Dictadura digital en Australia bajo el pretexto de la salud: La policía tendrá acceso a las cuentas en redes sociales de los ciudadanos
Australia es oficialmente el país más vanguardista en lo que respecta a la pandemia. En primer lugar, el ejército patrulla las calles cuando estás en casa, para vigilar. Un golpe de presión, sin valor alguno.
El gobierno federal australiano planea acabar con el anonimato en internet para introducir un sistema de crédito social de cara a combatir el “abuso en línea”. La policía tendrá acceso a las cuentas de redes sociales de los individuos, que estarán vinculadas a sus pasaportes.
El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones, como es bien sabido.
El Estado pretende controlar, borrar y modificar las publicaciones en línea de cualquier ciudadano. Esto significa que el Estado puede arrogarse el derecho de publicar declaraciones hechas por cualquier persona en contra de su voluntad (y posiblemente castigarle por ello).
Esto se aproxima al control mental.
Controlar las cuentas de las redes sociales y eliminar los datos
1. Órdenes de alteración de datos: permiten a la policía alterar o borrar completamente los datos digitales de cualquier persona implicada en una investigación en curso.
2. Órdenes de actividad en la red: la policía puede obtener informaciones almacenadas en los ordenadores de un sospechoso, así como cualquier presunta red criminal y los usuarios vinculados al individuo.
3. Órdenes de toma de posesión de cuentas: la policía puede tomar el control de las redes sociales y las cuentas en línea de un sospechoso.
Para obtener estas órdenes, la policía no necesita pedir permiso a un juez.
En cambio, la policía simplemente tiene que acudir al Tribunal Administrativo de Apelación, un órgano de revisión dentro del gobierno, que examina de forma independiente las decisiones tomadas por los funcionarios, pero que sólo es competente cuando la ley lo prevé expresamente.
Por si fuera poco, los residentes de determinadas regiones están obligados a hacerse un selfie, geolocalizarse y hacer una declaración jurada del motivo del viaje cuando reciben un mensaje de texto del gobierno.
Asimismo, los habitantes de Australia del Sur tendrán que descargar una aplicación que combina el reconocimiento facial y la geolocalización. El Estado les enviará mensajes de texto en horarios aleatorios, tras lo cual tendrán 15 minutos para hacerse una foto de la cara en el lugar en el que se supone que se encuentran. Si no responden en 15 minutos, la policía puede intervenir.
“No les decimos con qué frecuencia o cuándo, de forma aleatoria, tienen que responder en 15 minutos”, explicó el primer ministro Steven Marshall. “Creo que todos los australianos del sur deberían sentirse muy orgullosos de que seamos el centro nacional de la aplicación de la cuarentena domiciliaria”, añadió.
Si los australianos no se rebelan ante esta y otras medidas liberticidas, es que merecen vivir como esclavos.
Nadie debe aceptar nunca que les quiten o limiten las libertades
La dictadura sanitaria ha llegado a Australia con todo su peso. El fascismo llega de la mano de los llamados “antifascistas,” como ya algunos anticiparon a mediados del siglo XX.
Australia esta igual o peor que con el nazismo