20 N: ¿Por qué respeto y respetaré siempre la memoria de Francisco Franco?
AR (R).- Aclaro algo previo y fundamental: yo no soy franquista, porque el franquismo no representa ninguna militancia política. Mis opiniones y juicios deben ser tomados más que como meras expresiones de criterios personales, ajenos a cualquier influjo ideológico encuadrado en unas normas dictadas. De la misma forma que no me convertiría en felipista ponderar aquí el reinado de Felipe II ni tampoco en alejandrista si glosara la importancia del héroe macedonio en la vertebración de la cultura helénica, base y sustento de la nuestra. Ya que el cúmulo de falsedades, injurias y vilezas que se han vertido sobre el Caudillo y su obra de gobierno ha sido la canción oficial en estos 45 años de supuestas libertades, me creo en el deber de sostener otra versión bien distinta a la oficial, sin que ello me convierta en peor persona ni en un portavoz de la caverna, así bautizado al numerosísimo y creciente grupo de españoles que recuerda la etapa de Franco con respeto y gratitud.
De entrada un detalle que no es ninguna fruslería. Si yo puedo escribir este artículo acaso se deba a la suerte de haber sido concebido en el alborear de los 70, una época en la que el derecho a nacer se imponía a los derechos individuales que, en forma de normas abortistas impulsadas por la patulea feminista, han hallado infeliz aposento en nuestro degradado Estado laico. Supongo que ese privilegio también se lo deberán muchos de ustedes a ese régimen que, sin embargo la crueldad del que se le acusa, convirtió en imperio moral y legal el derecho a la vida. Dicho esto vayamos al meollo.
Poco podía imaginar Franco que a su muerte muchos de sus más estrechos colaboradores dieran rienda suelta a todos los odios, a todos los rencores y a todos los revanchismos. La estulticia de la izquierda y también de la derecha liberal ha alcanzado cotas delirantes todos estos años. Jamás un personaje de la vida española había sido tan execrado y vituperado tras su muerte. Se ha recurrido al insulto, se ha descendido al agravio personal, al falseamiento de la memoria histórica, al chiste escatológico y, ni que decir tiene, a la mentira como norma. Ante semejante descarrío, muchas adhesiones de hoy a la obra de Franco son una simple consecuencia del repudio a tanta vileza. Unido, claro está, al desencanto por los rumbos que España está tomando.
Soy hijo de uno de esos tantos millones de españoles que crecieron dentro de un marco político que les permitió conseguir, sin más apoyatura que su honradez y su trabajo, un puesto decoroso en el ámbito de su profesión. Deben saber las generaciones más jóvenes que, pese a los posteriores cambios de conciencia y de chaqueta, los españoles eran mayoritariamente partidarios de aquel régimen. El Caudillo había logrado el abrumador asenso de sus gobernados, gracias a la combinación de muy diversos factores, no tanto políticos como sociológicos y económicos.
Quizá también sentimentales. Bajo su régimen autoritario la clase media y también la popular evolucionaron sensiblemente en sus niveles de vida, igualándose e incluso superando a las de muchos países europeos. El crecimiento económico español superó al de Francia durante el último lustro de los 60. Vivían en una nación de creciente prosperidad, de orden público total y de cordial convivencia. De acuerdo en que carecían de un conjunto de derechos electorales de que gozaban otros pueblos, pero no creo que a la mayoría de los españoles semejante limitación les importara demasiado.
El esplendor máximo del régimen franquista se alcanza en los años sesenta, en sincero olor de multitudes. Negarlo ahora o pretender disminuirlo, como tantos hacen, constituye una nueva canallada. El deterioro del franquismo comienza en la siguiente década y se agudiza en sus últimos tres años; cuando la postración física del Caudillo limita sensiblemente su capacidad de acción. Lo cierto fue que Franco murió en la cama, a los 83 años, y que sólo entonces la llamada oposición dio señales de existencia. Hasta entonces, miéntase lo que se quiera, todos esos descontentos, advenedizos, adversarios y enemigos que proliferaron como venenosos hongos no habían conseguido crear una sola situación grave para su régimen. Bien es cierto que una legión de ellos, incluidos algunos relevantes socialistas, transitaron sin aparente contradicción ideológica por las estructuras del régimen y lo adulaban y lo servían.
Se pretende sin embargo convencernos de que Franco se mantuvo en el poder en contra del deseo de la inmensa mayoría de los españoles. Lo que es simple y rotundamente falso. Ningún pueblo aguanta casi cuarenta años sin rebelarse contra un régimen que no le gusta. Los ejemplos son numerosos y, algunos incluso, bastante recientes.
