Un restaurante cualquiera:

– Hola.

– Hola, mesa para dos, por favor.

– ¿A qué nombtre tiene hecha la reserva?

– Al de Juan.

– Genial. ¿Pueden mostrarme sus tarjetas de vacunación, tanto su acompañante como usted?

– De acuerdo, pero primero: ¿Puede decirnos quién será nuestro camarero?

– Parece que César será su camarero esta noche.

– Genial. ¿Puedes mostrarnos la cartilla de vacunación de Cesar?

– Uhhh

– Y otra cosa: ¿puede darme la prueba de que César no es un portador de VIH, gonorrea, sífilis, chancros, herpes genital, verrugas genitales, sarna, ladillas, papiloma humano, hepatitis A o B, o cualquier otra enfermedad transmisible? También usted y todo el personal de cocina.

– ¡Ejem!

– Además, preferiríamos que no nos sirviera alguien que esté usando o consuma drogas de recreo como marihuana, cannabis, hachís, cocaína, éxtasis, opio, metanfetaminas, fentanilo, hongos alucinógenos, crack, LSD, crank, ice, , etcétera. Así que si pudiera proporcionarnos el análisis toxicológico más reciente de César, eso sería genial. De hecho, voy a necesitar ver la historia médica de todos sus empleados.

– Ufff… ¡Es mejor que venga el dueño y hable con usted!

– Sería lo mejor, gracias. ¡Asegúrese de que él también tenga su tarjeta de vacunación y sus registros médicos, por favor!

Esta es la  cuestión. Nadie necesita ir a restaurantes ni de otros lugares de ocio. Pero ellos sí nos necesitan a nosotros y nuestro dinero. ¡Empiece a defender su posición!

¡Hágase Respetar! ¡No se deje ofender con exigencias inapropiadas y detengamos el control abusivo a nuestros derechos de convivir en armonía!