Un muchacho llamado Pablito se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por 300 euros. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente. Al entregárselo, el campesino le dijo:

—Lo siento Pablito, pero tengo malas noticias: el burro murió.

—Bueno, dijo Pablito, entonces devuélvame mi dinero.

El vendedor replicó:

—No puedo. Ya me lo gasté.

Pablito le respondió:

Bien, me da igual; entrégueme el burro muerto.

— ¿Y para qué? preguntó el anciano, ¿qué vas a hacer con un burro muerto?

—Lo voy a rifar -contestó Pablito.

—Estás loco, ¿cómo vas a rifar un burro muerto?

—Es que no le voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.

Un mes después de este suceso, el campesino se encontró nuevamente a Pablito y le preguntó:

— ¿Qué pasó con el burro?

Pablito le respondió:

—Lo rifé, vendí 500 números a 20 euros cada uno y gané 10.000 euros.

— ¿Y nadie se quejó?, preguntó el viejo.

Solamente el ganador -le respondió Pablito-, pero a él le devolví 40 euros y quedó tan contento.

Pablito creció y se hizo político. Fundó el partido Podemos. Medró y mintió hasta llegar a diputado, después siguió medrando y llegó a ser vicepresidente del Gobierno.

Un hombre que durante su vida no trabajó en nada, ni hizo nada productivo, ahora es muy rico y vive en una gran mansión con criados y vigilancia. Y todo esto porque encontró muchos burros muertos en su camino y los fue rifando a mucha gente ingenua.

Pero lo mejor de esta historia, es que sigue vendiendo papeletas de burros muertos para seguir de vicepresidente y conservar su mansión y sus privilegios.

Ustedes no pueden dejar que les sigan vendiendo papeletas de burros muertos, abran sus ojos y mejor aún su mente y su sentido común.

Ustedes pueden ayudar a que paren de vendernos papeletas y estos delincuentes desaparezcan de la política para siempre.

Dijo George Orwell: “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores a su patria, no es víctima, es simplemente cómplice”.

A ver qué haces en las próximas elecciones y vigila que “no te vendan la burra”.