Los militares franceses dicen “basta”: “Algunos se han jugado la piel para destruir a ese islamismo al que vosotros, aquí, en nuestro suelo, hacéis concesiones”
(Remitido) Señoras y señores ministros, parlamentarios, oficiales generales en sus distintos grados y empleos: Ya no se canta la séptima estrofa de La Marsellesa, llamada “copla de los hijos”. Sin embargo, es rica en enseñanzas. Dejemos que nos las proporcione:
“Entraremos en la carrera cuando nuestros mayores ya no estén. Encontraremos su polvo y la huella de sus virtudes. Menos celosos de su supervivencia que de compartir su tumba, tendremos el sublime orgullo de vengarles o seguirles”.
Nuestros mayores son combatientes que merecen respeto. Son, por ejemplo, esos viejos soldados cuyo honor habéis pisoteado en estas últimas semanas. Son esos millares de servidores de Francia, firmantes de una tribuna de simple sentido común, soldados que han dado sus mejores años para defender nuestra libertad, obedientes a vuestras órdenes, para hacer vuestras guerras o ejecutar vuestros recortes presupuestarios, a los que ensuciabais mientras el pueblo de Francia los apoyaba. A esa gente que ha luchado contra todos los enemigos de Francia, vosotros los habéis tildado de facciosos cuando su único error ha sido amar a su país y llorar su visible degradación.
En estas condiciones, a nosotros, que hemos entrado recientemente en la carrera, nos corresponde entrar en la arena para tener el honor de decir simplemente la verdad.
Nosotros pertenecemos a eso que los periódicos han llamado “la generación del fuego”. Hombres y mujeres, militares en activo, de todas las armas y de todos los grados, de todas las sensibilidades, que amamos nuestro país. Esos son nuestros únicos timbres de gloria. Y si, reglamentariamente, no podemos expresarnos a cara descubierta, tampoco nos es posible callar.
En Afganistán, Mali, Centroáfrica u otros lugares, un cierto número de nosotros ha conocido el fuego enemigo. Algunos se han dejado allí camaradas. Se han jugado la piel para destruir a ese islamismo al que vosotros, aquí, en nuestro suelo, hacéis concesiones.
Casi todos hemos conocido la Operación Centinela. Hemos visto con nuestros ojos los suburbios abandonados a su suerte, los paños calientes con la delincuencia. Hemos sufrido las tentativas de instrumentalización de varias comunidades religiosas, para las que Francia no significa nada más que un objeto de sarcasmo, de desprecio e incluso de odio.
Hemos desfilado el 14 de julio ante una masa benevolente y diversa que nos aclamaba porque somos emanación de ella misma. Y se nos ha pedido durante meses que desconfiáramos de ella, prohibiéndonos circular en uniforme, haciendo de nosotros víctimas en potencia, en un suelo que sin embargo somos perfectamente capaces de defender.
Sí, nuestros mayores tienen razón sobre el fondo de su texto, en su totalidad. Vemos la violencia en nuestros pueblos y ciudades. Vemos cómo el comunitarismo se instala en el espacio público y en el debate público. Vemos que el odio a Francia y a su historia se convierten en norma.
No son los militares los que tienen que decir estas cosas, argüiréis. Al revés: precisamente porque somos apolíticos en nuestras apreciaciones sobre la situación, lo que hacemos es una simple constatación profesional. Porque esta degradación la hemos visto en muchos países en crisis. Precede siempre al hundimiento. Anuncia el caos y la violencia y, contrariamente a lo que decís aquí y allá, este caos y esta violencia no vendrán de un “pronunciamiento militar”, sino de una insurrección civil.
Hay que ser muy cobarde para parlotear sobre la forma de la tribuna de nuestros mayores en lugar de reconocer la evidencia de sus constataciones. Hay que ser muy pérfido para invocar un deber de reserva mal entendido con el fin de hacer callar a unos ciudadanos franceses. Hay que ser muy perverso para animar a los jefes militares a tomar posición y exponerse, y después sancionarles rabiosamente cuando escriben algo distinto a relatos de batallas.
Cobardía, perfidia, perversión. Esa no es nuestra visión de la jerarquía. Por el contrario, el ejército es el lugar por excelencia donde se habla con la verdad, porque aquí uno se juega la vida. A esta confianza en la institución militar apelamos.
SÍ: si estalla una guerra civil, el ejército mantendrá el orden en nuestro propio suelo, porque así se le pedirá. Es la definición misma de la guerra civil. Nadie puede querer una situación tan terrible, ni nuestros mayores ni nosotros, pero, una vez más: sí, la guerra civil late en Francia y vosotros lo sabéis perfectamente.
El grito de alarma de nuestros mayores evoca muy lejanos ecos. Nuestros mayores son los resistentes de 1940, a los que, con frecuencia, gente como vosotros tildó de facciosos, y que continuaron el combate mientras los legalistas, muertos de miedo, buscaban contemporizar con el mal para limitar los daños. Son también los “peludos” de 1914, que murieron por unos pocos metros de tierra mientras que, hoy, vosotros abandonáis barrios enteros de nuestro país a la ley del más fuerte. Nuestros mayores son, en fin, todos los muertos, célebres o anónimos, caídos en el frente o después de una vida de servicio.
