Con nosotros no se juega
Mártin Sánchez.- Intentaron encerrarnos en nuestras casas, con la excusa de una supuesta crisis sanitaria provocada por un ente imaginario, que nadie ha visto, secuenciado ni aislado, pero salimos igualmente a las calles, saltándonos a la torera sus controles perimetrales y sus protocolos covidicios.
Insinuaron que deberíamos repudiar a nuestros semejantes, para no propagar esa enfermedad inventada, y les hemos tocado, abrazado, besado y amado más que nunca, ignorando sus consejos aberrantes de distanciamiento social y nueva subnormalidad.
Fantasearon con imponernos el uso del bozal, y nos reímos en su cara, paseándonos con la cabeza alta y la cara descubierta siempre, delante de sus putas narices y cantando “Nena quítate el bozal” desobedientes y orgullosos.
Quisieron impedirnos viajar, y hemos ido a donde hemos querido, por tierra mar y aire, sin pcr, sin pasaporte covidicio, utilizando el ingenio, echándole morro e incluso cuando se han puesto muy tontos, mostrándoles papelería fake hecha en casa con photoshop o similar.
Afirmaron que nos inocularían su vacuna experimental venenosa, “por lo civil o por lo militar” y les hemos dicho, “a ver si tenéis cojones”…..todavía estamos esperando a que vengan.
Amenazaron con imponer el pasaporte covidicio en bares y restaurantes, y los infelices hosteleros que les hicieron caso han tenido que cerrar sus negocios o están al borde de la ruina.
Hemos demostrado que con nosotros no se juega, que estamos hechos de una pasta especial, que no podrán extorsionarnos nunca con esa mentira infame a la que llaman covid 19, ni con ninguna de sus variantes o mandangas inventadas, les hemos dejado claro que no cedemos, no claudicamos, no nos arrodillamos, y desde aquí les digo.…tengan cuidado….porque tampoco olvidamos.
Lamento no ser tan optimista como usted…
Muchos hoteles no te dan habitación si no presentas el mal llamado “pasaporte Covid”.
Y, la verdad, en pleno invierno, no apetece nada dormir en el coche-
Ítem más, este es un país de cobardes, de conejos, de ratas. Vaya usted por la calle, y verá como el 99% de la población, como mínimo, van con el bozal, a pesar de estar a varios metros de distancia de otros seres humanos, conejos o ratas.
De verdad, no veo motivos para el optimismo.