Nombran jefe de la Interpol a un general emiratí acusado de “tortura y barbarie”
La Asamblea General de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ha elegido este jueves al general emiratí Ahmed Nasser al Raisi como su nuevo presidente, según un comunicado publicado en su página web.
Al Raisi obtuvo el 68,7 % de los votos emitidos por los países miembros en la ronda final, por lo que desempeñará dicho cargo durante los próximos cuatro años. Su papel será presidir la Asamblea General y tres reuniones del Comité Ejecutivo cada año.
“Es un honor haber sido elegido”, declaró el general emiratí. “La Interpol es una organización indispensable construida sobre la base de sus asociaciones”, añadió, asegurando que continuará fomentando dicho espíritu de colaboración para tratar de hacer un mundo más seguro.
Jürgen Stock, secretario general del organismo, acogió con satisfacción el nombramiento. “Espero trabajar en estrecha colaboración con él para garantizar que la Interpol siga cumpliendo su mandato y apoyando la cooperación policial internacional”, aseveró.
¿Quién es?
Al Raisi cuenta con más de 40 años de experiencia en el ámbito de la policía en Emiratos Árabes Unidos (EAU), donde es el jefe de las fuerzas de seguridad. La organización Gulf Center for Human Rights lo acusó de cometer “actos de tortura y barbarie” contra el crítico del Gobierno Ahmed Mansoor, quien en 2017 permaneció detenido en una celda de cuatro metros cuadrados “sin colchón ni protección contra el frío”, ni “acceso a un médico, higiene, agua e instalaciones sanitarias”.
El pasado octubre, 19 organizaciones no gubernamentales, entre ellas Human Rights Watch, manifestaron su preocupación por la posible elección como nuevo presidente de la Interpol del general emiratí, al que describieron como “parte de un aparato de seguridad que continúa atacando sistemáticamente a críticos pacíficos”.
Por su parte, a principios de este mes tres eurodiputados enviaron una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la que expresaban que “la elección del general Al Raisi socavaría la misión y la reputación de Interpol y afectaría gravemente la capacidad de la organización para llevar a cabo misiones con eficacia”.