God is great
Con esta frase inglesa afirmativa (Dios es un ser excelente; Dios es bueno) he querido contradecir la que da título al libro (quizás, más libelo) del periodista, escritor y conferenciante Cristopher Hitchens (God is not Great). Porque, señor Hitchens, no sólo que Dios es el ser bueno por antonomasia, sino que es bueno, útil, creer en Él. Y no hacen falta más razonamientos filosóficos a favor o en contra de la afirmación de esta “necesidad”. Ya se ha escrito mucho sobre el tema. Es suficiente el argumento de Blaise Pascal, que se basa en que la existencia de Dios es una cuestión de azar. Por lo tanto, más vale creer que existe. Puedo resumirlo así: creo en la existencia de Dios “por si acaso”. Es el argumento del jugador: si no participo, seguro que no me toca. “Por si acaso”, juego. Siempre que no sea compulsivamente. Igual que ocurre con las religiones: si te introduces demasiado en sus dogmas y sigues los Libros Sagrados al pie de la letra, sin valorar tiempo y sociedad para la que fueron escritos, te convertirás en un integrista. Y eso es muy peligroso, para el integrista-terrorista (que se condena solo) y para el resto de la humanidad. “Paras estos extremistas que matan en su nombre, / se cierra el Paraíso y se abre su condena; / un solitario grito se oirá en su eterna noche, / pues Dios se olvida siempre de las almas enfermas//. Así finaliza una composición poética, titulada Un mismo Dios, de mi reciente libro “La Unión hace la gesta”.
Podría haber finalizado esta estrofa con el último verso así: “pues Dios castiga siempre a las almas enfermas”. Y hubiera cumplido con la forma métrica que me propuse al escribir este poema: versos alejandrinos. Pero muy lejos de mi intención el dejar abierta la creencia en un Dios de castigo eterno. Porque el infierno no existe, les decía a mis alumnos de Bachillerato/Secundaria, al empezar el curso escolar. Les decía: en mi materia, estáis todos aprobados.
El suspenso, como el infierno, no existe. Pero, atentos: hay quien se empeña/insiste en ir, y ese va. Es decir, el infierno como los suspensos no existen, pero habrá un infierno/suspenso muy particular para ese que decide ir por ese camino. Y eso no depende de mí. También los tranquilizaba/animaba con el consejo de Samuel Beckett: fracasa, no importa; fracasa otra vez, pero fracasa mejor. Así, con ese positivismo debemos continuar con todos nuestros propósitos. Igualmente, con nuestras caídas/tentaciones terrenales, como seres humanos que somos, pues Dios nos perdonará siempre. Siempre que estemos dispuestos a seguir el consejo de Beckett, naturalmente.
Y finalizo este artículo con una frase-corolario de todo lo dicho, que puede parecer (lo es) algo vulgar, con la que aún me saludan algunos alumnos (y alumnas, ¡no faltaba más!): “ante la duda, la más cojonuda”.
Cuando es preguntado Jesús sobre el perdón, su respuesta es contundente ” Dícele Jesús : No te digo siete veces sino hasta setenta veces siete” -Mateo18, 23. Es Su enseñanza sobre la generosidad del perdón. Perdonar salva, Perdonar dignifica, Perdonar es donde realmente se demuestra nuestra semejanza a Dios misericordioso,,, pero que tendrá en cuenta si nosotros perdonamos o no a los que nos ofenden, tal como nosotros Le pedimos que nos perdone nuestras ofensas a Él, pues como recuerda Jesús ··” porque con el juicio que juzguéis seréis juzgados, y con la medida que midáis se os medirá” –… Leer más »