Soldados atacan un centro de salud católico de Birmania
La comunidad cristiana vive con preocupación el último episodio violento vivido en el estado de Loikaw, en Birmania, donde un grupo de soldados irrumpieron en el centro de salud de Karuna (gestionada por la Iglesia), robaron suministros médicos y arrestaron a 18 médicos y al personal sanitario.
La denuncia fue hecha por el sacerdote jesuita Wilbert Mireh, que relató en su perfil de Facebook un nuevo ataque de la junta militar contra los más vulnerables contra la clínica de Karuna.
“Estamos muy preocupados por todas las personas que han sido detenidos injustamente y por los pacientes que han sido trasladados por la fuerza a pesar de sus graves condiciones de salud, pero también estamos muy desanimados por la pérdida de valiosos equipos médicos que robaron los militares”, escribió el misionero en su muro de las redes sociales.
“Estos valiosos equipos son fruto de la generosidad y el amor de la gente y su pérdida será muy negativa para las personas que necesitan ayuda médica, sobre todo en este país donde el sistema de salud está colapsado”, agregó.
Según se ha podido saber, fueron unos 200 los militares que irrumpieron en el templo de Loikaw para, en un primer momento, registrar las habitaciones para robar lo que pudieron, arrestar a los que se encontraban en el interior de la iglesia y enviando a los enfermos graves donde ellos decidían.
“El objetivo principal de los matones era suspender completamente la atención médica inclusiva y caritativa de la que dependen tantas personas en el Estado de Kayah. Fue un ataque deliberado y violento contra trabajadores voluntarios, los pacientes de todos los orígenes religiosos y sociales y la minoría católica del país”, explica el religioso jesuita.
La clínica de Karuna, pese a estar gestionada por la Iglesia, recibe pacientes de todas las religiones y clases sociales. El padre Mireh aclaró después que no es la primera vez que se registra un ataque de este tipo. Los soldados ya han atacado e incluso bombardeado varias veces las instalaciones católicas en Kayah, “pero nunca nos doblegaremos ante ellos por miedo. De acuerdo con nuestra fe, seguiremos trabajando por el bien, la verdad y la justicia”.
En el mismo estado de Loikaw, cinco religiosas de la Virgen Niña pertenecientes a esta diócesis, fueron también secuestradas por la policía junto con el párroco y el personal sanitario voluntario. A día de hoy aún se desconoce su paradero.