Tatuajes: de la marginalidad y los bajos fondos a la moda, pero no son inocuos
Por Magdalena del Amo.- “Los hombres se pintan rayas o bandas oscuras en brazos y piernas, pinchándose de la manera que os diré: juntan cinco agujas y con ellas se pinchan el brazo o la pierna hasta que sale sangre; entonces frotan las pinchaduras con una sustancia negra que deja marcas indelebles. Y estas bandas negras son consideradas entre ellos como distinción ornamental y honorable. […] Hombres y mujeres se dibujan figuras de bestias y pájaros en todo el cuerpo por medio de agujas, y hay entre ellos expertos cuya única ocupación es hacer estos adornos en las manos, las piernas y el pecho. Para ello punzan la piel con una aguja muy afilada y una vez que han frotado sobre estas pinchaduras es imposible borrar las marcas por ningún medio, ni con agua ni con cualquier otra cosa, y se estima más hermoso el hombre o la mujer que pueda exhibir estas figuras en mayor profusión”. Parece que estamos describiendo a los tatuados y a los tatuadores de hoy, pero no. El texto citado es de un relato de Marco Polo, manuscrito por Rustichello de Pisa [1], y hace referencia a los mongoles y a otros pueblos con los que el mercader se encontró en el transcurso de sus viajes.
Los pueblos primitivos de todas las latitudes han sentido una especial atracción por el tatuaje. En el siglo XIII, la ciudad egipcia de Zaytoun era famosa por el número de tatuadores. Allí acudían hombres y mujeres, incluso desde la India, para adornar sus cuerpos.
La palabra tatuaje tiene su origen en el vocablo polinesio, “ta”, dibujar. En Tahiti, “tataus” significa “conforme a las reglas del arte”. Fue James Kook quien, a su paso por las islas de los Mares del Sur, oyó la palabra y la adaptó fonéticamente al nombre inglés tatoo o tatú. “Tata” en polinesio significa también cortar o herir. De ahí surgieron las palabras tatuaje en español, tatouage en francés, tatuaggio en italiano, tatuering en sueco y tätoviring en alemán. Aunque la palabra tatuaje se ha generalizado, en castellano tenemos un vocablo más preciso para designar esta técnica: taracear. Taracear significa incrustar (del árabe tarsi=incrustación y taraceo).
Tres siglos antes de que Kook hablara de tatuajes, ya en el siglo XVI Bernal Díaz del Castillo, acompañante de Hernán Cortés en su viaje a México, había descrito en sus crónicas los dibujos que los indios hacían en sus cuerpos, que le recordaban a la labor de incrustación que se hacía en Toledo, y los llama taraceas.
Fray Diego de Landa, al referirse a los indios del Yucatán dice: “Lábranse los cuerpos y cuanto más, más valientes y bravos se tenían, porque el labrarse era gran tormento. Y era de esta manera: los oficiales de ello labraban la parte que querían con tinta, y después sajábanle delicadamente las pinturas, y así, con la sangre y la tinta, quedaban en el cuerpo las señales; y que se labraban poco a poco por el grande tormento que era”.
El tatuaje ha tenido a lo largo de la historia diferentes finalidades: embellecimiento, identificación del grupo, inspirar terror al enemigo, motivación guerrera o como ostentación de valor. Muchos tatuajes tienen un componente mágico. Según Gustavo F. Scarpa, en el norte de África, se tatúan escorpiones en los tobillos de los niños para evitar ser mordidos por estos animales.
Desde tiempos remotos, los pueblos vencedores solían tatuar a los cautivos igual que se marcaba a las reses. Y siguiendo en el ámbito bélico, los soldados romanos llevaban tatuado en el brazo derecho el nombre del emperador y la fecha de ingreso en filas. Los datos histórico-antropológicos referentes al tatuaje son innumerables. El Código de las 7 Partidas señala que al ser armado caballero, debía hacerse a fuego una marca en el brazo derecho.
