La pandilla de amigas de Lidia Bedman. (Redes)

JN.- Una vez más, Lidia Bedman, mujer de Santiago Abascal, ha sido objeto de críticas y no precisamente por su austeridad.

Resulta que Bedman, influencer de profesión, comparte no sólo los mismos gustos que la reina Leticia, otra abonada al lujo. Cuenta el suplemento “Jaleos del corazón,”, que existe una conexión inesperada en el plano fashion que une directamente a la reina Letizia y Lidia Bedman. Ambas confían ciegamente en la firma de moda sevillana Cherubina para sus grandes acontecimientos.

Este pasado miércoles, 24 de noviembre, la monarca lució en su visita de Estado a Suecia un tocado muy especial, creado de manera artesanal por los responsables de Cherubina. Se trata del modelo Giulia, una diadema con turbante realizada en abacá de seda coral con flores emplumadas del mismo color. Un sueño para los amantes de la moda hand made y cuyo precio, según consta en la página web, es de 140 euros.

Por su parte, Lidia Bedman también ha recurrido en ocasiones muy especiales a la citada firma andaluza para no fallar y posicionarse en las siempre competitivas listas de las mejor vestidas. Y es que Cherubina, aunque empezó como una marca exclusivamente especializada en sombrerería, se expandió hasta la brand que es hoy, con vestidos, moda homewear y otros complementos.

Bedman seleccionó un diseño en color berenjena de Cherubina, de largo midi y manga francesa abullonada con tocado a juego para la gran boda del secretario general de Vox, Javier Ortega Smith (53), y su pareja, Paulina Sánchez del Río Nájera (40), celebrada en Toledo el pasado 16 de octubre.

Claro que una cosa es compartir gustos y otra muy diferente es poder permitírselo. En el caso de la señora de Abascal, eso ha dejado de ser un problema yas que ha pasado a formar parte de la élite económica y, por consiguiente, lleva una vida bien diferente a la de la gran mayoría de mujeres españolas.

Ya dijimos que de un tiempo a esta parte, Lidia Bedman se ha convertido en una de las referencias de las revistas del papel “couché”. El lujo en ella es consustancial y de ello alardea constantemente en las redes sociales y en su perfil de Instagram.

Sus viajes de placer a Ibiza, Florencia, Londres…, sus compras de artículos de lujo, su presencia en las fiestas más rumbosas de la Villa y Corte, su estancia en hoteles de lujo, su querencia a los restaurantes caros, son algunos de los lujosos caprichos de la esposa del que venía a “luchar por la España que madruga”.

Por si fuera poco, hace unos días, Lidia Bedman escapó de vacaciones junto a sus íntimas amigas a Ibiza. Un plan solo para chicas que el grupo, compuesto por las siete de siempre ha ido retransmitiendo a través de sus redes sociales. Y es que si algo tienen todas en común es su profesión: influencer.

Tanto la esposa del líder de Vox como el resto de sus acompañantes han convertido este tipo de escapadas en toda una tradición que comparten cada cierto tiempo. Todo el mundo necesita un descanso y ellas prefieren tomárselo entre aguas cristalinas, posados en bikinis de última tendencia y cenas de lo más instagrameables. Faltaría más.

La clase no se demuestra con lujos, sino con hechos. Qué le vamos a hacer si la austeridad no es precisamente el fuerte de la señora Bedman. Parece que ser influencer es la excusa perfecta para gastar, viajar a los lugares más exóticos por puro placer, y sentirse una apoderada de la moda más exclusiva, costosa y fashion. Un trabajo tan sacrificado es realmente digno de admirar.

Y ahora, tontos sin apenas medios para acabar el mes, griten al unísono con Abascal: “Arriba España”.