Frikifacha, esperpéntico, provocador… José Eugenio Arias-Camisón, el hostelero vinculado a Vox que causa cada vez más asco y vergüenza ajena
Constituye por sí mismo las mejor explicación de por qué la derechona no le gana a la izquierda una sola batalla cultural. Hablamos del propietario del Asador Guadalmina de Marbella, José Eugenio Arias-Camisón, una persona tan cómica que se ha convertido en fuente inspirativa para algunos de los cargos más risibles de Vox en la provincia de Málaga. Balandrón e incoherente hasta decir basta, nuestro personaje adquirió cierta notoriedad en 2011 con la aprobación de la ley antitabaco, una norma que el dueño del establecimiento no estaba dispuesta a cumplir.
Así lo aseguró el hostelero, quien afirmó rotundo que permitiría seguir fumando a sus clientes contraviniendo lo expresado en la ley. Esta decisión, que llegó a respaldar con la colocación de un cartel hacia la calle en el que invitaba fumar en su local, le valió una multa de 145.000 euros por parte de la Junta de Andalucía. Cuando la cosa se puso seria y a punto como estaba de que le cerraran el restaurante, José Eugenio reculó y cedió a la normativa.
Posteriormente fue señalado por las condiciones laborales que ofrecía a sus trabajadores. Entre ellas, una jornada laboral de 12 horas diarias durante seis días a la semana. Salario de 900 euros, del cual la mitad se pagaba en negro, y alta en la Seguridad Social de tan solo el 30% de lo trabajado, según denunció un sindicato.
Su camino y el de Vox se bifurcaron en un bosque de avenencias y desavenencias, según el soplo del viento. De entrada, su local ha sido escenario de algunos mítines de Vox, el último protagonizado por Iván Espinosa de los Monteros.
En un video colgado en redes sociales se deshizo en elogios hacia la gestión de Antonio Sevilla al frente de la Gestora-okupa de Vox Málaga. Dijo que el partido volvía a estar unido y a ser un ejemplo de relaciones fraternas. Si tuviéramos confianza con José Eugenio, le preguntaríamos por la marca del espirituoso que tomó antes de su atropellada alocución, mayormente para no recomendársela a ninguno de ustedes.
Sólo unos días más tarde, el presunto restaurador declaraba al digital El Español que había hablado con Santiago Abascal y “le dije que Vox aquí es un desastre, que el desarrollo territorial del partido está fatal”. “Todo el mundo quiere un sillón y por eso se están partiendo leches”, añadió.
Visto un cambio de opinión tan drástico, nos preguntamos si hacerle caso a lo que dijo antes y después. Conociendo un poco al personaje, lo más juicioso es no hacerle caso en ninguna de las ocasiones.
“Igual es que las mujeres no quieren trabajar con un jefe que las llama feminazi”
Espejo Público ha vuelto a entrevistar al esperpéntico hostelero. El matinal de Antena 3 no lo presenta así y se refiere a él como si fuera un empresario hostelero cualquiera pese a que es invitado para hablar de las supuestas dificultades para encontrar camareros que quieran trabajar.
Según él, la falta de personal es culpa de la gente y no de las precarias condiciones laborales del sector de la hostelería. “La gente no quiere trabajar. La gente se conforma con el ‘coliparo’ y con los 400 euros que dan en ayudas”, ha sostenido en pleno debate sobre las condiciones de trabajo de los camareros tras el supuesto paro —finalmente desconvocado— de los hosteleros en la Feria de Abril.
Sus declaraciones no han pasado desapercibidas por las redes sociales, que han recordado la hemeroteca y el pasado del hostelero. Y es que su restaurante es conocido porque vende gel antirojos y porque su dueño se opuso a la ley Antitabaco de 2011.
Sin embargo, aún más llamativo ha sido el final de la intervención porque el hostelero ha salido escaldado del programa. José Eugenio Arias aprovechó la ocasión para lanzar mensajes contra el movimiento feminista: “En lugar de regalar 20.319 millones al ministerio feminazi, que se dediquen a la hostelería, a la agricultura, al transporte, a esas cosas, y no a tonterías”. “Es que yo soy antifeminista, ¿sabe? Les tengo mucha manía a ese sector. Están haciendo mucho daño a España”, continuó.
Ninguno de los colaboradores que estaban en la mesa le siguieron el juego y le recriminaron sus palabras, pero el punto final lo puso Roberto Brasero, que sentenció sobre las dificultades que dice tener para encontrar camareros: “Igual es que las mujeres no quieren trabajar con un jefe que las llama feminazis”.
Todas las leyes liberticidas que han venido después son fruto de haber aceptado la ley antitabaco que atenta contra la más básica libertad individual. Nadie te obliga a estar en un bar, si algo te molesta puedes marcharte y no pasa nada. Un propietario puede abrir un local para gente gay y si no te gustan los gays, no vayas que nadie te ha llamado. Puedes abrir un salón de té donde no se sirva alcohol y si quieres beber una cerveza puedes irte al bar de enfrente que allí si que sirven cerveza, Puedes abrir un local donde no… Leer más »
oiga, y no habla de la liberticida industria del tabaco?
No, y tampoco hablo del amor de muchos de nuestros conciudadanos por el totalitarismo liberticida de nuestra partitocracia.
La infracotizacion y pagar sueldos de mierda es ser buen español? Es ser buen cristiano? Vaya, parece que para este hostelero ser injusto es rentable..bueno…veremos cuando tenga dar cuentas a Dios. Por lo demás gracias por la información, ya sé dónde no parar a comer en lo que me queda de vida. Noe sentiría tranquilo.
Es penoso que, mientras desde Sanidad se preocupan por que el tabaquismo y suas trágicas consecuencias sean algo del pasado, haya quien todabvía reniegue de dicha prevención y se muestre contrario a una Ley que es para el bien común. Este personaje tendría que fijarse en el ejemplo de Bhutan, pequeño país del Himalaya, en donde el tabaco ya es ILEGAL. O n Dinamarca, que comenzará a prohibir la venta, de momento, a los nacidos a proimcipipo de este milenio.