Cuando un político ridículo y sectario como Antonio Sevilla convierte la sede de Vox Málaga en la casa de unos pocos
¿Entendéis ahora, petimetres, por qué los militantes de base os han dado la espalda y tenéis que echar mano de los carguitos para ocupar las mesas informativas y actuar de relleno en otros eventos? ¿Os dais cuenta por qué las opciones electorales de Vox menguan en todas partes en la medida que la gente percibe que quien se comporta como un villano con la gente de casa, difícilmente podría mejorar su actitud con la de fuera?
Algún día, en las aulas de Ciencias Políticas, tendrá que estudiarse la gestión de la todavía Gestora de Vox Málaga como el ejemplo paradigmático de incompetencia y ridiculez de sus mandos. Son tan ridículos que ha sido anunciar la Plataforma Antigestora que creará grupos de trabajo, para que la todavía Gestora haga lo mismo. En política, sin embargo, se puede pasar por alto los actos involuntarios de negligencia, pero no las actitudes vesánicas.
La sede provincial de Vox Málaga no es propiedad de la Gestora y sí de los militantes que, con sus cuotas, la mantienen. Se caracterizan los espíritus liliputienses por la patrimonialización personal que hacen de los bienes y medios de un colectivo, poniéndolos a disposición de un estrecho círculo de personas. La sede de Vox Málaga pertenece tanto al infame Antonio Sevilla como al más humilde de los afiliados. Debería ser la casa de todos los militantes, pero solo es la de algunos.
Los miembros de la Plataforma Antigestora, que ya suman a más de la mitad de los afiliados de base, han solicitado una de las salas del recinto para celebrar una reunión de trabajo. No ha habido respuesta. Compárese la actitud canallesca y miserable de esta pestilente gestora con la que tuvo el anterior presidente, José Enrique Lara, al ofrecer el local a los opositores del abogado Martín Ortega que preparaban una moción de censura contra la dirección provincial. Martín Ortega rechazó el ofrecimiento, pero ahí queda el gesto.
Hoy las cosas han cambiado. Sevilla pretende ocultar sus muchos complejos con esos tic de autoritarismo que lo dibujan como un personaje aún más miserable y patético de lo que es. Parece haber creído que puede andar por el patrimonio del partido «como Pedro por su casa». Y luego tienen la desvergüenza de pedir a los mismos militantes a los que niegan el uso de la sede, que es también la de ellos, que acudan de floreros a esas ridículas mesas informativas en las que, por cierto, no han logrado la captación de un solo afiliado. Y tendrán la desvergüenza de pedirles a los militantes-parias que colaboren en los procesos electorales en ciernes.
Por otra parte, no deja de tener su macabro deje cómico que se niegue la sede a una plataforma cuyo líder, el ingeniero Antonio Pulido, costeó de su bolsillo parte de sus gastos, incluyendo los informes técnicos que él elaboró y por los que nunca cobró un solo euro.
Es ya imposible que Antonio Sevilla pueda conciliar a la militancia y aunar en torno a las siglas de Vox una mínima expectativa de éxito, toda vez que la desmovilización de los afiliados en las próximas elecciones promete ser histórica. La crisis terminal de Vox Málaga está llamada a beneficiar electoralmente al PP. Aquel liderazgo movilizador de las elecciones de 2019 ha muerto. A Sevilla su sectarismo le delata y ha perdido el norte gracias a su nula credibilidad, a su risible personalidad, a su incoherencia política, y a que no es fiable para casi nadie.
Antonio Sevilla, en algún momento y en algún lugar, te tendrás que encontrar de frente con muchos afiliados a los que estás defraudando y tendrás que soportar que te digamos las verdades del barquero
Personalmente yo tengo unas cuantas cosas que decirte y ese día me tendrás que escuchar y no dar excusas como sueles hacer ERES UN COBARDE
Alguno pensábamos que era un personaje introvertido, pero con el paso del tiempo, y sus actos, sabemos lo que le pasa, ES UN MENTIROSO PATOLÓGICO Y UN BIEN QUEDA
Que estará buscando?