La carta del Papa Francisco a los obispos para sumarse a la consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen María
Cuando ha pasado un mes desde que se iniciase el conflicto en Ucrania, el Papa Francisco ha enviado una carta a los obispos para invitarles a unirse a la plenaria de consagración de ambos países a la Virgen María.
En la misiva, el obispo de Roma recuerda que este conflicto está causando “sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial”.
Por ello, ha remarcado el papel de la Iglesia como agente para “interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto”. En este sentido, Francisco ha agradecido a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a sus llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad.
“Ahora, acogiendo también numerosas peticiones del Pueblo de Dios, deseo encomendar de modo especial a la Virgen las naciones en conflicto. Como dije ayer al finalizar la oración del Ángelus, el 25 de marzo, Solemnidad de la Anunciación, deseo realizar un solemne Acto de consagración de la humanidad, particularmente de Rusia y de Ucrania, al Corazón inmaculado de María.Puesto que es bueno disponerse a invocar la paz renovados por el perdón de Dios, el Acto se hará en el contexto de una Celebración de la Penitencia, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma. El Acto de consagración está previsto en torno a las 18:30”, ha explicado el Santo Padre en la carta.
El Papa ha explicado que pretende ser un gesto de la Iglesia universal en este momento dramático: “Por esta razón, lo invito a unirse a dicho Acto, convocando, el día viernes 25 de marzo, a los sacerdotes, religiosos y demás fieles a la oración comunitaria en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante. A este respecto, le transmito el texto de la oración de consagración, para poder recitarla durante ese día, en fraterna unión”.
Para finalizar la misiva, Francisco agradece a todos “la acogida y la colaboración. Lo bendigo de corazón a Usted y a los fieles confiados a su cuidado pastoral. Que Jesús los proteja y la Virgen Santa los cuide. Recen por mí”.
La consagración al inmaculado corazón de María tiene que ver con los conocidos como “Misterios de Fátima”, las supuestas revelaciones que la Virgen entregó a tres jóvenes pastores en la localidad portuguesa de Fátima en 1917. La Virgen, según el segundo misterio, exigió la consagración de Rusia, que aquel año empezaba la revolución que desembocaría en su etapa soviética, o de lo contrario el país “difundiría sus errores por el mundo promoviendo guerras y persiguiendo a la Iglesia”.
El Papa Pío XII ya realizó este acto hacia Rusia el 7 de julio de 1952 en su Carta Apostólica “Sacro vergente anno” y el 21 de noviembre de 1964 Pablo VI lo renovó en el marco del histórico Concilio Vaticano II.