La tradición cancelada
El padre Gabriel Calvo Zarraute afirma en el artículo que publica Reino de Valencia en su número 135 que «recuperar nuestra historia es una tarea tan necesaria como difícil hoy en día, pero sin el conocimiento de la historia no es posible encontrar el sentido de la existencia humana y esto nos compromete a todos», y efectivamente, recuperar nuestra historia, nuestra tradición, no solo es una tarea necesaria, sino urgentísima e inaplazable, por cuanto los llamados medios de comunicación de masas, aliados con los gobiernos occidentales, y contando con la pasividad del pueblo, están forjando a marchas forzadas un nuevo hombre en el que la humanidad estará ausente.
El nuevo hombre que tanto nos anuncian es el hombre programado, frente al hombre culturizado propio de la tradición, entendiendo cultura como conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo. El hombre sin tradición sin pasado y sin costumbres se encuentra perdido en el mar de la realidad, incapaz de pilotar su nave hacia puerto seguro, y sometido al capricho de los vientos.
Actualmente nuestra sociedad no es la sociedad de la información, como algunos dicen, sino la sociedad de la cancelación. Se cancela la historia, se prohíbe la verdad, se derriban estatuas, se manipula el lenguaje, se allana la diferenciación sexual, se iguala el concubinato con el legítimo matrimonio, se cancela la vida humana mediante el aborto y la eutanasia, se propaga el error, y cualquier lealtad a unos principios, cualquier defensa de la verdad, se considera reacción fascista.
La tradición ante todo es enseñanza de las generaciones pasadas, testimonio de nuestros mayores, herencia a beneficio de inventario, adoración al fuego que calienta, y no a las cenizas que ensombrecen, y por eso el tradicionalismo es el principal objetivo de la ideología woke y de la corriente canceladora que barre el pensamiento de todo occidente, pues la tradición sitúa al hombre en la realidad, le dota de pasado, y le proporciona herramientas para enfrentar el presente y construir el futuro desde la libertad que nace de la verdad.
En una época en la que la presión social, el silenciamiento, y la autocensura, son las principales armas de la revolución, nosotros hemos de dar testimonio de la verdad, hemos de convertirnos en la conciencia discrepante con lo políticamente correcto, aunque esta discrepancia nos condena al exilio civil, al olvido, y nos relegue a la categoría de parias, pues el fuego que nos legaron las generaciones que nos precedieron ha de ser transmitido a las nuevas generaciones, y aunque sea necesario mantener la llama en las hogueras del desierto y la soledad, hemos de conservar el fuego sagrado de la tradición que algún día volverá a incendiar los corazones, y volverá a iluminar a los pueblos hoy sometidos a la más oscura de las noches.
Parafraseando al padre Gabriel Calvo Zarraute «sin la tradición no es posible encontrar el sentido de la existencia humana».
Celebro mucho que don Carlos Pérez Roldán Suanzes colabore en Alerta Digital.
El diario que dirige, TradiciónViva.con, y la Asociación Editorial Tradicionalista, son muy recomendables, y quienes no los conozcan, ya tardan…
Sin duda alguna, una gran aportacón, y un enriquecimiento, para ALERTA DIGITAL, y, a la recíproca, también para TRADICIÓN VIVA.
Es bueno, excelente, que los que pensamos lo mismo, permanezcamos lo más unidos posible.