El silencio de los lobos: «¡Gritad con cien mil lenguas!, porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!»
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- «¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas!: porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!». (Santa Catalina de Siena)
Resulta intrigante y curiosa la contradicción flagrante de escribir un artículo sobre el silencio, porque, para ser fieles al tema, tendría que dejar las páginas en blanco inmaculado, en una pureza impoluta que expresara «lo que el viento se llevó». Pero como estas páginas en blanco ya las están escribiendo mis conciudadanos apesebrados, enfermizamente lobotomizados, me tocará una vez más ser voz que clama en el desierto… ―por cierto, la región del silencio, de las serpientes de cascabel y los escorpiones, que silencian con sus venenos… o con sus vacunas―.
Parafraseando a aquel poeta, se puede decir que el silencio es un arma cargada de presente, y ni siquiera llega a ser un arma, pues más bien lo que hace es desarmar incluso a los antaño temibles tercios de Flandes, a los empecinados que tanta gloria dieron a España con sus navajas cachicuernas entre los dientes, a los requetés más iluminados… Sí, fenecieron aquellas algarabías guerrilleras, los gritos de «¡Santiago y cierra España!», o el almogávar «¡Desperta Ferro!». Fuéronse los gritos de tantas hazañas militares de nuestro pueblo, apoyados por picas, por alabardas, por arcabuces, por cañones, por fusilería, cuyas descargas atronaban los aires y conquistaban imperios.
Hoy en día, el silencio más famoso del cosmos es el silencio de los corderos, de los ternerillos en flor, que no balan ni siquiera camino del matadero globalista, a los que ni siquiera chemtrails, semillas transgénicas, abortos, eutanasias, guerras, radiaciones asesinas, etc. son capaces de arrancarles un simple «¡Ay!».
Es el silencio de los kobardes, de los ignorantes, de los indiferentes, de los rebaños que triscan la basura del sistema, de las multitudes a las que, además de silenciar con las baratijas del globalismo, les han tapado la boca con un bozal para que su silencio sea visible, ominoso, rotundo, humillante… Mascarilla que ―¡ay!― les impide lamer los barrotes de su jaula, ¡qué tragedia!
Que los corderillos callen no es ninguna novedad, ni que los antílopes se den a la estampida cuando aparece un león, sin caer en la cuenta de que bastaría con que solamente dos le hicieran frente con su cornamenta para mandarle a paseo… Pero ahí se ven, calladitos, pastando tranquilitos las porquerías del globalismo, y ahora huyendo en marabunta ante la apocalíptica amenaza de un bicho que todavía no se ha aislado, lo que equivale a decir que todavía no se ha comprobado su existencia.
Pero el mutismo corderil del rebaño que obedece ciegamente a sus pastores sarnosos ha opacado otro silencio, menos conocido, pero no por eso menos ensordecedor ―valga la contradicción―: el silencio de los lobos… Sí, claro, es una escena tópica la del lobo aullando a la luna en la cresta de una elevación, o gruñendo mientras enseña sus colmillos temibles a una posible víctima, pero en la actualidad se está dando ―una vez más― el fenómeno de cómo los supuestos pastores del rebaño, en una metamorfosis producida por la licantropía, se han transmutado en lobos, en depredadores de los corderillos a los que supuestamente debían proteger, conducir, guiar seguros a sus pastizales.
Un proverbio latino afirma que «Lupus est homo homini» ―«el hombre es lobo para el hombre»―, frase creada por el comediógrafo romano Plauto en su obra «Asinaria». Adaptando esta afirmación a los tiempos actuales, yo diría más bien que «los pastores son lobos para los corderos», a los que, además de explotar, robar, lobotomizar, humillar, torturar, y silenciar, responden con el más absoluto de los silencios cuando alguien se sale del rebaño y les plantea batalla.
Pastores poseídos por una licantropía tremenda, personas que deberían cuidar y proteger a sus ovejas, pero que no responden a aquellos ciudadanos que dan un paso al frente saliendo del mundanal mascarilleo vacunador, y se atreven a plantarse en jarras ante las puertas de los Ministerios, ante los Juzgados, ante los Colegios de Médicos… ovejas negras que se revuelven contra los opresores, contra los kobardes que en silencio contemplan la degollina de los carneros, el dantesco espectáculo de unos ternerillos esperando con frenesí la maléfica vacuna, acorazados enfermizamente tras una mascarilla estúpida mientras esperan con gozo la hora de ser marcados con la jeringuilla del infierno.
