Carta de una madre afiliada a VOX Málaga
(Remitido) Me cuesta trabajo como mujer, como afiliada y sobre todo como madre, admitir que en un círculo de confianza y digo siempre presuntamente, estén ocurriendo hechos como el que hemos conocido ayer.
Siempre he intentado como madre, por el instinto de protección sobre nuestros hijos y porque así me previeron mis padres, tener cuidado con la gente a la que mi hija tenía acceso desde mi propio ámbito, bien es cierto que alguna vez erré, (bien sea por mi trabajo, bien por ser casi madre soltera, bien por un exceso de confianza hacia la gente que conozco); alguna vez fallé y lo reconozco.
Recuerdo de una amiga mía cuya hija se negaba a tener amistad con un compañero de trabajo de su madre y el mejor amigo de éste, recuerdo como esa chiquilla cada vez que paseando por la calle con nosotras y al ver a quien la madre saludaba, se apartaba y por más que la madre intentaba obligar a su chiquilla a ser educada y cortés.. la “ niña reculaba”.
Afortunadamente un amigo mío me llamó y desde su posición laboral, me dijo” tu amiga debe romper cualquier amistad con su compañero y su amigo y no puedo ni debo darte más datos”.
Se me heló la sangre, me sentí culpable al ver que ingenuamente las dos habíamos puesto en peligro a su hija; ahí comprobé como a veces los padres somos ingenuos y son nuestros hijos los que tienen un instinto muy fuerte de supervivencia y protección. Afortunadamente nunca pasó absolutamente nada, pero esa chiquilla sabía en su más primitivo ser que esas personas no eran fiables, por más que su madre fuese en su ignorancia amiga de uno de ellos.
A veces y años después y ya siendo una mujercita, he hablado con esta niña y me decía que el amigo del compañero de su madre le daba “espeluznos”, ella no sabía el porqué, pero algo instintivamente le hizo protegerse.
Hoy, tenemos conocimiento de que un chico del partido, presuntamente ha usado su amistad, su cercanía por pertenecer a un grupo, para a sus compañeras” ofrecerles dinero a cambio de”, para importunarlas y siempre digo presuntamente , porque afirmar tal cosa y sin ningún lugar a dudas, exclusivamente corresponde a los Jueces.
Como mujer y como madre no sé cómo actuaría, si mi hija o una amiga suya hubiesen tenido la desgracia de recibir mensajes obscenos de un compañero, sabiendo que la trataron como un trozo de carne con la que satisfacer unos instintos tan primarios que causan cuando menos repulsa; Saber que dentro de nuestro entorno, en el que nos sentimos protegidas, se hubiese dado ese exceso de confianza por una parte , para dar lugar a tales mensajes, me produce una repulsa que soy incapaz de expresar certeramente con palabras que no resulten ordinarias, soeces, malsonantes,( calificativos y expresiones no me faltan pero mi pudor y el respeto a quien pudiera leerme me hacen ser comedida).
Y como progenitora me pongo en el lugar de los padre de este chico y lamento profundamente que deban pasar por esta vergüenza, por ese sentimiento de “ Tierra trágame” o “¿ Qué hemos hecho mal, para que esto nos suceda?”
Lamento lo que está ocurriendo, no podía ser de otro modo , y ello me lleva a preguntarme ¿ Cuánto conozco a la gente que me rodea, hasta dónde debo confiar en cualquiera que se presenta como alguien que comparte mi forma de pensar?
Lo que sí es cierto es que ,muchas veces y no digo que sea éste el caso porque en nada conozco a esta familia, la falta de atención en nuestros hijos o el exceso de confianza en ellos por la edad que ya tienen dan como resultado actuaciones tan execrables como de las que presuntamente hablamos hoy, lo que nos enseña que da igual que nuestros hijos tengan 18, 20 o 25 años…siempre debemos estar con y cerca de ellos por “ la culpa in vigilando” que los adultos, seamos o no sus progenitores ,tenemos y del que debemos hacer uso.
*Afiliada a VOX Málaga y licenciada en Derecho