Si el marketing se considera una disciplina en constante cambio, el lugar en el que más debe mostrarlo es, precisamente, cuando se convierte en marketing en redes sociales. El universo de las redes, en los que el contenido puede pasar desapercibido o hacerse viral en cuestión de segundos, es el más vivo de los formatos y, de ahí, que haya que plantearse cómo hacerlo bien para no caer en el olvido.

Lo primero que cualquier profesional se plantea es, ¿qué y para qué? Qué es una red social y para qué debo moverme en ella.

Contestar estas preguntas que, a priori son sencillas, no lo es en realidad. Una red social nació como forma de conexión con contactos con los que no se tenía apenas tiempo común, como escaparate para contar a los conocidos qué se hacía o cuáles eran los intereses que movían a cada persona en ese momento concreto. Pero desde ese origen a la actualidad, han pasado años y revoluciones internas, pasando incluso por cambios de logaritmos y segmentaciones.

Actualmente una red social es prácticamente un medio de comunicación que usan las empresas para llegar a sus usuarios, pero también a los posibles usuarios futuros a través de estrategias de marketing de contenidos que permiten, mediante las segmentaciones disponibles, configurar los mensajes para los objetivos corporativos.

Aunque en realidad todo pasa con conseguir que los clientes reales sean capaces de servir de altavoz en sus redes para que su red de contactos pueda visibilizar los productos o servicios, lo cierto es que las compañías no pueden quedarse quietas y enfocarse en crear contenidos que sean originales, útiles y, sobre todo, que hablen de su filosofía de vida.

Es así, haciéndose cada vez con más seguidores que consumen sus contenidos, como inconscientemente se irán creando una reputación, un espacio en la red y una propia red de recomendaciones capaz de incrementar el tráfico hacia su sitio, pero también un incremento en sus ventas o contrataciones.

Decir que no es necesario hacer publicidad en redes es engañar al usuario. No solo es necesario sino imprescindible.

La creación de una red de anuncios que llegue al potencial consumidor es clave para que encuentren a la compañía. Pero eso, sin algo detrás, queda vacío.

Hay que trabajar como nunca las webs, los mensajes, la parte audiovisual y los mensajes en redes.
Solo así, el éxito será una opción.