Médicos que calláis sabiendo la verdad sobre el horror sin sentido de confinamientos, hidrogeles, mascarillas y putas vacunas; policías que enseñáis los dientes a las ovejas que se atreven a salirse de las trochas marcadas; jueces que silbáis mirando para otro lado, mientras los ternerillos son atropellados y machacados por una ominosa dictadura; políticos con dientes de sable, depredadores, embusteros y bailarines, criados en los pastos de Monte Pelado; periodistas que como sherpas apesebrados escalan las más altas cumbre del Himalaya de las mentiras, sembrando el terror entre los abducidos corderillos, con aquello de «¡Que viene el virus y os mata!».
Escribid cartas a los organismos oficiales con forma de lobera, mandad emails, llamad por teléfono… presentaos ante sus portones, y ya percibiréis el colosal silencio con el que responden a vuestras demandas de justicia, de verdad, de libertad… Si acaso, os mandarán unos correos repletos de enlaces a leyes laberínticas, que te atraparán como en una telaraña… No están, no se les espera, no responden, no hacen caso, se escaquean, y, en el caso de que decidas meterte en la misma madriguera del lobo, te toparás con leyes manipuladas, con ordenanzas orwellianas, con jueces sobreseedores.
¡Ah del castillo! Ahí están los lobos, licantropeando, plandemizando, haciendo sus pactos, calladitos ante la masacre del pueblo al que debían defender… Ahí los tenéis, incapaces de decir nada, porque saben que no tienen ningún argumento para justificar su licantropía silenciosa, porque están bajo la amenaza de que quizás se airee algo oscuro de su pasado, porque calladitos tienen lentejas y lentejuelas, porque les han amenazado con despidos y otras cosas, porque bajo sus oropeles se esconden los secretos de su cofradía iniciática.
Mas, aparte de estos silencios, existe otro, un silencio especial, que me complazco en llamar «El Gran Silencio», aquel espacio de recogimiento e iluminación que se abre en los monasterios de clausura desde el oficio de Completas hasta el de Maitines… un silencio místico donde se produce, además del sueño, la elevación del espíritu, envuelto en plegarias, que asciende a las esferas celestiales.
Hastiado del infierno zombie que me rodea, harto de los rebaños enmascarillados-en-vías-de-vacunación, desde que empezó este circo he abandonado las trochas concurridas, y, huyendo del mundanal ruido silencioso, he seguido las sendas de los pocos sabios que en el mundo han sido.
Dejando atrás los bulevares, los centros comerciales, la parafernalia urbanita, he buscado y encontrado sendas donde poder zambullirme en el Gran Silencio de los monasterios, hollando paseos desiertos, calles abandonadas, parques silenciosos, senderos en el monte, capillas vacías… Y ahí, en ese Gran Silencio, pasando las cuentas de mi rosario, desde ese profundo silencio he elevado a Dios gritos de auxilio, exclamaciones incontables, lamentos sonorosos, rogándole que nos ayude, que tenga misericordia de los corderillos y de los lobos, que tenga piedad de este mundo sometido a una dictadura luciferina, a una Gran Tribulación como nunca hubo, a un apocalipsis zombie durante el cual los corderos van a ser definitivamente silenciados por Inteligencias Artificiales, por vacunas transgénicas, por persecuciones del Anticristo, por Belcebús desencadenados, por asteroides en camino… y ahí será el último silencio, el de los cementerios.
Muchos de los que conviven en “la paz de los tontos” en otros medios de Internet, como eldiario luego vienen aquí y se regodean de las discrepancias que puedan encontrar aquí, ya que ellos son de pensamiento plano, más bien se podría decir “de electroencefalograma plano” por aquello de “pienso, luego existo” que es lo que menos hacen en esos sitios, solamente adoran a sus dioses del Olimpo progre y les dan la razón: Porque no olvidemos que, muchos lo hacen por interés, por unas migajas o “por diez de pipas” como decía Galdós…Pero otros están convencidos de que lo… Leer más »
Una cosa es la ley y otra la justicia, hay leyes buenas y leyes malas, la ley tiene que ser lo mas cercana pocible a la justicia y para eso solo hace falta leyes que se apoyen en el derecho economico, social y moral de los ciudadanos, si un gobierno aprueva una ley a sabiendas que es contraria a los principios morales de las personas es por que es un gobierno imoral en si mismo. ¿y ante esto que hacemos los españoles? callamos y agachamos la cabeza como cabestros sin ser capaces de alzar la voz por temor a ser castigados con… Leer más »
De los protocolos de los Sabios de Sión, editado en 1897, hablando de la nueva constitución que elaborarán tras el próximo golpe de estado mundial del 20-1-2021 (ruego atenta lectura). A pesar de que Don Laureano no quiere caer en el tremendismo ni infundir terror, no dudéis que sabe mucho más de lo que dice, ved a que clase de lobos se refiere: “Queremos que desde el día de su promulgación (de la constitución de la autocracia sionista), cuando los pueblos estén aún estupefactos por el golpe de estado que hemos de dar, cuando estén aún invadidos por el terror… Leer más »
Don Laureano: si este escrito fueran comentarios en la mesa de un restaurante, se produciría un silencio unánime alrededor, solo por el placer de escuchar y solazar el maltrecho espíritu con tal bálsamo confortador.
