La tecnología 5G es un “factor significativo” en las mayores tasas de casos y muertes por COVID, revela un estudio
La investigación indica que existe una correlación entre la radiación inalámbrica y la intensidad del 5G con los síntomas de la COVID-19, y que sus efectos en el organismo se solapan.
Un estudio publicado recientemente por el Centro Nacional de Información Biotecnológica (NCBI) propone que la radiación de las comunicaciones inalámbricas, incluida la 5G, puede contribuir a los síntomas del COVID-19.
La evidencia de la conexión entre la COVID y la 5G, así como otras formas de radiación de comunicaciones inalámbricas (WCR), consistió en dos hallazgos principales: la correlación estadística entre los síntomas/mortalidad de la COVID-19 y la intensidad de la WCR en áreas específicas, incluyendo la de la 5G; y la superposición entre los efectos de la WCR en el cuerpo, y los síntomas de la COVID-19.
Los autores, Beverly Rubik y Robert R. Brown, empezaron llamando la atención sobre un estudio de mayo de 2020 que mostraba una “correlación estadísticamente significativa entre la intensidad de la radiación de radiofrecuencia y la mortalidad por SARS-CoV-2 en 31 países de todo el mundo”, así como un estudio estadounidense que descubrió que las zonas con tecnología 5G presentaban tasas de casos y muertes por COVID-19 significativamente mayores, independientemente de la densidad de población, la calidad del aire y la latitud.
El estudio estadounidense centrado en la conexión de la 5G con la COVID-19 realizó tres tipos de análisis diferentes y descubrió que la tecnología 5G era un “factor estadísticamente significativo para las tasas y casos [de COVID-19] más elevados en los tres análisis, mientras que la densidad de población, la calidad del aire y la latitud sólo eran significativas en uno o dos de los análisis”.
A continuación, Rubik y Brown hicieron una comparación de los bioefectos de la WCR, incluyendo el 5G, y los síntomas de COVID-19, mostrando una lista de efectos físicos que se solapan.
Los síntomas de radiación y COVID-19 incluían cambios en la sangre, como rouleaux (aglutinación de la sangre) a corto plazo y hemoglobina reducida a largo plazo (en los casos graves de COVID-19); estrés oxidativo y lesiones en tejidos y órganos; alteración del sistema inmunitario, incluida la supresión de los linfocitos T y el aumento de los biomarcadores inflamatorios; aumento del calcio intracelular, que facilita la entrada y replicación del virus; y arritmias (irregularidades en los latidos del corazón)
Rubik y Brown destacaron el hecho de que la deficiencia de glutatión (un “antioxidante maestro”) se ha propuesto como la causa más probable de las manifestaciones graves en COVID-19, y citaron dos estudios que muestran la disminución de los niveles de glutatión por la exposición a WCR. Señalaron que “el hallazgo de niveles bajos de glutatión” en pacientes con COVID-19 “apoya aún más el estrés oxidativo como componente” de COVID-19.
El estudio señaló que el WCR ya ha sido reconocido como un “estresor fisiológico”, que ha demostrado causar efectos perjudiciales para la salud que van desde un mayor riesgo de cáncer hasta daños en el ADN y defectos de aprendizaje y memoria.
Aunque señalan que la correlación no prueba la causalidad, los autores del estudio “postulan que el WCR posiblemente contribuyó a la propagación temprana y a la gravedad del COVID-19”