La nueva cara de la derecha en Francia: Éric Zemmour, el único que podría vencer a Macron en segunda vuelta
Por Candela Sol Silva.- La candidatura del derechista Éric Zemmour crece a pasos agigantados. Tal es la magnitud que en pocos meses tras anunciarse, ya ocupa el segundo lugar en cuanto a intención de voto en varias encuestas. Este crecimiento fue impulsado por una serie de factores en las últimas semanas y existen grandes posibilidades que continúen en esa dirección durante los próximos dos meses hasta las elecciones.
Si bien todavía queda un considerable tiempo antes del 10 de abril -primera ronda de votaciones- y el 24 de abril -segunda ronda de votaciones-, algunos analistas tienen grandes espectativas de que el avance continuo de Zemmour lo consagre hacia la victoria. Ha podido superar a los otros candidatos de la derecha y ahora se prepararía para enfrentar a Macron mano a mano en la segunda ronda.
La encuestadora Opinion Way muestra un empate en el segundo lugar para la derechista Marine Le Pen, la centroderechista Valérie Pécresse y Éric Zemmour con un 15%, al 18 de febrero, pero el único que está en alza es el propio Zemmour, por lo que es cuestión de tiempo para que los supere.
Mientras que la encuestadora IFOP, también al 18 de febrero, fue la primera en mostrar a Zemmour en el segundo puesto (16,5%) con una leve diferencia por encima de Le Pen, ganando el impulso que los otros candidatos de derecha estarían perdiendo.
Las redes sociales, una de las principales fortalezas de Zemmour
Una de las características principales de su campaña es la confianza en YouTube para difundir su mensaje, teniendo una enorme ventaja sobre los otros candidatos en casi todas las métricas imaginables. Sus entrevistas y debates en el canal CNews, del empresario conservador Vincent Bolloré, se viralizan constantemente en Francia.
Esa supremacía se ha vuelto más grande en las últimas semanas, y su popularidad en YouTube ahora se está traduciendo en mejores resultados para con las encuestas.
En las últimas seis semanas, Zemmour ha generado un crecimiento 50 veces más grande que las vistas de Youtube de Le Pen y casi 100 veces las de Macron y Pécresse, y en cuanto a suscriptores tuvo un crecimiento 20 veces más grande que Le Pen, mientras que Macron y Pécresse no tuvieron ninguna diferencia. Las brechas absolutas son demasiado grandes para ignorarlas,y los números siguen creciendo.
La plataforma Social Blade tiene un análisis muy útil para YouTube con el cual podemos observar el crecimiento continuo en sus números semanales desde que anunció su candidatura el 30 de noviembre, hace solamente tres meses.
Las principales propuestas del candidato francés se centran en detener la inmigración descontrolada, a la cual ha denominado como “Gran Reemplazo”, disminuir impuestos, que Francia se vuelva más competitiva y, además, la unión de la derecha en el país, algo por lo que Le Pen no aboga, por el contrario, contribuye a su división.
A diferencia de Le Pen, no tiene experiencia política y es considerado un outsider. Según el propio Zemmour, considera que tiene al sentido común de su lado ya que se presenta como una alternativa a un sistema fallido, el cual no tiene ninguna solución para los problemas reales que agobian al pueblo francés.
Ha dicho en numerosas oportunidades “si dejamos de pagar los beneficios sociales de los extranjeros, la vivienda gratuita y otros programas gubernamentales, podemos usar ese dinero para financiar recortes de impuestos y bonificaciones especiales para los franceses”. Al convertir el problema de la inmigración desde un asunto teórico y poco tangible, a colocar euros dentro de los bolsillos franceses, movilizó a la clase media la cual siente la presión por la alta inflación en comparación al pequeño crecimiento salarial.
Mientras tanto, los demás candidatos tienen una pregunta muy difícil de responder: ¿Seguirían pagando estos beneficios a los extranjeros, especialmente a los ilegales y solicitantes de asilo? ¿Por qué esos grupos se benefician de los franceses en un momento en que los salarios netos están disminuyendo?
