El movimiento “habríaqueista”
El movimiento “habríaqueista” está formado por quienes en los bares, en las tabernas, en las reuniones familiares, las plazas públicas, los ámbitos laboral, político, educativo, etc. se pasan la mayor parte del tiempo quejándose y añaden: “Habría que hacer esto, habría que hacer aquéllo, habría que hacer lo de más allá….”
Cuentan que decía un sabio que: “No permitas que una acción quede en la punta de tus dedos” Sólo la acción trasforma.
En estos últimos días han sido muchos los españoles que se han desapuntado, han desertado del “movimiento habriqueista” y se han puesto manos a la obra, demostrando que, el movimiento se demuestra andando, que se hace camino al andar y que la realidad sólo se puede cambiar actuando, en lugar de quejarse y decir “habría que…”.
Hay una frase que atribuyen al diablo que, dice algo parecido a esto: “Deja que se reúnan, que hablen, que propongan ideas. Pero nunca permitas que las lleven a cabo…”
Los humanos ensayan, actúan, unas veces aciertan y otras se equivocan, y por lo general tratan de conservar, repetir lo que aprenden que funciona; también es cierto aquello de que “hablando se entiende la gente”. Sin embargo a la hora de emprender acciones concretas, son muchas las ocasiones que tanto los individuos, como los grupos, demuestran que carecen de voluntad, o mejor dicho de capacidad para elegir, optar, mover su voluntad y hacerse responsable de sus actos; algo así como si carecieran de la energía y la fuerza necesarias. Claro que, también están los que están acostumbrados a que alguien, siempre o casi siempre, decidan por ellos, y te sueltan lo de “yo no soy responsable, soy sólamente un mandado…”
La expresión “habríaqueismo” es atribuida al Papa Francisco y aparece en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium y es una invitación a salir de nuestra zona de confort, ser más nosotros mismos, implicarnos, adquirir un mayor compromiso comunitario ante los desafíos y las grandes pruebas a los que nos reta la vida; pues, esa es la única forma de cambiar el mundo, de progresar, de avanzar a mejor, de llevar una buena vida, de que la vida tenga sentido y esté bien orientada.
En estos últimos días los españoles están dando mayoritariamente un ejemplo maravilloso de lo que vengo hablando (no así sus gobernantes). Es reconfortante, digna de elogio la actitud de la mayoría de los españoles respecto del drama del “coronavirus”, es digna de aplauso la actitud de la mayoría del pueblo español que respeta las directrices que ha dado el gobierno en su declaración del “estado de alarma”, es digna de encomio la actitud de los sanitarios y de las fuerzas armadas y de las fuerzas de orden público, en la lucha contra el maldito coronavirus; aunque siempre haya estúpidos e irresponsables que, además de poner en riesgo su propia salud, están poniendo también en grave riesgo la salud de los demás. Es de agradecer la manera disciplinada que la mayoría está teniendo; sólamente así lograremos vencer al coronavirus, actuando y pensando qué podemos poner cada uno de nuestra parte, en lugar de quejarnos y decir aquello de “habría que hacer”
El pueblo español, pese a la inacción y la irresponsabilidad de los gobernantes, una vez más, como acostumbra, saldrá adelante, sencillamente, pasando de las palabras a la acción.
¡Renuncia al “habríaqueismo” y sumate a quienes con pequeñas y grandes acciones están haciendo frente al coronavirus!