El reto de Cataluña con las renovables no ha hecho nada más que empezar
Cataluña lleva tiempo siendo una de las Comunidades Autónomas con más crecimiento en las nuevas instalaciones fotovoltaicas de España. También es cierto es que es uno de los terrenos que más atrás llevan esta transición. De hecho, pese a que durante un tiempo podía presumir de tener en su territorio el pueblo con más instalaciones del país, lo que ha servido de ejemplo para muchos otros municipios a la hora de dar el salto a la energía renovable, ahora las cifras la ponen casi a la cola del resto de comunidades.
En plena crisis climática, el Govern catalán ha anunciado su intención de crear una empresa energética pública que sea de kilómetro cero y que sea, sobre todo, sostenible.
“Por las declaraciones que realizó en Glasgow ante los periodistas, la intención es poner el foco en la energía sobre todo solar, pero también sobre la biomasa y geotermia” explican desde Electronica Mitjans, empresa que lleva años siendo líder en la zona del Penedés, una de las áreas donde más instalaciones se están actualmente incorporando en fábricas y viviendas.
¿Cuáles son las claves para ir dando el paso al autoconsumo?
Está claro que hay mucho camino aún por recorrer, pero todo empieza por la toma de decisión que busca ser autosuficiente en términos de energía.
Para ello, es necesario un diseño personalizado de integración arquitectónica que, junto con los estudios de consumo y precio, sirvan para poner en papel la viabilidad de la instalación tanto para particulares como para comunidades o empresas.
“Muchos están aprovechando de las bonificaciones en el IBI durante un lustro de algunos municipios para dar el paso y buscar esa energía verde desde el primer momento. Pese a la inversión inicial, que cada vez es más ajustada, se pueden luego disfrutar de 25 años de instalación, lo que garantiza una independencia energética total muy pronto” comentan desde el sector.
Cataluña está en un momento clave para dar un salto de gigantes hacia la energía renovable ya que, por desgracia, va algo por detrás de las previsiones más optimistas. Durante los próximos 9 años es necesario que pasen de los 3.5 gigawatios actuales a los 14 marcados en la ruta de la Transición Energética de 2030.