El expolio que sufre Asturias en el reparto de recursos públicos vía financiación autonómica
Los nubarrones que se ciernen sobre la economía española, y asturiana, son cada más negros, y lo serán mucho más, hasta convertirse en un auténtico huracán, porque ambos casos la gobernanza económica está en manos suicidas, es decir, en manos de socialistas y comunistas, que llevan a la nave de la economía española a toda máquina contra el acantilado. Esta circunstancia no pasa desapercibida a los analistas económicos, y ha hecho que en las últimas previsiones económicas publicadas por el Banco España, este organismo se haya decantado por la parte más pesimista de su horquilla de previsión de caída del Producto Interior Bruto (PIB).
Y si ya las circunstancias económicas para nuestra patria son pésimas, para nuestra Asturias son aún peores.
En este reino de taifas en el que se ha convertido la España autonómica, Asturias se ha convertido en el hermano pobre y tonto. Hermano pobre en cuanto a la actividad económica, y además hermano tonto en cuanto a la financiación autonómica recibida.
El socialismo reinante en los últimos cuarenta años en Asturias ha llevado a cabo una política económica de desertización industrial de nuestra tierra, sustituyendo a lo que un día fuera el boyante sector industrial asturiano, por el uso, y el abuso, de las prejubilaciones, que trajeron pan para los trabajadores prejubilados, y hambre para sus hijos, y cuyas nefastas consecuencias económicas y demográficas padecemos en toda su intensidad a día de hoy.
Pero no contentos con esto, el tándem de socialistas y comunistas asturianos, han utilizado, y abusado, de un componente. ideológico trasnochado en la actual, e imparable, globalización económica, como ha sido el uso torticero de la mísera potestad tributaria autonómica que les otorga el actual reino de taifas autonómicas. Por supuesto, no han utilizado esta mísera capacidad legislativa tributaria para incentivar y promover el asentamiento de nuevas empresas en Asturias, ni mucho menos.
Han hecho, y piensan seguir haciendo, justamente todo lo contrario de lo que necesita Asturias para revitalizar su decaído tejido empresarial, es decir, piensan seguir ahuyentando al talento, a los inversores y a cualquier conato de iniciativa emprendedora, obligando además, a muchos paisanos emprendedores, y empresarios, a largarse de Asturias, amén de disuadir a potenciales inversores de asentarse aquí en nuestra tierra. Piensan seguir ahondando en el desastre económico que supone la utilización ideológica de los tributos de potestad autonómica, tales como el el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, el Impuesto sobre el Patrimonio, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, el mal llamado impuesto del céntimo sanitario, o el recargo autonómico en la escala autonómica de gravamen del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, que además de aportar todos ellos una mísera recaudación al presupuesto autonómico, provocan un desincentivo brutal para no invertir en Asturias.
Y por esta miseria recaudatoria, socialistas y comunistas asturianos, machacan al tejido empresarial, al tiempo que callan, y agachan la cerviz, ante el monumental expolio al que Asturias se está viendo sometida desde el año 2012 en el reparto de recursos públicos vía Financiación Autonómica.
Y para colmo de desastre, ahora nos quieren imponer el “bable”, la Llingua, que es de uso muy minoritario en esta Región, hasta el punto de desconocerla la mayor parte de los asturianos, sin embargo, el Presidente de Asturias, el socialista Sr. Barbón, se ha empeñado en encabezar un movimiento tendente a la oficialidad del mismo, no ocultando su voluntad de imposición, pues se niega a someterlo a consulta popular.
Desde VALORES entendemos que el bable es innecesario, un gasto inútil o, incluso, tememos que acabe provocando los problemas de convivencia que sufren comunidades como Cataluña, Baleares, etc.
Creemos que es algo creado e impulsado por fuerzas políticas, y los gobernantes deben dedicarse a resolver los problemas de los ciudadanos, no crearlos.
Señor Barbón, antes de endeudar más a los asturianos, primero corte de raíz el gasto público clientelar, como por ejemplo, redistribuyendo todas las partidas presupuestarias destinadas a subvenciones y a convenios de colaboración con chiringuitos, a cubrir los gastos sanitarios extraordinarios que ha producido la pandemia, y a facilitar liquidez al tejido productivo asturiano.
La propuesta económica de VALORES es justo la contraria que la de socialistas y comunistas, es decir, la propuesta de VALORES es utilizar el pequeño resquicio que dan de los tributos de potestad autonómica para promover e incentivar la actividad económica en nuestra tierra, y al mismo tiempo hacerla atractiva a los inversores que quieran iniciar una actividad empresarial aquí en Asturias, y como no, favorecer la vuelta a la tierrina de aquellos emprendedores y empresarios que tuvieron que tomar el camino del exilio fiscal ante la presión ideológica tributaria de socialistas y comunistas asturianos.
*Secretario nacional de Organización
Grande Rodolfo Espina. Un grande de la política en Asturias y en España.