El eje Argelia – Polisario – ETA
Es una evidencia histórica el apoyo del régimen argelino a la banda terrorista ETA, tanto en campo del entrenamiento terrorista, como soporte diplomático. Conocidas son las mesas de negociación de los gobiernos españoles con representantes de ETA en Argel.
Durante los Ejecutivos socialistas de Felipe González, se vivieron unas históricas negociaciones con ETA: las conversaciones de Argel de 1989. Los contactos para estas negociaciones comenzaron en el sur de Francia en 1986, antes de la detención de «Txomin», en abril, en un control del País Vasco galo. El 12 de julio, «Txomin» fue deportado a Gabón, país desde el que llegará a Argelia. El histórico dirigente de ETA se había perfilado como el interlocutor perfecto del Gobierno, ya que estaba a favor de negociar un fin de la lucha armada.
Durante los meses posteriores, dirigentes socialistas como Rafael Vera o Alfonso Guerra, viajaron a Argelia para dialogar con sus autoridades, que se encargaría de mediar con ETA. Es que, el país argelino se estaba convirtiendo en un santuario de terroristas, muchos de los cuales llegaban directamente de Iparralde. El propio Vera, señaló: En el norte de Argelia, ETA llegó a practicar en los campos de entrenamiento de la policía argelina. Donde había campos de entrenamiento de terrorismo internacional, ETA lograba entrenarse.
Argelia vive aún en la guerra fría, y convertida en la verdadera meca de los movimientos revolucionarios armados. Siempre ayudó y ayuda, a todos los que puede, entre otros al FRAP, el MPAIAC canario de Antonio Cubillos, las Brigate Rosse italiana, y todo tipo de banda terrorista, además de la citada ETA.
España siempre supo que Argelia entrenaba, entrena; daba soporte y da soporte al terrorismo internacional, al terrorismo en África, y de forma más específica al Frente Polisario. No hay que olvidar en este momento que tanto ETA como el Polisario coincidieron en tiempo asesinando a españoles (el Polisario a pescadores canarios y por lo que es más que fácil conectar la relación entre Argelia, el Frente Polisario y ETA).
Hoy el Frente Polisario recibe mucha ayuda de las administraciones del País Vasco. Esto no es de extrañar, ya que los partidos vascos actuales son hijos directos de ETA. Una conexión diabólica que mantiene a la banda armada terrorista del Frente Polisario para que continúe con sus atentados terroristas en África y en el propio territorio español. Una alianza de décadas de terror y muerte que algunos por interés económico y otros por deudas amorales, hacen todo lo posible para que continúe vivo el terrorismo.
Lo que es impresentable es que la administración española permita que se financie desde las administraciones públicas, a través de oscuras Asociaciones pro-saharaui, a una banda terrorista que atentó y atenta contra ciudadanos e intereses españoles. Es el momento de recordar como durante trece años, entre 1973 y 1986, el Frente Polisario llevó a cabo 289 atentados terroristas contra ciudadanos españoles, de forma mas precisa contra trabajadores de las minas de fosfatos de Fosbucraa, en el Sáhara, y pescadores, de Canarias, Galicia, País Vasco y Andalucía, que faenaban en aguas del banco sahariano.
El 7 de abril de 1977 el pesquero lanzaroteño Pinzales fue ametrallado cuando estaba faenando en aguas del banco sahariano, en las proximidades de Punta Leven. Su patrón, Andrés Parrilla Acuña, resultó herido. El 22 de abril de 1978, ocho pescadores del pesquero Cansado Palomas fueron secuestrados durante más de seis meses hasta que se pagó su rescate.
Cuatro meses más tarde, el 16 de agosto, el patrón del pesquero Tela, Parrilla Curbelo, también fue herido por disparos de metralla del Polisario. El 28 de noviembre de 1978 el Polisario dinamitó el pesquero canario Cruz del Mar después de asesinar a siete de sus diez tripulantes. El ABC publicó en su portada del 12 de diciembre: «Cofirmado: los asesinos eran polisarios».
El 1 de noviembre de 1980, con el mar en calma, los 14 pescadores del Mencey de Abona, desaparecieron. Cuarenta y seis días más tarde, un pesquero coreano se encontró dos cuerpos atados de pies y manos en las mismas aguas en las que desapareció el barco. El 19 de junio de 1984 un barco congelador, el Montrove, con 16 hombes a bordo, desapareció también sin que se volviera a saber de ellos. Lo mismo que el 12 de diciembre de ese mismo año. En ese caso el pesquero Islamar III.
El sábado 22 de septiembre de 1985 contra el pesquero canario «El Junquito», cuando pescaba frente a la costa del Sáhara. «El Junquito» fue ametrallado desde tierra. Mataron al contramaestre Guillermo Batista Figueroa, de 63 años, casado y padre de tres hijos. Y hundieron el barco. Los seis pescadores de «El Junquito», que resultaron heridos, fueron capturados por los terroristas saharauis y llevados a Tinduf, en la frontera con Argelia, donde fueron liberados seis días más tarde junto con el cadáver del contramaestre.
El entonces presidente, el socialista Felipe González, a la vista de estos atentados, ordenó la expulsión fulminante de todo el territorio nacional de «todas las personas identificadas como miembros del Frente Polisario» y el cierre de sus oficinas en España.
Es por ello más que curioso que, en las aulas no se menciona, ni una sola vez, a este grupo armado del Frente Polisario en el catálogo de organizaciones que han utilizado, de forma oficial, el terrorismo contra el Estado español y sus ciudadanos, en el que sí aparecen ETA, Terra Llure, Exército Guerrilleiro, GRAPO, MPAIAC, Batallón Vasco Español Triple A o el terrorismo yihadista entre otras. Bien parecer que las administraciones españolas banalizan y blanquea el terrorismo del Frente Polisario.
España como Estado, no puede olvidar a las víctimas del terrorismo, sean de la banda terrorista que sea. No puede permitirse tener a víctimas de primera y de segunda categoría. Eso es amoral e insostenible por cualquier Estado democrático moderno. España no pude formar parte, de forma directa, indirecta o lejana de este eje del mal que constituye el diabólico eje Argelia – Polisario – ETA. Debe de inmediato retomar el camino de la dignidad aportada por Felipe González, y expulsar de España a todas las personas identificadas como miembros del Frente Polisario, y el cierre de sus oficinas en España, e impedir su financiación.