El Nápoles está dispuesto a agotar todas las posibilidades para disputar su encuentro de los octavos de final de la Champions ante el Barcelona en campo neutral. La decisión de la UEFA de mantener el Camp Nou como sede de ese encuentro no ha sentido bien en la entidad italiana, que considera un riesgo viajar a Barcelona, una ciudad castigada por los rebrotes del coronavirus.

Aurelio De Laurentiis, el polémico presidente del Nápoles, ha sido el encargado de alzar la voz contra la decisión de la UEFA, a quien acusa de jugar con la salud de los jugadores y con el dinero del club: «Llamo a la UEFA todo el rato, pero es vergonzoso. Escuchas desde España grandes miedos y ellos pasan del tema. ¿Qué se tardaría en decir que jugamos en Portugal, Alemania o en Suiza?».

Tras el 1-1 del partido de ida, el Nápoles se ve con opciones de alcanzar los cuartos de final. Jugar lejos de Barcelona podría ser un incentivo añadido: «Parece que estamos en el colegio, en la UEFA nadie sabe hacer negocios, y además con nuestro dinero. Si decidieron que la Champions se juega en Portugal y la Europa League en Alemania, nosotros también podríamos ir allí. No entiendo por qué debemos ir a una ciudad que en este momento tiene grandes problemas», hurgó De Laurentiis sobre la decisión de la UEFA, basada en un informe emitido por la consejería de Salud de la Generalitat.

El Barça-Nápoles es uno de los cuatro partidos que aún han de jugarse antes de completarse los cuartos de final, que se disputarán a partido único en la sede unificada de Lisboa. Los otros encuentros son el Manchester City-Real Madrid, Juventus-Lyon y Chelsea-Bayern. La UEFA también está pendiente de la situación en Manchester, Turín y Londres. Un cambio drástico en el número de contagiosd podría hacer cambiar el rumbo de la competición una vez más.