Mónica García.

Más Madrid ha rechazado la oferta de Pablo Iglesias y concurrirá en solitario a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid el próximo 4 de mayo. Así lo ha anunciado Mónica García, que será la candidata del partido en esos comicios.

Mónica García ha anunciado su candidatura con claras alusiones a Pablo Iglesias y reivindicando su trayectoria en la oposición a Díaz Ayuso en estos dos últimos años: “Madrid no es una serie de Netflix que haya empezado el pasado miércoles” y a la decisión de Iglesias de quitar de en medio a Isa Serra para ponerse él: “Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos”. “A la frivolidad de la señora Ayuso de convocar elecciones”, asegura, “no podemos añadirle ni más frivolidad, ni más espectáculo ni más testosterona”, continúa, aludiendo otra vez a Iglesias. “Dedicarnos a mirarnos el ombligo, a hablar de nosotros mismos o dar golpes de efecto nos distrae de lo verdaderamente importante”. Unas palabras con las que Mónica García ha querido marcar claramente distancias con Podemos y, sobre todo, con la figura de Pablo Iglesias.

En claro contraste con lo que ha hecho el todavía vicepresidente, Errejón ha querido apartarse del foco y dejar todo el protagonismo de este anuncio a su candidata, Mónica García, sin tratar de acaparar los focos como ha hecho Iglesias.

Iglesias trataba de poner a Errejón entre la espada y la pared

A nadie en el equipo de Más Madrid se le escapa que, aunque sobre el papel Iglesias centró su movimiento en parar a Ayuso y a Vox, el verdadero objetivo del golpe de efecto de Iglesias es evitar la desaparición de Podemos en la Comunidad y que la formación de Errejón empiece a absorber a los votantes descontentos con la labor de Podemos en el Gobierno, no solo a nivel regional, sino también a nivel nacional.

Con este movimiento, Iglesias esperaba diluir las siglas de Más Madrid en torno a su figura y frenar la aspiración del partido a liderar la oposición a Díaz Ayuso. El partido madrileño no ha aceptado el órdago de Iglesias, ya que confía que su implantación y nombre en la Comunidad sea suficiente para contrarrestar la indudable fama de Iglesias, que no siempre juega a favor del vicepresidente, ni siquiera entre los votantes más a la izquierda.