Omella ha convertido a la Iglesia católica en España en una sucursal del Gobierno y en una escupidera de la casta parasitaria
ED.- España no se entiende sin el cristianismo, sin la Virgen del Pilar y la predicación de San Pablo. España no se entiende sin el catolicismo. Sin España la Cristiandad se hubiera sumido en la oscuridad de la barbarie sarracena. España no se entiende sin Covadonga, Las Navas de Tolosa y Lepanto, sin ocho siglos se batallar incansable bajo el signo de la Cruz. Santiago y cierra España y San Jorge y la Virgen María, a todo el cielo han implorado nuestros ancestros su protección.
España no se entiende sin los Concilios de Toledo, sin la Escuela de Salamanca, sin Francisco de Vitoria o Domingo de Soto. España no se entiende sin la geografía católica de San Pedro de Arlanza, las Huelgas, Santa María de Huerta, Ripoll o Poblet. España no se entiende sin iglesias y catedrales, sin Burgos, León o Palencia, sin la Sagrada Familia, sin cenobios y conventos de clausura. Sin el código ético de los diez mandamientos y sin la gracia de los sacramentos. España no se entiende sin el incienso de los altares y la belleza musical de los órganos y el dramatismo de los autos sacramentales.
La Iglesia Católica no se entiende, a su vez, sin España, que cristianizó un continente y defendió al Papado contra viento y marea y al catolicismo en Mülberg. Cuatrocientos millones rezan en el idioma de Lebrija y de Cervantes, de Lope y Gracilaso, de Jorge Manrique y Tirso de Molina, autores cristianos. España no se entiende sin el Cristo de Velázquez, la mística estilizada del Greco, las Vírgenes de Murillo, los frailes de Zurbarán o la escatología de Valdés Leal.
España, en esa lucha eterna entre el bien y el mal, es algo muy serio, muy fuerte a favor del bien. Por eso en estos momentos de tensiones infernales España está sufriendo embates tremendos sin que encuentre defensa en quienes más estarían obligados a ello. Es clamorosa la dejación de funciones del jefe del Estado y del presidente del Gobierno, pero como España o es cristiana o no será es especialmente grave el silencio cómplice, la tibieza acanallada de Omella, ese cardenal separatista de poca monta y baja vista, en defender la unidad de España. Es especialmente grave el silencio de Omella ante la persecución que sufre el Padre Custodio Ballester a manos de una fiscal de Odio.
Hartos estamos los patriotas, que por católicos nunca seremos clericales ni clericalizados, del fervoroso apoyo del clero mundanizado al separatismo vasco y catalán. Hace poco se publicaba en Alerta Digital que el abad de Monserrat “rezaba” por la independencia de Cataluña. Es decir, por la destrucción de España, de esa España que no se entiende sin San Isidoro de Sevilla, sin el Beato de Liébana, sin Santo Domingo de Guzmán, sin San Ignacio de Loyola, sin Santa Teresa de Jesús, sin San Juan de la Cruz o sin San Josemaría Escrivá de Balaguer. Puede entenderse sin Omella en su pequeñez, pero no sin sus grandes santos. No sin san Francisco Javier cuyo celo le llevó hasta la prédica en el lejano Japón.
Ha llegado la hora de exigir, así exigir, a la Conferencia Episcopal, y a su factótum y fachada Omella que alcen su voz en defensa de España, contra la destrucción de España, nación que tanto ha hecho, que se desangró y se arruinó por la fe católica. No es de recibo este silencio acanallado de estos pastores descuidados. No tiene pase esta acomodación a un sistema depredador que está fagocitando a los españoles y pretende destruir a España.
Omella ha convertido a la Iglesia católica en España es una sucursal del Gobierno, en un mero satélite de Moncloa, en una escupidera de la casta parasitaria, a cambio de una crucecita, de financiación, de dinero. Treinta monedas de plata, quizás más, dinero al fin y al cabo. Ninguna denuncia profética. Silente aceptación de la corrupción generalizada. Ninguna defensa de los muertos por abandono y negligencia. Ningún gesto de empatía con los monjes benedictinos del Valle. Ningún compromiso con España.
España, Omella, no se merece la ofensa patética de tantos curas y obispos catalanes, porque España es la tierra de María, como recordó Juan Pablo II, y es de canallas enfrentar a la Moreneta con la Virgen del Pilar o la Macarena. Basta ya, perros mudos, ciegos guía de ciegos. A defender a los españoles y a España, a dar la cara, a estar con la gente y no con los privilegiados, a mostrar el mínimo de patriotismo que España se merece.
Omella, cardenal de la casta, lacayo de los poderosos. España bien vale una Misa, una palabra y un golpe en la mesa de la Conferencia Episcopal.
¡Oh! Dios, ya no hay primado de España. No hay un don Rodrigo Ximénez de Rada, un Mendoza o un Cisneros. Hay pigmeos del espíritu, con seminarios vacíos, que se doblegan bajo el peso del báculo.
Fariseos, a defender España frente a quienes quieren acabar con ella.
Postdata: Tras salir del hospital, Donald Trump se dirigió a los norteamericanos: “No tengáis miedo”.
La frase fue duramente criticada por el órgano radial de la Conferencia Episcopal Española, claramente alineado con el abortista Joe Biden. La Cope se posiciona así contra el propio Jesucristo, que dijo: “no tengáis miedo» (Mateo 14,22-36).
