Abascal culpa al “fanatismo climático” de la crisis energética y de la hiperinflación
El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha culpado a “la sumisión al fanatismo climático” que profesan el resto de partidos de “la crisis energética y la hiperinflación”, las cuales considera previas a la guerra en Ucrania, por lo que no quiere debatir sobre el plan de choque del Gobierno dejando al margen su causa.
Así lo ha expuesto Abascal en su primera intervención en el pleno del Congreso en el que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, da cuenta este miércoles de las últimas cumbres de la Unión Europea y la OTAN y explica tanto el plan anticrisis por la guerra como la nueva relación con Marruecos.
Abascal ha recordado que el pasado mayo los diputados de Vox fueron los únicos del Congreso que votaron en contra de la Ley del Cambio Climático y Transición Ecológica que trasponía el Acuerdo de París, por lo que “solo Vox es inocente de las consecuencias económicas de esa ley climática”.
A su juicio, el resto de partidos hicieron “renuncia a la soberanía energética, alimentaria e industrial”, que es la causante, según su argumentación, de la “situación dramática” de la economía española y de una “hiperinflación que ya estaba aquí antes de la guerra”.
Ha pedido a Sánchez que “no se escude” en la guerra como pretexto para la marcha de la economía, porque la culpable es “la agenda verde”. “Esta cámara votó el suicidio de España en un gigantesco acto de traición a los españoles”, ha insistido Abascal en su culpabilización a la ley climática aprobada el 13 de mayo de 2021.
Ha lamentado, en ese sentido, el cierre de las centrales de carbón o que para sembrar maíz, por ejemplo, haya que pedir permiso a Bruselas, y ha apuntado que otros estados están decididos a recuperar soberanía: “¿Van a ser ustedes los últimos en abandonar el fanatismo climático?”.
Sobre el plan anticrisis, Abascal se ha limitado a decir que supone “pretender que el debate gire en torno a los parches de los pinchazos que han provocado ustedes”, lo que sería “entretenernos sin discutir las causas”, cuando la responsabilidad es “fundamentalmente de las leyes climáticas”.