El sector privado lidera la creación de puestos de trabajo en Estados Unidos, y la desocupación cae al 7,9%
El quinto mes consecutivo de reaperturas continúa aliviado la presión sobre el mercado laboral, especialmente en las actividades no agrícolas, y el sector privado toma un rol central.
El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos anunció una nueva mejora en la tasa de desocupación para el mes de septiembre, y esta cayó a 7,9%. Esto implica la creación de 661.000 puestos de trabajo netos en todo el mes.
El clima turbulento, propio de la contienda electoral entre Donald Trump y Joe Biden, generó cierta incertidumbre en los mercados sobre la continuidad de las políticas económicas del presidente republicano, ante un Biden que se muestra proclive a subir impuestos y aplicar más restricciones a la circulación.
Además, el escenario de la pandemia se profundizó con nuevos rebrotes. Este escenario contribuyó a socavar confianza. El resultado de noviembre será crucial para determinar el rumbo a futuro.
La estimación para el mes de septiembre apuntaba a la creación de 850.000 puestos de trabajo, según informaba Reuters. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que todos los sectores en la economía crearon puestos de trabajo, totalizando los 877.000 en septiembre.
La diferencia la realizó el gobierno federal, que decidió llevar a cabo una racionalización en la planta de personal, y esta se redujo en 216.000 agentes. Esto quiere decir que el sector privado está liderando el rebote laboral, incluso a pesar de la racionalización del sector público.
La mayor parte de la recuperación privada de empleos fue llevada a cabo por los bares y restaurantes, que reincorporaron a 200.000 personas en septiembre. Los negocios de carácter minorista y la atención médica también tuvieron una gran incidencia.
Totalizando el desempeño entre mayo y septiembre, la reapertura permitió recuperar 11,4 millones de empleos de los 23 millones que se perdieron entre marzo y abril, el momento más crítico de la pandemia.
La pandemia terminó con el aumento en la población económicamente activa que se venía produciendo en el mercado laboral desde 2017. El cambio fue abrupto, y cerca de 700.000 personas habrían abandonado el mercado laboral según el último informe oficial, a causa de la imposibilidad técnica para volver a trabajar. Este efecto podría corregirse al cabo de uno o dos años.
Algunos economistas como Steve Hanke aseguran que la recuperación es sólida en el mercado laboral, y se podría retornar a una situación de pleno empleo a finales de 2021 o principios de 2022.
Otros informes, como el reporte manufacturero de la firma IHS Markit, aseguran que las solicitudes por desempleo cayeron a un nivel más rápido de lo que estaba previsto, aunque se subraya el carácter gradualista de las mejoras.
Formalmente, el repunte en la actividad mostró signos de aceleración, pues el desempeño entre mayo y agosto superó las expectativas. La recuperación llegaría a mediados de 2021, y la tasa de desocupación operaría con un rezago con respecto a la actividad.
Según Morgan Stanley, la caída interanual para 2020 será de 3,6% en lugar del 3,4% anterior. Esto se debería a un recorte en el paquete de estímulo fiscal. Por otro lado, la medida ayudaría a compensar el desequilibrio financiero que provocó la pandemia en el gobierno federal, sin la necesidad de subir los impuestos.
Otras firmas como Bloomberg, anticipan un escenario mucho más optimista que hace cinco meses. Según sus estimaciones, el PBI caería un 3,8% este año frente a la previsión anterior del 5,8%, y la tasa de desocupación cerraría el 2020 en 7,5%, aunque ya en septiembre se alcanzaron cifras similares.
El rebote fue impulsado fuertemente por la actividad en el consumo, que experimentó la mayor recuperación de todas y que incluso registró niveles similares a los que había antes de la pandemia. Se estima que las ventas minoristas recuperaron todo lo perdido en septiembre, pero aún hay actividades que deben recuperar terreno.
Por su parte, el índice de Confianza del consumidor subió al nivel más alto desde que llegó el COVID-19, y esto fue impulsado principalmente por fabricantes industriales, pequeñas empresas y firmas, que ven con buenos ojos el progresivo clima de reaperturas.