Gracias coronavirus
Como Presidente de la Asociación Nacional de Víctimas de los Profesionales del Estado de Derecho (ANVIPED), desde hace años me ocupo de minimizar las desgracias judiciales de un empresario alemán afincado en España.
Este empresario tiene una edad similar a la mía, yo tengo 59 años, y es víctima de la prevaricación de un Juez de Motril, cuyo nombre voy a omitir. En mi opinión cualificada, este Juez fue sobornado por un importante despacho de abogados, como suele ser habitual, arruinando al empresario alemán. El caso es mucho más descarado de lo que he dicho, pero en este artículo no pretendo abordar este asunto.
Este alemán, me dijo que él había generado riqueza, empleo e impuestos en España, y que le parecía muy injusta su situación. Había tenido que endeudarse fuertemente para pagar el enriquecimiento ilícito de otros. Pero lo que más me llamó la atención fue que dijo que había estado engañado toda su vida, había trabajado duramente para vivir bien y ahora las corruptas instituciones le quitan todo su patrimonio y le endeudan, amenazando su presente y su futuro, dudando de que pueda salir adelante por su edad. Esa es la realidad: “había vivido engañado toda su vida” como la mayoría de la población.
Esta mañana, he hablado con tres empresarios de la hostelería de mi pueblo de montaña que vive del turismo de Madrid y esta tarde con una importante empresaria canaria. Uno de ellos me decía que la que habían montado los hijoputas del Gobierno. Cabe informar que hijoputa significa “gente mala” y que cada día hay mas gente que califica de hijoputas a las autoridades públicas, con este significado.
Los organismos internacionales ya han advertido que el coste del coronavirus va a ser muy alto y que en la Unión Europea va a significar que no haya crecimiento económico en 2020.
Es indudable que por las actuaciones institucionales van a cerrar muchas empresas se van a quedar sin empleo. Como en 2008, se dirá que la culpa fue del cha cha cha, del coronavirus en este caso; sin embargo, la culpa, de nuevo, son las prioridades corruptas del Gobierno. Los empresarios cerrarán y se arruinarán, sus trabajadores se quedarán sin empleo, pero los políticos seguirán viviendo en la opulencia, aislados de la realidad social. Me alegro.
Es pertinente recordar a los magos de la sospecha de finales del siglo 19 que creían que las instituciones no defendían el interés general, sino los intereses de las autoridades públicas y sus socios de la abusocracia.
No tengo ninguna duda de que esta crisis económica del coronavirus va a ser beneficiosa porque va a tener consecuencias históricas, debido a que el nivel de descrédito institucional lo impulsa.
Existen, al menos, tres tipos relevantes de consecuencias: por un lado, las masas (mayoría ignorante) apoyarán menos a las instituciones; por otro lado, habrá gente de mayor nivel que comprenda la estafa institucional y actúe contra ella; y, por último, fortalecerá y ayudará a los disidentes para cambiar las cosas.
“A España no la va a conocer, ni la madre que la parió…” (A. Guerra dixit).