La mayoría de las personas están completamente convencidas de que el Feudalismo es cosa del pasado, concretamente de la Edad Media. Además, si les preguntamos, mucha gente lo tiene asociado a cosas muy malas, a esclavitud, a miseria, a ignorancia, a injusticias.

Por otra parte, se asocia el fin del Feudalismo con el advenimiento de la Edad Contemporánea, que va desde la Revolución Francesa, Declaración de Independencia de los EEUU o Guerras de Independencia Hispanoamericanas hasta nuestros días.

La Revolución Francesa pensó atajar el problema del atraso feudal desde un punto de vista intelectual con los ideales de L’Encyclopédie de Diderot y D’Alenbert cuyo propósito fue reunir y difundir, en un texto claro y accesible, los frutos del conocimiento y del saber acumulados hasta entonces a la luz de la razón. Por otra parte, en lo político Jean-Jacques Rousseau introduce la idea de separación de poderes, según la cual los poderes legislativo, ejecutivo y judicial del Estado son ejercidos por órganos de gobierno distintos, autónomos e independientes entre sí. Esta es la cualidad fundamental que caracteriza a la Democracia Representativa.

Pero en un orden práctico, el Feudalismo se basaba en el principio de la división de la sociedad en dos clases:

LA ÉLITE FEUDAL: formada por el Rey, los Aristócratas y el Clero. Lo esencial de la Elite era que:

– No pagaban Impuestos

– Tenían una legislación especial para ellos, diferente a la del pueblo, lo que les permitía quedar impunes ante la mayoría de los delitos que cometían, y por los que la gente común era ahorcada.

– Se reservaban en exclusiva para ellos y para sus familiares el acceso a los puestos de gobierno o a los empleos de mayor confianza y poder, a los que la gente común no podía ni soñar de lejos llegar a ocuparlos algún día pese a estar sobradamente preparados.

LA NO ÉLITE: estaba formada por el pueblo llano, el cual

– Pagaba impuestos, por casi todo. Como diríamos hoy día, hasta por respirar.

– Era enjuiciada por el ordenamiento común, durísimo incluso con delitos insignificantes, a fin de dar ejemplo. Con los de arriba esto no era necesario.

– Prácticamente no podían acceder a la función pública.

– Estaba constituida por más del 90% de la población.

Los revolucionarios franceses tenían en su cabeza la idea de un FEUDALISMO ARISTOCRATICO, por lo que pensaron que mandando a la guillotina al rey y a los nobles de cuna, cortarían por lo sano con el problema. Y así procedieron: El rey Luis XVI fue condenado a muerte en la guillotina por el gobierno revolucionario de la Convención, el 21 de enero de 1793, declarado culpable de “conspiración contra la libertad pública y de atentado contra la seguridad nacional”. También guillotinaron a su esposa María Antonieta y a un sinfín de aristócratas.

Un hecho oscuro y desconocido, que no se enseña en las escuelas es que los revolucionarios franceses, en pleno Régimen del Terror de la Revolución Francesa, pusieron en marcha el primer GENOCIDIO SISTEMÁTICO DE LA ERA MODERNA contra el Alzamiento Católico y Monárquico de los campesinos de la Vendée. Una matanza monstruosa de católicos en todo el este de Francia.

Recientemente ha salido a la luz una novela censurada del genial Julio Verne titulada “El Conde de Chanteleine”, que ha permanecido silenciada durante dos siglos por la Historiografía Oficial de la República Francesa. El editor de Verne, Pierre-Jules Hetzel, siendo éste ya un escritor famoso, se negó a publicarla en un solo volumen, debido a que la novela mira con simpatía el alzamiento católico.

El cualquier caso nadie parece haberse percatado que el Feudalismo permanece actualmente intacto y lo seguirá estando pese a que hubiese mil revoluciones francesas. Para empezar hago señalar que el Feudalismo es comparable a una HYDRA, animal este que presenta una increíble capacidad de regeneración. Si se le corta la cabeza, le brotan siete cabezas nuevas.

Y así ocurrió en realidad, pues los revolucionarios franceses cortaron una CABEZA ARISTOCRATICA resumida en la cabeza de Luis XVI, y entonces brotaron:

– Una CABEZA POLITICA

– Una CABEZA BANCARIA

– Una CABEZA PERIODÍSTICA

– Una CABEZA MILITAR

– Una CABEZA JUDICIAL

– Una CABEZA SINDICAL

– Una CABEZA EMPRESARIAL

Y muchas más cabezas que siguen constituyendo hoy una Elite, frente a la No Elite de siempre.

Si como ejemplo nos fijamos en la Elite Política, los frecuentes escándalos nos demuestran que se las ingenian para no pagar los impuestos que les corresponden y para enriquecerse rápidamente y sin trabajar duro.

Que nombran a los miembros de los tribunales que en teoría tendrían que juzgarlos; en nuestro caso el Tribunal Supremo. Y nosotros nos tenemos que creer que alguien que ha sido puesto ahí por un político lo va a emplumar y empapelar llegado el caso. Ellos son señores feudales que disfrutan de AFORAMIENTO que es como llaman ahora a quedar impunes tras la comisión de delitos, que a cualquiera de nosotros nos arruinarían la vida.

Asimismo existe una ENDOGAMIA de tal modo que los mejores puestos se los reparten estos señores: la hija de un banquero es una banquera, el hijo de un catedrático universitario sale catedrático aunque sea un perfecto inútil, y así ocurre con los diplomáticos, altos funcionarios de la Unión Europea, etc.

Como podemos ver, las características que definían al Feudalismo Medieval, sigues vigentes y multiplicadas en el Feudalismo Contemporáneo, al que he definido como Feudalismo 2.0