La imperdible Ruta del Vino por la Rioja alavesa
Si hay una buena cantidad de razones para visitar la Rioja alavesa, sin dudas la calidad de los vinos que allí se producen es una de las mejores. De hecho, esta clase de recorrido tan específico, el que contempla la Ruta del Vino por la Rioja alavesa, se ha transformado en uno de los de mayor demanda de cara a los próximos meses, medidas sanitarias incluidas.
Lo usual es que estos trayectos preestablecidos permitan a los viajeros amantes de una de las bebidas más populares del mundo, conocer los secretos que guarda la Rioja Alavesa, visitando Laguardia, Elciego, Labastida, como así también referencias específicas que resultan imperdibles.
Como decíamos, son miles los españoles que todos los años deciden hospedarse en algunos de los confortables sitios que ofrece la zona, como Líbere, para luego poder conocer en su tiempo libre el sur de Álava, donde se halla la tierra del vino, como se denomina a la Rioja Alavesa.
Hablamos de una extensión de territorio de unas 12.000 hectáreas, a través de las cuales nos toparemos constantemente con diferentes ejemplos de arquitectura al servicio de este caldo, muchas de las cuales han sido levantadas por autores contemporáneos, y que conviven en perfecta armonía con villas medievales que aún dejan ver parte de su esplendor.
Probablemente la parada más importante es Laguardia, la capital de la Rioja Alavesa, con su curioso trazado que consta de tres calles principales y una muralla. Se trata de un viaje al pasado, hasta la época del rey Sancho el Sabio. De hecho, debajo del empedrado de sus caminos tenemos el indescifrable entramado que conectaba a las antiguas bodegas locales.
Durante este paso, no puede faltar una visita a la Casa de Samaniego, autor del poema “La zorra y las uvas”, como así tampoco a la Plaza Mayor, con su reloj de Carillón. A su vez, desde el parque del Collado podemos asistir a increíbles panorámicas de los viñedos y bodegas de la región. Mención especial merecen las Bodegas Ysios, con diseño a cargo de Santiago Calatrava.
Tras reponer fuerza, normalmente se sigue hacia Elciego, donde inmediatamente nos recibe una arquitectura más actual, que tiene un gran representante en el complejo de Marqués de Riscal de Frank O. Ghery, casi un homenaje a la industria del vino con su titanio virado.
Nuestra última detención debería ser en Labastida, una pequeña población en la que resaltan palacios señoriales, como los de la familia Salazar, o el que hoy oficia de Ayuntamiento.
Tenemos cultura, con el Arco de Toloño o el relieve del Descendimiento, sin olvidarnos tampoco de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Pero para nosotros lo más importante es que aquí nació Don Manuel Quintano, padre del vino de Rioja. Podemos recordarlo comiendo y bebiendo, claro.
Por último, la Ruta del Vino por la Rioja alavesa se lleva a cabo en apenas medio día, por lo que no te quitará tiempo para seguir disfrutando del alojamiento que hayas escogido para tus vacaciones.