Por otro lado, las encuestas de Marine Le Pen, a la que algunos llaman “el seguro de vida de Macron“, han estado cayendo durante más de un año. Luego de dos derrotas electorales, su campaña se ha visto sacudida recientemente por muchas deserciones, tal como la de su sobrina y dirigente partidaria Marión Marechal, el jefe de su partido en el Parlamento Europeo Jérôme Rivière, y portavoz Nicolas Bay. Todos ellos abandonaron a Le Pen para unirse a la campaña de Zemmour, citando su organización superior y su mensaje unificado en lo que a la derecha respecta.
Le Pen ha estado golpeando a Zemmour a nivel personal, diciendo que está “rodeado de gente peligrosa”. Para colmo, llamó neonazis a algunos de sus seguidores, cuando se le pregunta sobre esto, Eric señala lo obvio: “¿Qué tipo de neonazi apoyaría a un judío para presidente?”.
Adicionalmente, Donald Trump y Eric Zemmour mantuvieron una conversación telefónica de unos cuarenta minutos el pasado lunes 16 de febrero, según informó el canal de noticias BFM TV.
En la conversación, el lider de la derecha norteamericana le señaló que lo apoya a él y resaltó que “para ganar, no hay que cambiar nunca de línea política”. Conjuntamente le aconsejó que mantenga su autenticidad y coraje. Por el contrario, en su campaña presidencial de 2017, Marine Le Pen trató de mostrar su proximidad a Trump cuando viajó a la sede empresarial del expresidente en Manhattan, pero abandonó el lugar discretamente cuando nadie la recibió.
¿Quién es Eric Zemmour?
Zemmour es un inmigrante de segunda generación, hijo de padres argelinos, durante años se ha destacado como periodista, comentarista de radio y autor de libros de repercusión nacional como es el caso de “El Suicidio Francés”, que vendió más de 500.000 ejemplares en 2014.
En los últimos dos años, su popularidad tuvo un gran crecimiento por su trabajo en CNews, un medio de derecha que surgió con la intención de crear “un Fox News a la francesa“.
Su último libro “Francia aún no ha dicho la última palabra” dedicado a la identidad nacional francesa, tan solo en la primera semana ha vendido más de 100.000 ejemplares. Su gran éxito, en parte, se debe a que ha colocado en el centro del debate temas que se mantenían ocultos o censurados, principalmente sobre la influencia creciente del islam, del cual ha dicho “puede acabar arrastrando a Francia hacia una situación de guerra civil que convertirá al país en un segundo Líbano”.
En cuanto a la OTAN, si bien no considera una salida de la misma, desea una alianza con Estados Unidos en pie de igualdad y no en un papel de vasallo. En ese sentido, es partidario de la salida de Francia del mando integrado de la OTAN volviendo a la posición inicial que mantenía con el General Charles de Gaulle.
Sobre la Unión Europea propone limitar los poderes de la misma, priorizando el interés nacional y evitando cualquier inconveniente sobre las soberanías de las naciones. No se conoce en la historia de Francia un avance tan espectacular de un personaje que nunca formó parte del sistema político.
Llevado a la fama por asumir posiciones “politicamente incorrectas”, Zemmour apunta a realidades sobre las cuales no se puede mirar hacia otro lado, como es el daño incalculable que la inmigración descontrolada esta causando en las naciones europeas; como es el peligro de un número creciente de musulmanes en Europa; como es la necedad fanática de la ideología de género; como es la aniquilación de la familia -base de la sociedad- y como es la subordinación de los Estado-Nación a intereses y agendas supra-nacionales.
Su movimiento político se llama “Reconquista“, simbólicamente en referencia a la reconquista española cuando las fuerzas cristianas expulsaron a los gobernantes musulmanes de la península ibérica.
Zemmour considera que los cambios radicales producidos en Francia requieren un enfoque directo: “Se sienten como extranjeros en su propio país. Son exiliados internos. Durante mucho tiempo, ustedes creyeron que ser los únicos en ver, oír, pensar, dudar. Tenían miedo de decirlo. Se avergonzaban de sus sentimientos. Durante mucho tiempo, no se atrevieron a decir lo que estaban viendo, y sobre todo no se atrevieron a ver lo que estaban viendo. […] Francia ya no es Francia, y todo el mundo lo ve”.