“Buenos días, España”: “¿Qué habría dicho el golfo de Iglesias si Rajoy hubiese declinado dar explicaciones sobre supuestos delitos en el PP?”
El PSOE y los socios parlamentarios del Gobierno han salvado a Pablo Iglesias de tener que comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar la imputación de Podemos y de varios miembros de su cúpula por presuntas irregularidades financieras en el marco de una causa que se está instruyendo en un juzgado de Madrid a raíz de la denuncia presentada por el ex responsable jurídico del partido morado.
El programa “Buenos días, España”, de Radio Cadena Española, se ha preguntado hoy qué habría dicho la izquierda si algún dirigente del PP hubiese esgrimido los argumentos de Iglesias para negarse a dar explicaciones sobre supuestos delitos.
Los socialistas y los representantes de ERC, el PNV, EH Bildu, JxCat y Compromís, así como lógicamente los de Unidas Podemos, han votado en contra de que el vicepresidente segundo del Gobierno comparezca de manera urgente en la Cámara Baja, tal y como han reclamado el PP y Ciudadanos durante la reunión de la Diputación Permanente. Esta petición ha contado con el respaldo de Vox y la abstención de Coalición Canaria.
El argumento de Unidas Podemos es que el caso investigado por el juez es un intento de la oposición de “dañar” al Gobierno de coalición “inventando problemas que no existen” con tal de “desprestigiar” a Unidas Podemos y de “atacar al Gobierno” para paralizarlo.
La imputación de Podemos, así como el “cerco” judicial que acorrala al partido en los tribunales con otros asuntos como el llamado ‘caso Dina’, está generando “desconfianza” y numerosas preguntas “perturbadoras y preocupantes” que deben ser respondidas por Iglesias.
“Podemos es un fraude por su imputación por delitos de corrupción y sobran los motivos para que Iglesias dé explicaciones en el terreno legal y moral por las actuaciones de su partido”, manifestó Armando Robles, colaborador del programa.
“Todo se inscribe en un discurso repleto de mentiras a granel, hipocresía a mansalva, doble vara de medir, prepotencia insultante y autoritarismo extremo. La marca de fábrica personal de Iglesias y colectiva de Unidas Podemos”, ha rematado.
En el mismo espacio conducido y dirigido por Sa ntiago Fontenla se habló también de los escraches y de la “doble vara de medir de la izquierda”.
Robles hizo un repaso cronológico de los escraches de la izquierda a rivales ideológicos:
“Los grandes símbolos de la nueva izquierda fueron los primeros en dar por buenos los «escraches» contra políticos del Partido Popular y del PSOE. En un homenaje a Hugo Chávez el 6 de abril de 2013 en Madrid, Pablo Iglesias definía estas acciones como ‘jarabe democrático de los de abajo’. Sabía de lo que hablaba. Adelantándose a todos, el líder de Podemos y su jefe de campaña, Iñigo Errejón, recibieron a Rosa Díez al grito de ‘Fuera fascistas de la Universidad’ en una suerte de ‘escrache’ organizada por estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense, en 2010, cuando este concepto de persecución a los políticos sonaba todavía como algo propio de Argentina
Un mes después del alegado de Iglesias a favor de estas acciones, la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, defendía en el programa ‘El Gran Debate’ de Telecinco que se trataba de ‘protestas necesarias, que indican la vitalidad de una sociedad que se defiende ante una situación injusta. Hay que comprender, respetar y analizar. Son ejercicios del derecho de protesta. Los escraches es ir a protestar delante de los políticos, en sus domicilios, donde estén. Es algo correcto, está bien y es necesario’.
La posición de la ahora alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, fue más allá. Encabezó muchas de las acciones que hicieron célebres a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. El mismo día que la propia portavoz de la PAH cobró relevancia pública fue por llamar ‘criminal’ al representante de la banca en el Congreso de los Diputados.
Los ¡escraches’ eran acciones pacíficas para muchos hasta que el entonces delegado podemita de Salud, Seguridad y Emergencias de Madrid, Javier Barbero, sufrió en sus carnes las agresivas protestas de 300 municipales fuera de servicio. El delegado municipal consideró que el ‘acoso’ del que fue víctima no fue un ‘escrache’, sino un ataque a una persona que representa a una institución y que lo que le sucedió le recordaba, más bien, a actos de ‘grupos fascistas’.
El propio Barbero participó en un escrache contra Alberto Ruiz-Gallardón, en la calle del Sacramento, cuando renovó su cargo de alcalde el 11 de junio de 2011. La respuesta del ex concejal podemita no fue una negativa. Tampoco lo contrario. Pero sí alegó: ‘He participado activamente en numerosas protestas ciudadanas en el marco del movimiento 15-M’.
También el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha expresado su completo rechazo a las protestas contra Barbero y todas las que puedan causar daño físico, distinguiéndolas de las que ‘se hacen en defensa de la libertad de expresión’. Según el líder de Podemos, es preciso diferenciar entre los ejercicios de libertad de expresión y aquellas destinados a ‘la rendición de cuentas a la que están obligados todos los políticos, y eso está muy bien’. Así las cosas, Iglesias ha recurrido a una de sus frases hechas favoritas para no dejar claro de qué tipo son las protestas contra unos y otros: ‘La violencia no es que la gente proteste y manifieste sus opiniones, sino que haya familias que tienen que buscar la comida en la basura'”.
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