Existe asimismo el llamado tatuaje afrentoso o estigmatizante, y un ejemplo de ello lo tenemos en las crónicas de Herodoto. Nos cuenta el historiador que una vez vencido Leontiades, Jerjes ordenó marcarlo con las “armas y sello real”, como vil esclavo. Más próximo ya a nuestros días, se tatuaba a los esclavos negros que eran capturados en África por barcos negreros para ser vendidos en las colonias de América. En España y en Francia era costumbre tatuar a los presidiarios.
El denominado “tatuaje del delincuente habitual” fue a lo largo de las últimas décadas, y lo es hoy en muchos casos, uno de los más comunes. Este responde a motivos de rebeldía, inadaptación a las leyes, ostentación de obscenidad, erotismo o fidelidad a un recuerdo sentimental.
A lo largo del tiempo, ciertos colectivos como marineros, soldados, legionarios, gente de los puertos, bajos fondos, prostitutas y presidiarios han sentido siempre una gran atracción por los tatuajes.
Los miembros de la mafia rusa suelen llevarlos en varias partes del cuerpo, a manera de códigos que indican el historial del delincuente. El primero que se tatúan es el de iniciación, consistente en una rosa y un diseño personal elegido por el adepto. Solo esta organización puede grabarse esta flor. Si alguien osa llevarla sin pertenecer a la hermandad, es asesinado por su gente e igual suerte corren los miembros arrepentidos que se la borran. Este tipo de tatuajes suelen estar ocultos. De hecho, la mayor parte se hacen en zonas que, normalmente, están tapadas. En las rodillas y a la altura de los omóplatos suelen tatuarse estrellas, que determinan el lugar jerárquico que ocupan dentro de la organización y el grado de compromiso. El número de puntas indica las personas que asesinaron. Algunos llevan tatuajes de arañas o telarañas, indicativo de que el miembro es adicto a las drogas. Para la mafia rusa, la cruz es símbolo de esclavitud y subordinación. Este símbolo no se lo tatúan voluntariamente, sino como sanción por haber vulnerado algún código de la mafia.
Hace años, a falta de otros instrumentos y materiales, los tatuadores de las cárceles utilizaban orina mezclada con hollín y champú. Esta mezcla la inyectaban en la piel valiéndose de agujas y maquinillas de afeitar eléctricas.
En la era tecnológica, el tatuaje ha irrumpido con fuerza. Cada vez es más frecuente ver hombres y mujeres de diferentes edades, con los brazos completamente dibujados, o incluso macro tatuajes que no dejan ver un centímetro de piel sin decorar. Sin caer en estas exageraciones, la sociedad lo ha admitido como algo normal y esto lo vemos en cualquiera de nuestras playas y piscinas y, sobre todo, en el mundillo televisivo de la telebasura y más en concreto en los viceversos y viceversas, y todo el elenco de concursantes de islas de las tentaciones y demás engendros de pésimo ejemplo para jóvenes y niños, grandes seguidores de este tipo de realities.
Pero, como quedó expresado, no solo los jóvenes han caído en esta moda regresiva, sino que personas maduritas se han dejado seducir por la tendencia y lucen uno de estos motivos permanentes. El caso es estar tatuado, aunque sea discretamente. Es como el marchamo para entrar en el club de la modernidad.
Y si los famosos han ido creando tendencia, los políticos no se han quedado atrás. En su día, se habló mucho de los tatús de Cristina Cifuentes, cinco en total en diferentes zonas, que lucía con cierta gracia –quizá alguno en el máster—. También muestran sus “toques de distinción” Elena Valenciano, Borja Semper, Sergio Pascual, el checo Vladimir Franz –que todo él es un tatuaje—, o el que fuera primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Se dice que Churchill llevaba tatuada un ancla en el brazo y que Roosevelt portaba impreso en su piel el escudo de la familia.
Pero el tatuaje no es inocuo. A lo largo de los años, fue transmisor de enfermedades como hepatitis, tuberculosis, sífilis y lepra, amén de causar septicemia y reacciones alérgicas. Aunque la industria y los modernos tatuadores aseguran haber solventado el tema de los agentes tóxicos, es frecuente encontrar pigmento en los ganglios linfáticos de los tatuados, generalmente, en las cadenas ganglionares más cercanas al tatuaje. Por otro lado, cuando se testa a una persona con kinesiología holística, con frecuencia nos encontramos con la respuesta del cuerpo ante una cicatriz tóxica que está creando un desequilibrio en el campo energético. En realidad, estamos hablando de una agresión. Lo mismo ocurre con los piercings que son además, bloqueadores de los meridianos energéticos.
