La corrupción acorrala a Podemos
Las irregularidades y corruptelas en torno a Podemos no dejan de sucederse y cada revelación conocida con repercusiones judiciales es siempre más grave que la anterior. Podemos ha empezado a convertirse en un partido fantasmagórico en el que todo resulta oscuro y en el que nadie da la cara salvo para deslegitimar a quienes les denuncian o critican. Hoy ABC revela que la empresa mexicana Neurona, utilizada por Podemos para sus campañas de manipulación política e imagen, carece de administrador en España y que los contratos suscritos con ella son como mínimo sospechosos. El ocultismo del partido de Pablo Iglesias es sobresaliente y las indagaciones del juez que instruye su presunta financiación ilegal siguen a la espera de justificantes para determinar si hubo dirigentes del partido que actuaron como comisionistas, o si directamente se realizaron pagos ilegales en negro. A priori, un comportamiento de «casta» de manual a manos de un partido cuya contabilidad real está en entredicho.
A su vez, la justicia ha constatado irregularidades en los pagos por la construcción de su sede en Madrid. De momento, un antiguo abogado de la formación ha denunciado ya que las obras empezaron antes incluso de su licitación y que se inflaron los costes del inmueble hasta en un 315 por ciento, sin documentación que acredite el porqué. A Pablo Iglesias se le acumulan los conflictos y permanece desaparecido inflamando su victimismo desde las redes sociales. Eso sí, sin ofrecer explicaciones y alegando que ni siquiera puede disfrutar de unos días de vacaciones porque se siente perseguido y acosado. En realidad, Iglesias tiene dos problemas: a sus mentiras a prueba de jueces, une una cobardía política impropia de todo un vicepresidente del Gobierno.