Aunque sea hoy políticamente incorrecto admitirlo, aquí todos eran franquistas, o por convicción o por interés o por comodidad.
Sucede que una de las constantes de la izquierda española es su persistencia en el engaño y la mentira. No reconocerán nunca la incidencia del franquismo en el pueblo español, lo mismo que continúan empeñados en negar las auténticas causas que les hicieron perder una guerra que, racionalmente, debieron ganar siempre. El mantenido error de la izquierda (lo comprobamos estos días) sigue siendo su empecinamiento en achacar la derrota, que comenzó en Melilla el 17 de julio de 1936, a causas ajenas a sus infinitas equivocaciones, a sus constantes enfrentamientos internos, a su inferioridad técnica y moral. Cada vez que alguno de los líderes políticos, articulistas o historiadores de la izquierda se refiere a la contienda civil, achaca la victoria de Franco a causas absolutamente ridículas, que han sido sobradamente desvirtuadas por los historiadores serios: los moros, la ayuda italo-germana, el Comité de No Intervención o el brazo milagrosos de Santa Teresa. No reconocen ni serán capaces de reconocer que el ejército nacional y su retaguardia funcionaron infinitamente mejor que el ejército y la retaguardia rojas. Y, sobre todo, estuvieron muchísimo mejor mandados. Lo reconoció el general republicano Vicente Rojo (“fuimos cobardes por inacción política antes de la guerra y durante ella”) y lo destacó el nada sospechoso Salvador de Madariaga al definir al Frente Popular como “una serie de tribus mal avenidas”.
No quiero que interpreten estas líneas como una defensa de la memoria de Francisco Franco, porque ni tengo títulos para ello, ni me siento capaz de afrontar semejante tarea en toda su inmensa y trascendental profundidad. Alguien tendrá que hacer una crítica serena y un estudio ponderado en un futuro nada lejano; cuando la derecha mojigata deje de estar subida en la cresta del desbocado aluvión antifranquista que alimenta la izquierda.
A todos esos españoles que superan hoy la cincuentena de años les preguntaría hoy si, al cabo de tantas insidias, de tantos agravios y de tantas falsedades no respondidas, ¿vivieron acaso en estado de hipnosis, de entontecimiento, de obnubilación, hasta el año 1975?
De la diferencia entre la España de entonces y esta cosa de hoy, que se nos presenta como un paradigma de virtudes, disimulando sus defectos, minimizando sus desastres, justificando todos sus errores, miserias y podredumbres, podrían dar cuenta todos esos millones de personas que, aún viviendo felices y prosperado entonces, han permitido con su penoso silencio el increíble desfile de necedades, absurdos e insensateces que se repiten con especial virulencia estos días.
Conste, finalmente, que no pretendo hacer en absoluto ni una apología del inmovilismo, ni un cántico a la nostalgia inoperante ni, mucho menos, un ataque despiadado a la democracia. Sería el primero en desear que se nos gobernara, por fin, dentro de un sistema serio, respetuoso, constructivo, donde no tuviésemos que renunciar a las cosas que nuclearon durante casi cuatro decenios la vida española, entre ellas la moral cristiana, la unidad nacional y la familia. Yo también querría ver a nuestro pueblo en cotas de bienestar más altas y sólidas que las que disfrutaba en 1975; tener más justicia social que entonces, en vez de una inquietante degradación de las rentas y su distribución; saber que la existencia de esta vieja nación no va a depender de las cesiones a los separatistas a que se ven obligados los gobiernos; poder reconocer que los españoles hemos ganado en libertad, en orden, en solidaridad, en valores morales, en dignidad y en respeto a nuestra identidad; contemplar unas instituciones que estén al servicio de las personas y no de unos pocos y, como consecuencia de todo ello, celebrar que el mundo nos respeta y nos admira.
Desgraciadamente, estamos muy lejos de celebrar semejantes ideales. Luchar por ellos, desde la ecuánime y respetuosa contemplación del pasado, constituye la finalidad de este artículo.