En la actualidad, a pesar de ser una práctica generalizada e incluso bien vista, lo cierto es que jóvenes y adultos –me atrevo a decir que inmaduros e insatisfechos, con problemas de identidad— imitan los gustos y las modas de gentes marginales. Pero ya no se trata de incrustar un símbolo o un nombre, como el de la canción de Manuel Quiroga tan bellamente cantado por Concha Piquer, sino que la tendencia es el tatuaje total del cuerpo, brazos y piernas. Y es que el gusto por el tatuaje, el piercing, indumentarias propias de tribus urbanas, como góticos, emos, heavies, otakus, y mil más, han calado de tal manera, que apenas se puede distinguir entre imitadores e imitados. La parafernalia de toda esta subcultura urbanita los ha uniformado a todos.
NOTAS:
Si algún youtuber desea reproducir este texto o parte de él para la locución de su vídeo, debe pedir autorización y citar la fuente al principio de la narración. Lo mismo si se reproduce el texto en un medio escrito.
No hace falta pedir disculpas de antemano a quien pudiera ofenderse, pero yo veo una importante ventaja para el interlocutor visual.
Y es que gracias al tatuaje (o taracea) del fulano o fulana, no hace falta ni que abra la boca para saber que tengo delante a un/a gilipollas.
O sea que el famoso dicho de Groucho Marx que reza:
“Es mejor mantenerse con la boca cerrada y pasar por tonto, que abrirla y corroborarlo definitivamente”, habrá que revisarlo o taracearlo.
Totalmente de acuerdo! Prueba de ello es que usted podría haberse ahorrado el comentario y sólo haber pasado por tonta, pero ahora ya tenemos la certificación que faltaba.
¡Alcalde tonto, sentencia pronto!
Pues esta vez no ahorraré respuesta a un gilipuertas, tan incoherente como ilógico e iletrado.
Vuesa excrecencia es tonto, retonto, tonto a las tres, tonto con abanico, con tatuajes y hasta con balcón al cementerio..
¡Siga por este camino, cretino!
Pero recuerde que “Arrimarse a la boca del lobo, es de hombre bobo”
Jajajaja!
Me da la impresión que ese fulano Logitonto99, ha desertado de este foro. Y si vuelve, será con otro letrero identificativo.
Espero que el administrador lo identifique para que podamos seguir corriendo a gorrazos a estos soplagaitas que, curiosamente, por reacción nos hacen pasar buenos ratos en la refriega.
Tatúate en la frente: No escribiré más idioteces.
Enviar un comentario con el unico objeto de intentar vejar a una comentarista habitual llamandola tonta es de “trolls”.
Eres tonto de noche, tonto de día, tonto por la mañana y al mediodía: se me olvidaba que también eres tonto de madrugada.
¡Y ahora vas y respondes!
Excelente comentarii el suyo, Doña Ana. Hay modas estupidas y cosas que denotan el perfil de quien las sigue. Un perfil psicológico de genre inmadura y llena de inseguridades que se intentan rafirmar con estereotipos “a la moda”. Así creen asegurar su “integración” entre el personal idiotizado de igual nivel cultural , para intentar quedarse en una edad que ya pasó por mucho que uno se esfurce (sindrome de peter pan) como las individuas cuarentonas architatuadas que se ven en la playa,etc. Precisamente, hoy por hoy, no hay nada más autentico y que demuestre más personalidad que ir sin garabatos… Leer más »
Los tatuajes es algo brujeril, te tatuas algo y eso te marca de alguna forma, tambien refleja lo que hay en el corazon ( la mayoria serrin) los hay que se tatuan demonios y monstruos, un alma enferma y otros que se tatuan cosas mas positivas, algunos sus lemas de vida, que suelen ser muy limitados, la vida es muy compleja. Es algo bastante horrible que refleja un ir a la deriva
Gentuza, dicho sea con todo respeto…
Pero eso, chusma.
el Diablo marca a los que ya son suyos
La plaga del siglo XXI, como la define el protagonista de la novela El dia de las cenizas, de Jean-Michele Grangé (y de algunas otras más de sus novelas).
