John Lennon y Yoko Ono

El 8 de diciembre de 1980 es el último día en el que John Lennon hizo anotaciones en su diario. Las hizo sobre la cita que tuvo con la fotógrafa Annie Leibovitz, encuentro en el que ella que había tomado la famosa instantánea en la que John desnudo abraza a Yoko Ono. Esa misma tarde fue abatido de un disparo en la entrada del Edificio Dakota, su lugar de residencia y un enclave plagado de extrañas referencias. Las viviendas, construidas en pleno centro de Manhattan y solo al alcance de ilustres propietarios –como Lauren Bacall, Rudolf Nureyev o la propia Yoko Ono–, son también famosas por haber sido el escenario de la película de Roman Polanski «La semilla del diablo» y sobre ellas corren distintas leyendas. El Edificio Dakota es un lugar predispuesto al misterio. De hecho, Lennon llegó a afirmar que había un fantasma en su apartamento de un mujer que lloraba de forma desconsolada. Pero son las vivencias del músico las que entran de lleno en él.

Apenas veinticuatro horas después del asesinato, Fred Seaman, el asistente personal de Lennon, se presentó en casa de Robert Rosen para encargarle una tarea. El verano anterior, John le había pedido que se asegurase de que se escribía su verdadera historia si le ocurría algo, especialmente la de sus últimos años. Rosen ya había realizado varias (y largas) entrevistas con los Lennon y le había pedido prestado a John Lennon un diario. Durante años, el músico escribió reflexiones, garabateó símbolos esotéricos de difícil interpretación. Para que su documentación fuese lo más completa posible, Seaman entregó todo ese material a Rosen en varias tandas. Tras meses descifrando los documentos y justo antes de que el libro fuese enviado a imprenta, los papeles fueron robados de su apartamento.

Rosen siempre sospechó de Seaman, porque tenía llave del piso, y pensó que había sido utilizado para poner orden en un caótico diario y para extraer y clasificar las informaciones que contenía, que más tarde se encargaría de administrar Yoko Ono. Pero los robos continuaron. La viuda denunció en 2006 la sustracción de su mansión en Nueva York de los diarios, que no volvieron a aparecer hasta 2014, cuando un anónimo vendedor trató de colocarlos entre coleccionistas alemanes. Desde entonces permanecen confiscados como pruebas y bajo custodia de las autoridades alemanas y ahí seguirán, al menos hasta que sea detenido el segundo sospechoso.

La policía de Nueva York ha encontrado recientemente los diarios de John Lennon robados en 1981, un año después de la muerte del músico. Pero ¿qué esconden esos diarios? Los cuadernos hallados arrojan luz sobre las cuestiones que parecían preocupar al exbeatle, entre ellas, su relación con la magia, el chamanismo y el más allá; su interés por los ovnis y la vida extraterrestre; su extraña sincronía con el número 9 y sus vínculos con el poder. Una suma de circunstancias que incluso llegó a hacerle presentir su propia muerte.

Además de los misterios en torno a la figura de Lennon, hay otros que atañen a la figura de Mark Chapman, su asesino, un personaje contradictorio sobre el que se ha especulado mucho. ¿Qué le llevó a dar muerte a uno de los iconos de la paz? ¿Es cierto que era un fanático religioso? ¿Se trataba de un perturbado o fue manejado por otros? ¿Se inspiró, como se ha dicho, en la obra «El guardián entre el centeno» para cometer su crimen?