Pedro I. Altamirano.- La ministra de Defensa Margarita Robles, anunciaba su compromiso con la OTAN, al tiempo que el presidente del actual gobierno español Pedro Sánchez intentaba acercarse a los Estados Unidos sin conseguirlo. El envío adelantado de la Fragata de la Armada española F-103 “Blas de Lezo “de la magnifica clase F-100 al Mar Negro dentro de la formación permanente de la OTAN en el Mediterráneo, sirvió para no “alarmar” y darle “cierta” naturalidad al envío de la fragata al mismo centro del conflicto OTAN-RUSIA.

Del mismo modo se anuncia el envío del Buque de Acción Marítima P-51 “Meteoro” (un patrullero de altura) como buque de mando de una agrupación de barcos dragaminas, a la que se le une el dragaminas de la 1ª Escuadrilla de Medidas Contra Minas (MCM) M-32 “Sella” que ya viaja rumbo a la zona de conflicto. Por lo que los buques enviados ya llegan a tres unidades, pero no queda ahí.

De modo, y de forma casi desapercibida, la fragata F-102 “Juan de Borbón”, de la misma clase F-100 que la “Blas de Lezo” se zarpa del Arsenal del Ferrol, para unirse al grupo aeronaval con los portaaviones “Charle de Gaulle” de Marine Nationale de Francia, “Harry S. Truman” de la US Navy de Estados Unidos y el “Cavour” de Marine Militare Italiana. ¿A dónde se dirige el grupo de combate de Portaaviones? En efecto, al área de conflicto, por lo que penetra en el Mediterráneo en demanda del resto de la flota OTAN. Por lo que, en realidad, la Armada Española ya son cuatro unidades navales las que desplaza rumbo al conflicto.

Esto no es criticable, ya que España debe ser valiente en su compromiso con la OTAN, el problema es las unidades que se envía, y en las condiciones que se envía. Las fragatas son unos magníficos buques de guerra, podríamos asegurar que son los mejores de Europa por su sistema AEGIS, sino el cómo van. Sin una necesaria y solicitada actualización del propio sistema AEGIS, sin la necesaria carga de misiles anti buque “Harpoon” de los que teniendo capacidad normal de 8 canastas, parten con solo 4, y sin conocerse si los misiles se han actualizado o no; con misiles anti aéreos, arma principal de la fragata al estar diseñada para la lucha anti área a punto de caducar la mayoría de ellos; con un helicóptero SH-60B Block I Core B LAMPS III al límite de su vida operativa, y que los máximos responsables de la Armada ya han pedido su urgente sustitución por el modelo R ultima versión del mismo, y sin arma de defensa antimisiles ninguna, otra peligrosa carencia que los sucesivos gobierno de España nunca libera fondos para dotar a las fragatas de este vital elemento para su autodefensa.

En cuanto a los BAM al que pertenece el “Meteoro”, nada que decir. Son unidades muy nuevas, muy poco armadas, y que en esta ocasión ejerce de buque de mando de dragaminas, aunque se debiera potenciar con medidas de autodefensa, y el dragaminas “Sella” es una buena unidad dragaminas, pero que ya se espera una más que necesaria actualización.

Todo ello indica que la pésima política de defensa de los sucesivos gobiernos de España, sin duda producto de endémico complejo con todo lo que sea Fuerzas Armadas, se evidencia hoy enviando a unidades de la Armada más que en precario, a pesar de las continuas demandas de los responsables de la necesidad de inversiones urgentes para la renovación y actualización de sistemas.

El presidente Sánchez no es culpable del actual estado de la Armada, pero sí de enviarlas en las condiciones en las que se envía, apostando a una solución diplomática y pacifica del conflicto de Ucrania, pero ¿y si por desgracia estalla el conflicto bélico?

Por norma, cuando comienza un conflicto, cada uno prioriza la defensa de lo propio por encima de la defensa del aliado “primero yo, y después el vecino”. En tal caso, nuestras unidades, en principio deberían contar con sus propios medios contra, nada más y nada menos, que con la aún toda poderosa flota rusa y sus nuevos y terribles misiles hipersónicos. Esa es la responsabilidad de Pedro Sánchez, el enviar a nuestra Armada a la pelea, rezando para que esta no se produzca. No se deberían haber ofrecido unidades navales en este estado, o bien haberse rascado el bolsillo, ese que nos rascan a todos para pagar sus caros caprichos, y haber dotado a nuestras unidades de todo lo necesario por la vía de urgencia, que con dineros le llega lo necesario en 24 horas, sobre todo en lo de misiles se refiere.

Todo ello desde el sillón que más le gusta, que no es el del incómodo sillón en el Congreso de los Diputados, ni el de su despacho en la Moncloa, sino en el del Falcon de la Fuera Aérea Española. Desde ahí y con un mando como el de la PlayStation 5, se juega la vida de muchos marinos españoles a que le salga bien el farol que lleva en la partida.