Preparando el líder mundial: La ONU quiere un gobierno global para “prevenir futuras pandemias”
La vigilancia mundial, la “independencia financiera” y el poder para invalidar a los gobiernos nacionales encabezan las “reformas” recomendadas por la OMS.
Un nuevo informe, publicado por las Naciones Unidas, afirma que la “pandemia” del covid19 podría haberse evitado si las Naciones Unidas -y en particular la Organización Mundial de la Salud- dispusieran de una mayor autoridad mundial.
El informe se titula Covid19: Make it the Last Pandemic. (“Covid-19: asegurar que sea la última pandemia”). Se trata de las conclusiones publicadas por el Grupo Independiente sobre la preparación y la respuesta a las pandemias, que se concentra sobre el modo en que el mundo puede buscar la prevención de las “pandemias” en el futuro.
Este grupo “independiente” está presidido por la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, la ex presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, y otras personalidades políticas (incluido el mundialista David Miliband). Fue creado el pasado mes de mayo por el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus (no sé cómo se puede llamar “independiente” a un informe encargado por la OMS que pide más dinero y poder para la OMS).
llen Johnson Sirleaf (izquierda) y Ellen Clark (derecha) dos autoras principales del nuevo informe de la OMS.
Puede leerlo todo en el propio sitio web del informe (De nuevo no sé por qué un solo informe de la OMS necesita un sitio web entero).
Ellen Johnson Sirleaf (izquierda) y Ellen Clark (derecha) dos autoras principales del nuevo informe de la OMS
Hay mucho que desmenuzar en las ochenta y seis páginas de doble lenguaje burocrático del informe, pero sus principales conclusiones son:
1. Elevar al más alto nivel el liderazgo en materia de preparación y de respuesta a las amenazas sanitarias mundiales para garantizar una actuación justa, responsable y multisectorial.
2. Concentrar y reforzar la independencia, la autoridad y la financiación de la OMS.
Invertir ahora en la preparación para crear capacidades plenamente funcionales a nivel nacional, regional y mundial.
3. Establecer un nuevo sistema internacional de vigilancia, validación y alerta.
4. Establecer una plataforma prenegociada para herramientas y suministros.
5. Movilizar nuevos fondos internacionales para los bienes públicos globales de preparación y respuesta a la pandemia.
6. Los países deben establecer una coordinación nacional al más alto nivel para la preparación y respuesta ante una pandemia.
Todo esto se puede resumir en “dar a la OMS (y a sus acólitos) más dinero y más poder”.
Cada sección de sus recomendaciones contiene varios puntos, demasiados para repasarlos, pero ciertamente hay algunos párrafos que deberían hacer levantar las cejas a cualquier lector atento:
La OMS debe establecer un nuevo sistema de vigilancia mundial, basado en la plena transparencia de todas las partes, que utilice herramientas digitales de última generación para conectar los centros de información de todo el mundo y que incluya la vigilancia de la salud animal y medioambiental, con la debida protección de los derechos de las personas.
…Lo que significa esencialmente la legalización de programas de vigilancia mundial a gran escala, con -por supuesto- “protecciones apropiadas de los derechos de las personas” (y les debería dar vergüenza de pensar de forma diferente)”.
Y añade:
Las futuras declaraciones de una PHEIC (emergencia sanitaria internacional) por parte del Director General de la OMS deberían estar basadas en el principio de precaución cuando esté justificado.
Lo que exige que el Director General de la OMS tenga el poder de declarar una “pandemia” mundial, no porque definitivamente haya una nueva enfermedad que esté matando a la gente, sino porque creen que podría haberla.
De hecho, el director general de la OMS tiene el poder de crear una pandemia cuando lo considere necesario. Resulta un tanto irónico que el grupo de trabajo sobre “prevención de pandemias” recomiende hacer mucho más probables las “pandemias”.
Además, el informe elogia a los países que han adoptado las medidas “ant-Covid” más autoritarias.
Concretamente, se elogia a China tanto por su “rápida identificación” del virus como por sus increíblemente estrictas medidas de confinamiento. Otro país citado como ejemplo es Nueva Zelanda, que también era muy estricto.
Por el contrario, los países que habrían obtenido “malos resultados” en la lucha contra el Covid -aunque nunca se les ha nombrado- son universalmente criticados por su “negación de las pruebas científicas”, su “erosión de la confianza en las medidas sanitarias” y sus líderes que “se mostraron escépticos o despectivos” ante la pandemia.
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El informe continúa así. En todo momento alaba la centralización, la globalización y el totalitarismo en detrimento de la soberanía, el individualismo y la libertad. Y aunque el propio informe puede formular su agenda en un lenguaje diplomático suave, los autores del informe han sido mucho más directos sobre sus verdaderas intenciones.
En un claro ataque a la soberanía nacional, Helen Clark es citada por The Guardian diciendo:
[La pandemia se ha visto] agravada por la falta de liderazgo global y coordinación de las tensiones geopolíticas y el nacionalismo que debilitan el sistema multilateral, que debería actuar para mantener el mundo a salvo”.
También criticó la normativa vigente que limita las competencias de la OMS:
[La OMS] se vio obstaculizada y no ayudada por las normas y procedimientos sanitarios internacionales,
El mensaje es bastante obvio.
A lo largo de la narrativa exagerada de la “pandemia” de coronavirus, hemos visto a los gobiernos nacionales de todo el mundo utilizar esta falsa crisis para ampliar “temporalmente” sus poderes.
Ahora las Naciones Unidas intervienen con la esperanza de ampliar su mandato de poder mundial.
Cada día que pasa está más claro que no hay una pandemia, sino una PLANDEMIA, con la desaparición de los estados-nación, y la creación de un gobierno dictotorial mundial, de inspiración comunista, y liderado POR CHINA Y EL CAPITALISMO JUDÍO INTERNACIONAL.
Así de claro, directo y contundente.