Esta en juego aquello que nos hace humanos: la libertad
La libertad es fruto de la VERDAD, y sin verdad no hay libertad. Se ha creado un mundo en base a la mentira, un estilo de vida peligroso. Un sistema endulzado con un bienestar que hoy se va descomponiendo a pasos de gigante gracias a quienes con el poder de un pueblo anonadado entre pan y circos, corrompen e intoxica sus bases: Leyes, constituciones, normas de convivencias, etc. Y todo ello por dinero, sí, dinero.
Recordemos qué es la libertad.
“La libertad es el tesoro más preciado que tiene el ser humano. Nuestra es la responsabilidad de respetarla, disfrutarla e impedir que nadie nos la robe. Todos tenemos derecho a conservarla y mantenerla cuidada. Por eso, siempre que podamos deberíamos tener presente la frase: tu libertad termina donde empieza la mía”.
Cuando uno sobrepasa esa línea que separa la libertad de uno y la del otro, corre el riesgo de llevarse una torta, o más.
Bien, pues hoy, aquellos en los que hemos depositado la confianza en las urnas, para que gestionen nuestras libertades, nos traicionan. Hemos dejado de ser iguales ante la ley que protege la libertad individual. Una libertad responsable y democrática. En nombre del coronavirus te roban lo único que te hace humano, la libertad. Y si no la tienes, como prontamente podrás comprobar, es porque te han hecho un esclavo. Sí, un esclavo. En ningún momento de la historia, a causa de un virus, se han modificado leyes de control absoluto sobre la población. Y si han habido urgencias e imperativos han sido circunstanciales para volver a la normalidad. Hoy se están creando leyes que sierran de lleno la libertad legítima por una “libertad adulterada, codificada, y degradada” en manos de un sistema jamás democrático, sino todo lo contrario, autoritario dónde los haya. Una dictadura jamás conocida por el hombre en esta era tecnotrónica guiada por los déspotas politicuchos hacia un infierno, y detrás sus fidedignos ciudadanos incapaces de pensar en el mal que les embargará.
La libertad es lo más valioso en el ser humano, sin ella no hay humanidad.
El estado de pánico que viven los ciudadanos en el mundo, es un estado inducido, irreal, inhumano y psicologicamente perverso con la sola pretensión de neutralizar la libertad en todos los sentidos.
Los protagonistas de corte fanática y con claros visos sociopatas se consideran dueños del mundo, de cualquier persona en el mundo. Su único placer es doblegar hasta la muerte a quienes no obedezcan sus locuras, a quien no les sea obediente. Y, como no, reírse de aquellos incapaces de pensar por si mismos frente a todos estos atropellos denigrantes y absurdos que no hacen más que testimoniar la deficiencia mental de titulados y gente de corral.
NOS ROBAN la libertad. Quieren esclavos, porque está historia Covidiana les pertenece. Ellos se benefician de la supina ignorancia que pavonea de necedad en boca de quienes creen entender su fatídica “verdad” que no es más que un rostro podrido del gran engaño que les azota constantemente. Son dueños de la gran mentira, mentira que idolatran y defienden con sus poderes, también robados a la ciudadanía.
Hoy, más que nunca se constata y reafirma el analfabetismo social. Las personas saben leer, pero no leen. Saben escribir, pero no escriben. Saber oír, pero no escuchan. Saber ver, pero no miran. No se aprende, están ciegos y sordos a una realidad que como elefante en chatarreria les pasará por encima hasta no dejar hueso sobre hueso. Pero, son felices porque se inoculan ante el covid 19 porque todos lo hacen y queda mal desentonar del resto. Sin personalidad propia, sin juicio ninguno, sin conocimiento de causa, la moda es la vacuna porque sí.
Que más da que inyecten veneno, si los demás se dejan debe ser bueno.
La capacidad de raciocinio ante tal calamidad, desapareció.
La libertad de elegir con conciencia, con conocimiento, la robaron. Como el queso.