Todos nuestros mayores, los que han hecho de nuestro país lo que es, que han dibujado su territorio, defendido su cultura, dado y recibido órdenes en su lengua, ¿acaso han combatido para que ahora vosotros dejéis que Francia se convierta en un Estado fallido, que sustituya su cada vez más patente impotencia soberana por una tiranía brutal contra aquellos de sus servidores que aún quiere dar una voz de advertencia?
Actuad, señoras y caballeros. Esta vez no se trata de emociones a la carta, de fórmulas tópicas o de mediatización. No se trata de prolongar vuestros mandatos o de conquistar otros. Esta vez se trata de la supervivencia de nuestro país, de vuestro país.
Se me han puesto los pelos de punta al leer la carta.
Hay que pensar en todo el sufrimiento de nuestros ancestros y ver lo que tenemos ahora y como se traiciona sistemáticamente a nuestra patria y a kustros patriotas
Es que se mire como se mire es un despropósito. ¿Qué sentido tiene mandar a tu ejército a combatir al enemigo fuera, si al mismo tiempo lo estás metiendo dentro? Lo que ocurre es que nuestros gobiernos supuestamente democráticos están al servicio del gobierno oscuro que lleva a Europa al desastre de guerra mundial en guerra mundial. Pacifismo, ecologismo, animalismo, ultrafeminismo con sus derivadas de Rociito y familia, Terelu y la suya además de Ponce y Sobera con sus citas amorosas desvían la atención del auténtico problema que tenemos y que nos echan encima. La televisión y sus programas son… Leer más »
Deberíamos saber que en la Alemania de ADOLFO HITLER, las aguas que se bebían estaban fluorizadas, no me extraña que en España se esté haciendo lo mismo, con el propósito de mantener a la población cerebralmente lobotomizada, aborregada, estúpida, esclava y consumista e incapacidad de reaccionar ante situaciones como las que en la actualidad y de forma tan dramáticamente dictatorial, criminal y genocida, estamos sufriendo los españoles, por parte gubernamental apoyada por los medios de comunicación y los perros del poder, mantenidos a sueldo. Muy a lo contrario de cuanto sucedió el 2 de Mayo de 1808, en lucha de legítima defensa… Leer más »
Siendo o tratando de ser lo más ecuánime posible, hemos de recordar que en España diversas Asociaciones y muchos militares españoles de alta graduación, ya hicieron públicos varios manifiestos dirigidos al pandemonium gubernamental y también al “Monarca Jefe (es un decir) Supremo de las FAS”. Loable iniciativa que sólo sirvió para que las hordas socialcomunistas se emplearan a fondo contra los militares retirados tachándoles de retrógrados, fascistas, franquistas, cavernicolas, lunáticos, antidemocratas, etc. El presente artículo es totalmente válido para España. Basta cambiar el nombre de la Nación. Pero aquí es mucho peor, teniendo en cuenta que en Francia no hay… Leer más »
Usted lo ha dicho, en España sólo hay MILITARES RETIRADOS, O EN LA RESERVA, ETC., en definitiva jubilados que ya no pintan nada, ni mandan nada ni, por supuesto, SE JUEGAN NADA…
Quiero pensar que una buena parte de esos militares franceses SE ESTÁN JUGANDO SU CARRERA, no como aquí.
Estoy de acuerdo con ud. pero sólo en parte. Porque la opinión de esos militares, aunque ya no tengan mando efectivo, si que cuenta y mucho en la de los que están en activo. Sobre todo porque le aseguro que esa corriente de opinión es mayoritariamente en todo el conjunto o seno de las FAS. Y esa circunstancia, por si misma, ya constituye una amenaza y freno para la chusma o las hordas socialcomunistas, independentistas y arribistas de todos los partidos de esta infame oclocracia. Tal vez, todavía no se han dado las condiciones para que muchos militares en activo,… Leer más »
Veo que en FRANCIA, y a Dios gracias, todavía hay militares dignos de dicha nombre.
Pero, ¿Y EN ESPAÑA…?
AQUÍ SÓLO SON valientes CUÁNDO YA NO PUEDEN ASCENDER MÁS, PASAR A RETIRO O A LA RESERVA, y no tienen nada que perder.
Ninguno está dispuesto a jugarse sus estrellas o graduaciones, su carrera, su futuro, los hipotéticos ascensos futuros, si son buenos chicos, y se portan bien, etc.
¿Y LA PATRIA…? PUES LA PATRIA, QUE SE JODA, QUE PRIMERO SOY YO Y MI FAMILIA…
(Esto es lo que sospecho que piensan el 99% de nuestros militares).
Me permito recordarle que los sionistas tienen hace tiempo establecido como plan de disgregacion europea enfrentar a cristinanos con musulmanes. No se olvide quien gobierna Francia, quien maneja sus economias, quien maneja la INjusticia y por supuesto quien maneja las fuerzas armadas.
No le parece raro que el pronunciameinto sea unos dias antes del ataque de la secta de los marranos a palestina… vale!
Ahora que están en el oder mundial se comprende el porqué ancestralmente nadie les podía ver…¿Sandrá de esta la Humanidad? lo dudo mucho. Lo dudo mucho…