Cada minuto del dia que pasa, este gobierno destroza un poco mas la libertad de los ciudadanos ¿Son los votantes socialistas conscientes de que la ruina que tenemos es por la mala gestion del gobierno? y ya van tres con esta las ocaciones en que un gobierno de izquierdas deja a España en la ruina, Y no, no soy de derechas (y ser de derechas no es ningun delito) pero les aseguro que nunca mas votare a ningun patido de izquiedas, llegado el caso puede que haga lo que nunca pense que haria, votar al PP MANIFESTACION PARA QUE SANCHEZ… Leer más »
La edad obligatoria de jubilación y la pensión de jubilación existían antes de la dictadura franquista. Franco no creó las vacaciones remuneradas. Franco tampoco creó el descanso dominical. Franco dictó dos pagas extras en un período de devaluación de los salarios. La red de “universidades públicas para formación profesional“ es anterior a Franco. Franco no dictó la construcción de 4,5 millones de viviendas sociales. El resto de medidas sociales tenía antecedentes anteriores a Franco. La edad obligatoria de jubilación y la pensión de jubilación existían antes de la dictadura franquista. Franco no creó las vacaciones remuneradas. Franco tampoco creó el… Leer más »
De eso estoy completamente seguro, por mucha basura que quieran seguir echándole los bastardos de siempre.
Simplemente gracias Excelencia por existir, por salvar a España de las hordas rojas, por poner paz, orden, seguridad. Por todo. Arriba España.
Francisco Franco, Caudillo de España por la gracia de Dios. ¡Presente!
Yo militaba en Falange Española Independiente. E hice la cola para comprobar que estaba muerto. Camarada Hedilla ¡Presente!
Su comentario es muy acertado, aunque muy pocos lo comprenderán. Pero por mala fortuna los acontecimientos son los que son…
Buenas noches, y ¡Arriba España!
Quisiera agregar a mi comentario anterior, ya que me ha tocado la fibra, no quiero que me malinterprete, pero lo que se hizo con Hedilla fue una infamia y una atrocidad.
Buenas noches.
Son lamentables vosotros fascistas os queda poco en Europa Ala es grande
Apologia ? En dos días se os acaban las mamandurrias..
Hacía tiempo que no leía una hagiografía tan bonita, enhorabuena.
Estupendo artículo que le agradezco Don Armando.
Estando de teniente en Regulares, y el día que la guardia era con españoles, antes del toque de oración decía. “Y, ahora, mirad al cielo porque allí están las almas de quienes dieron su vida para que ahora estemos viviendo tan estupendamente como vivimos. ¡Corneta, toca oración!
En un destino que tuve había gente de ambos bandos, y tomábamos nuestras copas y nuestras comidas sin tener en cuenta para nada lo pasado.
¿Se podría hoy crear el servicio de SERENOS?
Excelente artículo Don Armando. La calle Siertpes de Sevilla sigue igualita, al menos en ese tramo de la foto. Hay cosas que la estupidez humana del rojerío no se atreve a cambiar porque sencillamente funcionaron y aun funcionan. Eso sí, lo callan porque a los mismos rojetes y patulea les gusta disfrutarlo. Tantas cosas así desde la Seguridad Social hadta los manidos – y visionarios y providenciales – pantanos.
Saludos.
“El esplendor máximo del régimen se consiguió a finales de los sesenta, en sincero olor(sic) de multitudes”, pareces confundir el verbo oler con loar, supongo, algo de todo punto inconcebible en una mente privilegiada como la tuya. Por cierto, me conmueve que alguien que no conoció el franquismo nos explique como era, hablaras de oídas, supongo.¿Que edad tenias en el 75?.
hay que quedarse con las cosas buenas,que fueron muchas,la historia del Franquismo está llena de falacias,medias verdades y mentiras contadas por los que hoy saquean y roban a los españoles,dicen que era una dictadura,como si hoy no la tuviéramos,pues bendita sea,trabajo,seguridad laboral,viviendas,colegios públicos de calidad,universidades gratuitas,sanidad,poca delincuencia,pocas drogas,maldita dictadura que dejaba que se llenara de turistas,comerciaba, dejaron una patria en la 8 potencia mundial,libre con una gran mayoría de españoles unidos y tirando del carro por el bien común
“¿vivieron acaso en estado de hipnosis, de entontecimiento, de obnubilación, hasta el año 1975?.”
No, pero de lo que me doy cuenta es de que algunos no vivieron con el NO-DO. Vivieron “dentro” del NO-DO, un pais de fantasia.
Y AHORA QUE VIVIMOS UN PAIS ARRUINADO Y UN PAIS DE MUERTE
“Ningún pueblo aguanta casi cuarenta años sin rebelarse contra un régimen que no le gusta.”
¿Que se lo pregunten a los cubanos o a los de corea del norte?. Todos contentisimos con los dictadores.
