificado a Black Axe de “uno de los sindicatos del crimen más efectivos del mundo”. Los medios suecos publicaron hace poco un reportaje que explica cómo actúa Black Axe: a una nigeriana de 16 años se le prometió un trabajo en Suecia como peluquera. Cuando llegó, Black Axe la obligó a trabajar como prostituta, después de haberse sometido a un ritual vudú. “Ahora tenemos tu sangre”, le dijeron los miembros de Black Axe. “Si te escapas, siempre te encontremos”.

En 2018, tres nigerianos fueron procesados en Malmö por atraer a mujeres nigerianas a Suecia con la promesa de trabajos y después obligarlas a ejercer la prostitución tras hacerlas pasar por un ritual vudú que implicaba comer un corazón de pollo crudo. Según el fiscal sueco, el ritual vudú es una forma de controlar y explotar a las víctimas de la trata, que creen en el vudú.

Se llevaron a cabo rituales similares en Reino Unido en 2018, cuando un traficante intentó traficar con mujeres nigerianas desde Nigeria a Alemania, y en España, también en 2018, cuando una red de 12 traficantes nigerianos fueron detenidos, también por obligar a las mujeres a prostituirse y hacerlas pasar por ritos vudús parecidos. En Alemania, según un reciente reportaje de Deutsche Welle, un número creciente de nigerianas acaban como prostitutas en uno de los distritos de burdeles más grande de Alemania en Duisburgo, y, según Barbara Wellner, de Solidarity with Women in Distress, “los traficantes de personas nigerianos son responsables de la trata de la mayoría de ellas”.

El número de nigerianas víctimas de la trata y la prostitución forzosa en Alemania, aunque sigue siendo bajo, ha ido creciendo en los últimos años, según un informe de marzo de 2019 de Info-Migrants. En 2013, sólo el 2,8% de las víctimas conocidas era de Nigeria. Eso ascendió al 5% en 2016 y al 8% en 2017. Según el informe, que cita a a Andrea Tivig, de Terre des Femmes, una organización de defensa de los derechos de las mujeres, los traficantes utilizan el sistema de asilo:

“He oído testimonios en Italia (…) de que los traficantes les dicen a las víctimas del tráfico de personas que soliciten el asilo y después obtengan un estatus para poder quedarse aquí en Alemania, pero pasan a ser explotadas como prostitutas”.

Las mafias nigerianas suponen sólo una parte, aunque muy problemática, del cuadro completo de bandas criminales de inmigrantes importadas en Europa. Los delitos de las bandas de inmigrantes representan una amenaza para los ciudadanos europeos. En noviembre de 2018, Naser Jader, miembro del Parlamento danés por el Partido Conservador y cofundador del Movimiento Reforma Musulmana, escribió en el periódico danés Jyllands-Posten:

“Además de una afición común por el crimen, la cultura de las bandas de inmigrantes es un cóctel de religión, filiación por clanes, honor, vergüenza y hermandad (…). Cuanto más duro y brutal [eres], más fuerte eres, y entonces generas esa autoconciencia y atraes a más [personas]”.

En Suecia, el crimen de las bandas de migrantes se ha convertido en un problema casi insuperable: algunos analistas han calificado la situación de “guerra”. Dinamarca está combatiendo cada vez más el crimen de bandas de inmigrantes. En Alemania, donde las bandas de inmigrantes son conocidas como clanes familiares criminales, las autoridades esperan tener que combatir el problema durante las próximas décadas.

En los debates sobre políticas públicas, los efectos perjudiciales de la inmigración en la delincuencia, en especial la delincuencia de las bandas, no reciben ni mucho menos la atención, si es que la recibe, que merecen. Deberían.

(GATESTONE)