¿Podríamos estar a las puertas de una III Guerra Mundial? Los verdaderos riesgos de un conflicto bélico global
24 de febrero. Es la fecha en la que comenzó el conflicto de Ucrania, iniciando una guerra en el país que continúa 40 días después. Miles de muertos, millones de refugiados y consecuencias incalculables tanto a nivel nacional como internacional. A priori, un conflicto entre dos ejércitos, pero, en realidad, hay muchos países más que están jugando un papel clave.
Ucrania no pertenece a la Unión Europea, ni tampoco a la OTAN, pero lo cierto es que una gran parte de países europeos, así como Estados Unidos, están del lado del país que lidera Volodimir Zelenski. Sin intervenir de manera directa en la guerra, occidente ha cargado duramente contra Rusia a base de sanciones económicas y ha dado apoyo a Ucrania con el envío de armas y material humanitario. Sin embargo, no ha cumplido el deseo de Zelenski de que la OTAN controle el espacio aéreo, ya que, en caso de hacerlo, el conflicto podría alcanzar dimensiones globales.
“Si la OTAN ayuda a Ucrania a fijar una zona de exclusión aérea y tiene que obligar a aterrizar o incluso derribar, en un combate aéreo, a un avión ruso, estarían abiertas las puertas a una tercera guerra mundial”, explica el experto en seguridad, terrorismo y geopolítica, Chema Gil. Cuál es el riesgo real de que se desate un conflicto a escala global, como consecuencia de la guerra en Ucrania.
¿Podríamos estar a las puertas de una Tercera Guerra Mundial?
“La participación de cualquier país de la Alianza Atlántica, bien sea como organización, o bien de manera individual, abriría la puerta a un escenario bastante más complejo”, y es que “si la OTAN decide intervenir de alguna manera para ayudar a vencer en el campo de batalla, la guerra se atomizaría y estaríamos ante una guerra total, porque la OTAN estaría tomando partido por un actor que no es miembro del club y, por tanto, no está bajo el artículo 5 que obliga a proteger a los países miembros a aquel que sea atacado”, nos ha explicado el experto.
La otra circunstancia en la que podríamos hablar de este conflicto global sería que Rusia produjera un ataque “sobre un solo centímetro de suelo de la OTAN”, y es que la Organización del Tratado del Atlántico Norte ha advertido de que “ni por error”, se admitiría una acción de combate sobre su suelo.
“Imaginemos que un misil cae en suelo, rumano, polaco, lituano, estonio, en cualquiera de las repúblicas bálticas o en cualquier miembro de la OTAN situado en las inmediaciones de la zona de conflicto. La respuesta de la OTAN no sería empezar a pedir explicaciones, sino que según el Tratado, es automática y se materializaría mediante el compromiso el conjunto de los países que serían autónomos a la hora de decidir qué medios son los que ponen a disposición de la OTAN para iniciar una guerra”, cuenta Chema Gil.
Factores clave en una hipotética Tercera Guerra Mundial
Por un lado, hay que tener en cuenta que “Rusia tiene una organización defensa mutua con países de la región asiática que tendrían que responder como defensa mutua (como algunas repúblicas asiáticas), sin contar con el papel que pudiera hacer China”, además de esto estaría la OTAN en el otro lado, con prácticamente toda Europa y países como Estados Unidos.
Además, hay que tener en cuenta las armas nucleares: “En un hipotético conflicto habría implicadas, ni más ni menos que cuatro potencias nucleares: la propia Rusia, EEUU son las dos principales potencias, cada una de ellas tiene capacidad prácticamente para acabar con el mundo. Francia, que es otra potencia nuclear y Reino Unido”.
“Por otro lado, hay tratados internacionales de relaciones preferentes, como el que tiene Rusia con China, que obligaría a tomar un papel a la segunda potencia mundial, que también es una potencia nuclear. Por tanto, esta situación implicaría a los ejércitos más grandes del mundo”, añade Gil.
Qué papel jugaría España
España forma parte de la OTAN, por lo que se vería implicada, de manera directa, en este hipotético conflicto, pero, ¿qué papel jugaría?. “Hay un principio jurídico internacional, los compromisos se mantienen y existen en los planes ordinarios de la OTAN. Por ejemplo, tenemos efectivos en las repúblicas bálticas o en Rumania apoyando las misiones de vigilancia y de seguridad, en el marco de las medidas preventivas que tiene el conjunto de la OTAN de forma ordinaria”, nos explica el experto.
En caso de conflicto internacional, estos militares, ya desplegados, se activarían, pero, además, España puede aportar nuevos efectivos, en función de sus capacidades y otros factores: “La legislación española obliga al Gobierno a acudir al Congreso de los Diputados para desplegar más fuerzas militares de las que tenga autorizadas. Obligaría a España a cumplir con los compromisos de defensa mutua en la medida que nuestro país lo decidiera pero, teniendo en cuenta, que existen obligaciones de trabajo continuo dentro de la organización”.
(COPE)