La historia detrás del triunfo de France Gall en Eurovisión en 1965
Ahora que ya conocemos muchos de los detalles de dónde, cómo y cuando será Eurovision 2022 en Italia, esta semana en “Pasaporte a Eurovisión” hemos pedido a nuestra maquina del tiempo viajar a las otras dos ediciones que tuvieron lugar en aquel país de la mano de Iván Iñarra. Nuestra primera parada es 1965. Un año antes, había ganado Eurovisión Gigliola Cinquetti con “Non ho l’eta”, que venía de ganar SanRemo, hito que los Maneskin han reproducido en 2020 ganando ambos festivales. La RAI tenía por tanto que recoger el guante de organizar un evento que cada vez ganaba más repercusión y complejidad técnica. Y a la hora de elegir la sede, se decantaron por el recinto más avanzado tecnológicamente que había en el país transalpino: la Sala de Conciertos de la Rai, construida allí solo un par de años antes. Tenía 3 estudios de televisión y un auditorio para casi 400 personas con los recursos técnicos más avanzados para la época. De hecho, por primera vez se emite el festival a países del este, de lo que entonces se llamaba el telón de acero: la extinta Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumanía, Alemania del Este y la Unión Soviética. La RAI tenía centros de emisión en Turín, Roma, Milán y Nápoles donde se producían y emitían programas para todo el país y este último era el más moderno.
En aquel 1965 se cumplía la edición número 10 del festival y se batía un récord de participantes con 18, ya a que debutaba Irlanda. La presentadora, Renata Mauro, era una de las primeras profesionales de la televisión italiana que había comenzado ya en los años 50 y 60 su andadura a la par que la emisión de cadenas comerciales.
En Italia, el festival de San Remo llevaba ya 15 años en marcha y organizar este a nivel técnico se puede decir que fue pan comido para los italianos. La orquesta sonó genial y aun siendo un auditorio con una sola caja escénica consiguieron adaptar el escenario colocando un gran logo de Eurovisión de la época a un lado donde cantarían los artistas. En aquella época no había bailarines ni grupos, eran todo solistas, así que fue fácil integrarles en el escenario.
¿Y quiénes eran los favoritos? Había grandes estrellas de la época como el frances Guy Mardel, la portuguesa Simone de Oliveira, el austríaco Udo Jurgens o el italiano Bobby Solo. Pero, sin duda alguna, la sensación antes de la competición era la británica Kathy Kirby, que venía de tener muchos éxitos discográficos, e incluso presentar su propio programa de televisión en la BBC. Con su moderno – para la época – “I Belong”, se presentaba clara favorita a otorgar al Reino Unido su primer triunfo.
Pero “I Belong” quedó, en la más pura tradición británica, en segundo lugar. Y eso que los ingleses recibieron la máxima puntuación de España, algo que pocas veces ha pasado en la historia de Eurovisión. La otra gran favorita y a la postre ganadora, llegaba representando a Luxemburgo, aunque tenía sello francés. Por un lado el compositor era Serge Gaingsbourg, un nombre que se convertiría en un mito de la cultura pop francesa y la cantante se convirtió también en un icono de la moda y el pop: France Gall. Hablamos por supuesto de una de las grandes canciones que han ganado el festival: “Poupée de cire, poupée de son”.