Todo lo que el artículo describe, es cierto. Y todo ha sido revelado por el Cielo con anterioridad al momento actual. San Juan, en el Apocalipsis, llama “la gran ramera” a la Iglesia existente durante el Fin de los Tiempos, es decir, a la actual Iglesia. Pero, cuando lo hace, no se refiere a Ésta, como Cuerpo místico de Cristo, sino a su traidora curia. O, mejor dicho, a la mayor parte de ella -no a toda-. La mayoría de consagrados actuales -más los varones que las hembras, es decir, que las monjas-, son motivo de vergüenza para su Señor.… Leer más »
la Iglesia católica Romana que no es aquella que fundó el emperador Constantino en aquel concilio que adoptó todas las costumbres paganas de entonces y las introdujo en las nuevas religión del emperador no es aquella misma que crucificó quemó y asesinó a los apóstoles del señor Jesucristo no es aquella misma que liberó la Inquisición cometiendo las torturas y ejecuciones casi idénticas o peores que las del mismo estado islámico musulmán solo para apropiarse de los bienes y el dinero de las víctimas falsamente denunciadas no es esa misma Iglesia católica que ha apoyado a todas las dictaduras asesinas… Leer más »
No he podido acabar de leer lo escrito por ti, del asco que me produce.
Eres un enemigo del Cuerpo de Cristo en la Tierra. Y, por ello, serás juzgado y condenado.
Tiempo tendrás -léase toda la eternidad- para arrepentirte de haberte enfrentado a Dios, hombrecillo estúpido.
La conferencia episcopal debe ser disuelta.
La iglesia no es la religión
La Santa Iglesia NO es actualmente ni la conferencia episcopal Española, ni Omella, ni Bergoglio, ni demás Judas infiltrados para demolerla.
Tu afirmación es tan perversa como retorcida, expones como Omella, Bergoglio y demás satánicos. Supongo que te habrás expresado mal.
La Iglesia católica, es tan santa como lo fue siempre, pues es el Cuerpo místico de Cristo.
Quien se ha corrompido, es su curia -San Juan, hace 2.000 años, ya reveló que esto pasaría. Está, negro sobre blanco, en el último Libro de la Biblia (Apocalipsis)-.
Estamos viviendo la gran apostasía revelada en Fátima, Portugal, por la santísima Virgen María, hace cien años.
Todo lo revelado por el Cielo durante estos dos últimos milenios, tiene que cumplirse. Y se está cumpliendo.
Así es; lo que ocurre es que la Santa Iglesia ha sido tan atacada por dentro y por fuera que realmente es una gran desconocida.
Dentro de poco será casi dada por extinguida (habrá una falsa iglesia universal propuesta precisamente por Bergoglio -más falso que Judas-) pero eso no durará mucho.
La religión es algo ideológico. La iglesia es algo material institucional, con funciones básicas, como promover la religión, pero también secundarias como ayudar a personas desfavorecidas.
La santa Iglesia católica, no sólo es una religión, sino la ÚNICA religión que existe -el Judaísmo, desde que sus seguidores asesinaron al Mesías, no es nada-. Punto.
Vigila con las blasfemias que dices. No sea que, en cualquier momento, estires la pata, y, de repente, te veas, condenado, en el infierno.
La religión es el cristianismo, y podría hablarse del cristianismo católico como una de sus variantes.
La iglesia católica es una institución que se dedica a promover el cristianismo y también esa visión cristiana específica que es el catolicismo.
Una iglesia no puede ser al mismo tiempo la religión que promueve.
Me refiero a que no hay una relación de igualdad entre A = B. No se debe confundir la institución de la religión, con la religión en sí.
Sólo decir que A es el catolicismo ” el siervo bueno y fiel” del Evangelio, porque es el que transmite con lealtad su enseñanza, el que ha seguido la línea de sucesión `petrina,(Tú eres Pedro, y sobre esta piedra Yo edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella- Mateo 16.18) el que ha dado los grandes místicos, como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, por el que han surgido las órdenes monásticas como la de San Benito de Nursia Orden del Císter llamada trapense, a la que perteneció San Bernardo de Claraval,… Leer más »
Creo en la Iglesia como institución de referencia, de apoyo y como estructura necesaria en la sociedad, y no como parte de lo que es la religión en sí. No como un comité de expertos de la religión, si no como lo que debería ser un comité de trabajadores en pro del objetivo general de la religión.
No me gusta la idea, de que una institución, te dicen como tienes que pensar, o en este caso, defender una única interpretación “oficialista” de lo que dice la Biblia.
Creo que varias interpretaciones diferentes de un mismo texto pueden ser simultáneamente válidas.
La validez sólo la da la fiel interpretación del Evangelio, fidelidad que se ha mantenido a lo largo de los siglos por la Iglesia, fundada por Cristo de la que nombró a Pedro “cefas”, cabeza de la misma y al cual han ido sucediendo a los largo de los siglos los correspondientes Papas, eso es indiscutible. “Yo soy la Vid v osotros los sarmientos. El que permanece en Mí y Yo el él ése da mucho fruto porque separados de Mí no podéis hacer nada” “Si alguno no permanece en Mí es arrojdo fuera, como el sarmienro, se seca luego… Leer más »
Cerraron nuestras iglesias, negando a la gente la Misa, el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo: “Os digo solemnemente que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre no tendréis vida dentro de vosotros Juan 6:53.
Descristianizar España como han hecho los socialistas no tiene perdon. Se trata de una maldición que nos han formuladoante el altar de los infiernos de la historia universal. Y en estas estamos. En sus efectos. Millones de almas al albur de la tempestad de los pecados acumulados en estos añetes. En fin. Que Dios se apiade de la parte que le convenga dejar y al resto. A la fogata. Que se consuma a fuego lento, ese es el plan, con mucho humo para que los bichos se atonten y no salten locos.
Este Papa masón es una bomba de relojería contra el catolicismo
Es el Papa “Okupa”
Es un caballo de Troya