Epstein y Maxwell

Ghislaine Maxwell, amiga y socia desde hace mucho tiempo del difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein, fue arrestada el jueves por la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos en New Hampshire, dijeron dos fuentes a Reuters. Al parecer, debía comparecer en la corte federal el jueves.

Maxwell ha mantenido un perfil bajo desde la muerte de Epstein, el millonario acusado de violar y traficar con niñas menores de edad durante casi dos décadas. Algunas de las presuntas víctimas de Epstein han dicho que Maxwell las atrajo a su círculo, donde fueron abusadas sexualmente por él y sus poderosos amigos. Recientemente, en el documental del caso emitido en Netflix, se mostró cómo el magnate, que consiguió hacerse millonario sin ni si quiera haber terminado sus estudios y gracias a la forma que tenía de relacionarse con la gente, creó una red de menores a las que prometía un brillante futuro profesional y a quienes «enganchaba», en muchos casos, ofreciéndoles trabajo como masajistas. Maxwell, que le ayudaba con las citas y las agendas, entre otras, ha sido siempre una sombra tras Epstein y muchas de las víctimas la han señalado como su novia.

Maxwell es una socialite británica, hija del millonario Robert Maxwell, que presentó al Príncipe Andrés y a Jeffrey Epstein. Y no solo eso. Sino que ella misma admitió que era quien contrataba a decenas de mujeres para que le dieran «masajes» al magnate en sus diferentes casas alrededor del mundo, y las autoridades la identifican como la encargada de reclutar no «masajistas», sino víctimas menores de edad para ser abusadas por el millonario. Sin embargo, desde que Epstein fuera encontrado muerto en su celda en una cárcel de máxima seguridad de Nueva York el pasado verano, desapareció. La amiga del acusado de pedofilia y prostitución de menores de edad se desvaneció como por arte de magia y el periódico británico «The Sun» llegó a ofrecer una recompensa de hasta diez mil libras (11.700 euros aproximadamente) a quien diese algún tipo de información sobre su paradero.

Hace tan solo unos meses, la que es considerada la madama de Epstein, reclamaba su herencia para hacer frente a los honorarios legales y para costear su seguridad. Desde que salió a la luz el caso ha recibido infinidad de amenazas y se ha visto obligada a contratar personal de seguridad.