Cuba una isla, Corea del Norte casi un itsmo, y ambos sustentadaos por China la URSS, y ahora Rusia. Nada que ver, prueba con otro argumento, este no sirve.
y España una península. De nada.
Sí, la península ibérica pegada a Europa por unos 600 km de tierra ni más ni menos, aunq os pese mucho a los rogelios. No la península de Kamchatka,. con todos mis respetos a los kamchatqueños jaja. De nada también majete.
Estoy convencido de que este odio a Franco solo puede venir de parte de los amos del mundo (en torno a la gran banca judía) que no le perdonaron a este goyim que les impidiera apoderarse de la política y la economía española. Ahora nos falsifican la historia y nos manipulan y fanatizan para que les pidamos una República (dictadura en el supuesto nombre del pueblo) para esclavizarnos mejor y nos amenizan la función con toda una una exhumación satánica (para que en la creencia de la religión que profesan el alma del dictador quede sin descanso eterno (je je).… Leer más »
Las mentiras e injusticias que se hacen a los hombres, no serán sino sus medallas…Todo saldrá a la luz!
Un ser asqueroso y repelente que asesinó a su propia gente
QUE HICIERON LARGO CABALLERO, SANTIAGO CARRILLO, LA PASIONARIA, INDALECIO PRIETO Y MUCHA MAS GENTE?YO SE LO DIGO METERNOS EN UNA GUERRA
jajaj Asesino Luis Compañías, que después sin dignidad se escagarruzó cuando tuvo que rendir cuentas.
Cobardes de mierda…TODOS, ¡Arriba España!
Franco es lo mejor que le ha ocurrido a España desde Isabel la Católica quien, por cierto, también ha sido ninguneada por la iglesia – la del Concilio Vaticano II y la anterior ( quién como ella para ser santa) -. Se trata del reino de Cristo contra el del diablo, y aunque la vida humana es corta ya sabemos quién tiene que ganar al final.
Estoy de acuerdo en que el Franquismo no es una ideología en si misma, sin embargo curiosamente adquirió rango de estilo arquitectonico, gran cantidad de edificios públicos ministeriales y de Universidades Laborales han adquirido ese calificativo. Coincido también (por lo menos en parte) con el resto de apreciaciones del autor de este articulo, pero hay un punto que no me encaja y que todavía nadie aclara con nitidez. Si como dice el autor todo el mundo era Franquista por convincion, interes o comodidad ¿como es posible que en el 77 sus herederos póliticos no rascasen nada? sólo pasaron 2 años,… Leer más »
Porque somos un pueblo que no tiene convicciones. Conformista. Mientras se nos den bienes materiales , diversiones,televisión etc.pues vale , está bien.
Y más aún si algo pasa de moda, se ve antiguo, carca. Somos veletas manejadas por las modas.
Pues es sencillo. Porque los franquistas por llamarlos con ese nombre no permanecieron unidos, se dividieron.
Cuando murió Franco yo tenía 21 años y estaba en el partido comunista. Al igual que muchos otros progres de la época, lo celebramos con champán. Recuerdo perfectamente la sensación de irrealidad que experimenté al pasear por la Gran Vía al día siguiente, sabiendo que Franco ya no estaba ahí. Tal vez porque era consciente de la trascendencia del momento hice, con todos aquellos que querían darle el último adiós a su Caudillo, doce horas de una cola que tenía varios kilómetros. A pesar de mis prejuicios de entonces, nunca olvidaré la sincera emoción en los rostros de la gente.… Leer más »
Yo tenia 18 años cuando murio el Caudillo y era militar . Tambien pase mas de doce horas de cola para darle mi sentida despedida . Yo entonces y ahora odiaba a los progres comunistas que eran una pandilla de paletos intelectuales . Llore con tristeza infinita su muerte preveyendo como dijo el Caudillo que los enemigos de España que estaban dentro y fuera empezarian a dar por saco . A intentar destruir aquellos maravillosos años de prosperidad y crecimiento . Ahora mas que nunca grito VIVA FRANCO .VIVA ESPAÑA.Gracias GENERALISIMO por ganar la guerra y la PAZ.
Me encanta leer a estas personas que partiendo de la izquierda se dan cuenta de que el el régimen de Franco superaba con creces a esta mierda de régimen que tenemos ahora.
Como dicen los Evangelios mas alegría habrá en el cielo por un pecador arrepentido que por cien justos que hagan penitencia, pues a mi me pasa lo mismo con el escrito de David Bosque
Hay muchísimos españoles que opinan como tu.Saludos!!!
Tambien se me cayo la venda de los ojos