Históricos por equivocados
Sánchez e Iglesias presentaron el anteproyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2021 al que calificaron de histórico. Sin embargo, estas cuentas son exactamente lo que no necesita la economía española para salir del trágico momento que vivimos. Gastar como si no hubiera mañana, subir impuestos, aumentar las trabas y la burocracia no es precisamente la mejor receta.
El Gobierno ha decidido subir las pensiones y los salarios de los empleados públicos dos de las partidas más importantes. Pero, también será mayor la del desempleo. Sólo hay que ver lo ocurrido en el tercer trimestre. Según la EPA publicada ayer, la tasa de paro supera el 16% y hay 700.000 trabajadores menos que hace un año, medio millón de parados más que hace un año y 355.000 más que el trimestre pasado. Además, en el último año han aumentado en 168.000 los hogares con todos sus miembros en paro y aún 700.000 trabajadores siguen acogidos a un ERTE.
Mientras, como decía, el Gobierno se jactaba ayer de cerrar unas cuentas que acaban con la austeridad y que sube los impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Los mantras obsoletos de la izquierda que siempre fracasan.
Torpedear la actividad empresarial que es la que genera puestos de trabajo y subir los impuestos es además la receta contraria a la que están aplicando otros países de Europa donde la recuperación sí que ha comenzado.
Nos cuentan también que se incorpora dinero de Europa, cuándo aún no hemos conocido ni un sólo plan para hacernos acreedores de esos fondos. Trampas en el solitario que minan la credibilidad de este Gobierno entre sus socios e inversores de todo el mundo que ya ven a España como un problema. Un Ejecutivo que no resuelve la crisis sanitaria y agranda los problemas económicos y sociales a los que no da respuesta, y ahí están las colas del hambre y las colas en el SEPE tanto para acceder al IMV como a los ERTE e incluso a la primera pensión.
El Gobierno no se ha parado, además, en incorporar a las cuentas subidas de impuestos y aumentos descontrolados de gasto, sino que a petición de Iglesias promete en unos meses limitar el precio de los alquileres, una aberración, inconstitucional, que agravará el problema que dicen querer resolver, como se ha visto en otros países europeos que lo impusieron y lo retiraron ante el fracaso cosechado. Las esperanzar de que el anteproyecto cambie en su trámite parlamentario son nulas. Puede que incluso empeoren, ya que los socios querrán prebendas a cambio de su voto. La única esperanza está en Europa y ya sabemos que on demasiadas las veces que decepciona.