” Los monstruos existen, pero son muy pocos en numeros como para convertirse en un peligro; los monstruos mas peligrosos son la gente ordinaria (hombres y mujeres) listas para creer y obedecer sin cuestionar nada “.
Primo Levi
¡Que recuerdos cuando los artículos de Don Laureano eran el inicio de intensos debates intelectuales en este foro!
Ahora si no hay pelea e insultos, no hay nada que decir en este sitio. Ni un solo comentario, ni una sola opinión inteligente. Esto se ha convertido en el Sálvame de Luxe de la derecha identitaria.
Realmente es lo que dicen: No está hecha la miel para la boca del cerdo.
Tal vez nos lo tendríamos que hacer mirar… ¡todos!
Yo a ti te crucificaba por masoca y te metia palo por el culo subnormal
Justo a eso me refería. Ignorantes orgullosos de serlo.
Don laureano, de mayor quiero ser como usted, siempre diciendo lo mismo, con las mismas palabras, sin imaginación, sin frescura, suena ya antiguo de tanto repetirse, fascinado dándose la razón a usted mismo (y de paso metiendo el nombre de su libro en todos sus artículos, pillin, que hay que ganarse el pan con la conspiración del momento)
Suerte Don laureano, adalid de las causas perdidas. (y no queremos que las encuentre señor mío)
Vaya, un comentario acertado y afilado como pocos se pueden leer por aquí. Está claro que este medio representa el circulo de confort de este señor, porque aquí sólo se pueden pronunciar los que le rién las gracias. Los críticos no tienen cabida, por lo tanto al hablar sólo para sus “feligreses” la cosa como que no avanza. Al final se convierte en propaganda para sus intereses, no para los de todos.
Si solo se pueden pronunciar quien me ríen las gracias, ¿qué diantres hace usted por aquí? Pues le digo lo mismo que a su amiguito Ulric. Ah, y la única causa perdida es la de ustedes, porque no pretenderán que un puñado de globalistas derrotarán a Dios. No sabe usted bien la pena que me da la gente como ustedes.
Pues yo de mayor jamás querría ser como usted, ni creo que nadie lo quiera, porque no creo que nadie desee ser esparragador. Mire usted, esparragador, yo tengo ya suficiente pan con mi jubilación… por cierto, ¿a usted quién le da el pan? ¿es quien yo me imagino, pillín esparragador? Y sí, pongo a veces mis libros, pero para que la gente como usted deje de esparragar de una puñetera vez, lea algo, despierte, y se salve del dies irae que dentro de poco se desencadenará sobre este mundo, para hacer una buena limpia. Por cierto, pillín, ¿quién le paga… Leer más »
Eso, eso, vacunas para el progre. Pero me da que eso no va a ser así, En las dictaduras no se distingue de nadie, salvo de los cuatro palmeros que pululan alrededor del cacique tipo Castro o Maduro…Para salvarnos me da a mi que ya no va a ser suficiente con echar un papelito cada cuatro años con el que se limpian sus partes mientras se parten a carcajadas los mismos de siempre…
Soberbio y profético digno de enmarcar y mantener en la sala de la casa para leerse los tres o cinco veces al día el valor de los tiranos recibe en la cobardía de los súbditos ya que si esto se organizarán y le plantarán cara lo degollar y Ani terminaría cómo lo sabes de Rusia o los chasco de Rumanía o cómo Mussolini y su mujer en la Italia fascista la Revolución Francesa fue un ejemplo perfecto de lo que se debe hacer a los malditos traidores que se venden como Judas por unas cuantas monedas y hacen daño al… Leer más »