La piel es como una boca, hay venenos que con solo tocarlos se muere. Nadie se bebe un litro de tinta pues eso mismo pasa con los tatuajes que bebemos atraves de la piel.
Tampoco me bebería un litro de crema hidratante o crema solar, y bien que me la pongo.
https://www.sabervivirtv.com/dermatologia/tinta-tatuaje-toxica_618
Lo que le hace falta es información y cultura. ¿De verdad cree que la piel se “bebe” la tinta? Mi hijo aún no llega a la adolescencia y no dice semenjantes chorradas… La piel no se bebe nada, la tinta queda atrapada entre dos capas diferentes, y así permanece durante décadas.
El hijo de un tonto tiene los genes atolondrados, …y lo mas probable es que el grado de estupidez congénito le lleve en su camino de regresión a volver a simio. El único problema es encontrar la especie.
¡Búsquela en algún manicomio y no contamine este lugar, so payaso!
Hemos llegado al extremo de que todo varón adulto que no tiene taraceas en su piel es el raro. Todo el mundo tiene derecho a tener un detalle de este tipo, pero lo de hoy es aberrante lo que se ve. Altamente desagradables a la vista los resultados de esta nueva moda.
Tatuador profesional aquí presente. Muchas risas con vuestros comentarios.
También, cabe decir, con una larga vida profesional y viajera que me ha hecho ver este concepto de un modo diferente y hasta en algunos puntos, similar a los comentarios que decís algunos.
Si, puedo decirte que clase de imbécil entra a tatuarse solo con verle la cara y en diseño que elije…
La historia del tatuaje es fascinante, tambien la funcion que realiza o ha realizado dentro de ciertos colectivos, como por ejemplo en las mafias rusas como dice el articulo. El tatuaje no es un simple invento ornamental o un modo de colgar galones directamente en la piel, es la unica posesion que no pueden quitarte si caes prisionero en una guerra o si te meten en prision por el motivo que sea, te pueden dejar en pelotas en una celda de aislamiento y los tatuajes seguiran ahi a menos que te despellejen. Para la mayoria de la gente es imposible… Leer más »
Palabra de Dios para Todos
Levítico 19:28
No se hagan heridas en el cuerpo en memoria de los muertos, ni se hagan tatuajes, porque yo soy el SEÑOR.
Odio los tatuajes y para siempre lo peor que lastima la piel, mejor me mancho con lapicero
El cuerpo es templo de Dios no se debe manchar el cuerpo no es de nadie solo del creador del Universos
Las tintas de los tatuajes tienes microchis fabricados en china para manipularnos desde países comunistas. Estos microchis ya se diseñaron en el pasado durante la época de la URSS por Shostackovich y ahora se administran a través de las agujas de tatuajes
NO al control biocomunista (vacunas, tatuajes)
Administrador: Pues váyase a la mierda, hijo de perra.
En todas las carceles españolas hay maquinas de tatuar desde siempre y la gente se ha tatuado y se tatua a punta pala. Se fabrican con el motor electrico de un juguete o de un “Walkman”, un boligrafo “Bic”, un boton de camisa, dos palillos de dientes planos, tres agujas de coser y un trozo de hilo para atar todo, al final queda algo como esto:
La fragilidad de la integridad de una asociación entre varias personas trata de compensarse a través de una marca en la piel que no se puede borrar y recuerda constantemente a esa persona y al resto su pertenencia a ese grupo. Tiene que ver con las tribus que a su vez tiene que ver con el instinto de manada que está en los mamíferos. A veces todo esto de ahora en occidente, de la ideología de género, esa igualdad abstracta entre hombres y mujeres es imposible, parte de abstrarse, de ignorar que también seguimos siendo mamíferos de sangre caliente, y… Leer más »