Corea del Norte culpa del brote del virus a globos cargados de COVID-19 volados desde Corea del Sur
DW.- Corea del Norte sugirió este viernes que su brote de COVID-19 comenzó en personas que estuvieron en contacto con globos lanzados desde Corea del Sur, una afirmación muy cuestionable que parece ser un intento de responsabilizar a su rival en medio de las crecientes tensiones sobre su programa nuclear.
Durante años, los activistas han hecho volar globos a través de la frontera para distribuir cientos de miles de folletos de propaganda que critican al líder norcoreano Kim Jong-un, y Corea del Norte ha expresado a menudo su furia contra los activistas y contra los dirigentes de Corea del Sur por no detenerlos.
Las autoridades sanitarias mundiales afirman que el coronavirus se propaga a través de personas en estrecho contacto que inhalan gotitas en el aire y es más probable que se produzca en espacios cerrados y mal ventilados que al aire libre. El Ministerio de Unificación de Corea del Sur dijo que no había ninguna posibilidad de que los globos surcoreanos pudieran haber propagado el virus a Corea del Norte.
Comprobado de “de manera científica y definitiva”
Por su parte, el régimen norcoreano asegura que una comisión de investigación “comprobó de manera científica y definitiva” que el brote se originó en la aldea rural de Ipho, en el extremo sureste del país y a unos 9 kilómetros de la frontera intercoreana, según informó la agencia estatal KCNA.
“Como resultado de la pesquisa, se conoció que las fiebres (término que usa el régimen para referirse a casos sospechosos, dada su falta de capacidad para testar) comenzaron en varias personas que se trasladaban a la capital desde la zona de la aldea de Ipho” y que aumentaron “de manera brusca” entre los contactos de estas personas.
En concreto, el artículo dice que “a principios de abril, un militar de apellido Kim (de 18 años de edad) y un niño de jardín de infancia de apellido Wi (de 5 años) tuvieron contacto con algunas cosas extrañas en una loma alrededor del cuartel y de la aldea y se observaron en ellos las características clínicas que se consideran síntoma principal de la COVID-19”.
El texto añade que “además, ambos dieron positivo en la prueba de anticuerpos del SARS-CoV-2”.
El régimen sugiere de esto modo que la ola de COVID-19 en el país se originó a partir de basura que voló desde el sur, una hipótesis que los expertos ya están considerando altamente improbable.
El servicio secreto surcoreano cree, de hecho, que la ruta de entrada más probable del virus, cuya presencia Corea del Norte detectó por primera vez en pandemia a principio de mayo, fueron los intercambios comerciales con China.
Con el país reportando entre 4.000 y 5.000 casos sospechosos a diario, las autoridades locales aseguran que 4,74 millones de sus ciudadanos (casi el 20 % de la población) han padecido “fiebres” desde finales de abril, que el 99 % se ha recuperado y solo unos 8.130 están en tratamiento.
Solo 73 personas han fallecido aparentemente de COVID-19.
Las cifras no se corresponden con las evoluciones de la enfermedad en otros países y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido al régimen que comparta datos más concretos.
Corea del Norte, que aún no había puesto un solo pinchazo hasta mayo, ha rechazado ofertas de ayuda sanitaria, incluyendo vacunas, de Corea del Sur o Estados Unidos, pero, según la Alianza Global para la Vacunación GAVI, habría aceptado vacunas de China y empezado ya a administrarlas.
Preocupante del todo.