Amar a la Patria es nuestra ley: del Motín de Esquilache al Motín del Tajo
Por Laureano Benítez Grande-Caballero.- Desde que un día lejanísimo a un primate se le ocurrió bajar de su árbol allá en la garganta de Olduvai, el ser humano ha tenido una marcada proclividad a realizar movimientos de protesta contra el orden establecido, que han recibido diversos nombres según su naturaleza y sus características subversivas: revolución, asonada, rebelión, revuelta, pronunciamiento, golpe… y motín.
En estos tiempos posmodernos que estamos sufriendo en la actualidad, donde inventamos que es una barbaridad en todos los sentidos, las protestas se caracterizan fundamentalmente porque han sido monopolizadas por la progresía, por las izquierdas, por la jauría antisistema, que se echan a la calle por-un-quítame-allá-esas-pajas, buscando las descargas de adrenalina a la que son tan adictos, pues solamente así pueden dar un sentido a sus vidas horriblemente vacías de ideales, carcomidas por la náusea de una existencia absurda.
Todavía no han hecho una revolución como el Señor de las Moscas manda, aunque estén en ello: nada le gustaría más a las tribus izquierdistas que poner todo patas arriba ?como en el 36, paradigma revolucionario que tanto les pone?, pero, en el ínterin, van ejecutando su siniestro programa de manis, caceroladas, escraches, momentos leninistas, tuiterío filibustero, mociones de censura, etc.
Como se ve, todas estas acciones subversivas son protestas posmodernas, entre las cuales brillan con luz propia las acampadas en plazas, organizando montoneras vivaqueadas que quedan muy resultonas en los aparatos mediáticos.
No voy a preguntar qué montoneras organizan las derechas en España, porque todo el mundo sabe que, además de que no hay ninguna, en nuestra Patria lo más que tenemos al otro lado de las izquierdas son partidos centristas-liberales-progresistas, más mundialistas que la madre que los parió, felones hasta lo imposible, que incluso llegan enmendar la plana a la progresía en muchos aspectos.
Los españoles, raza animosa y corajuda -por no decir ese adjetivo que todos ustedes tienen en mente- hemos protagonizado también nuestras subversiones, claro está, aunque no exhibamos una revolución como la francesa, por supuesto -nada envidiable, por otra parte, esa rebelión masónica-. Más bien, nuestra especialidad han sido otro tipo de movimientos de protesta, especialmente los pronunciamientos militares o asonadas, y los motines populares.
La esencia del motín es que consiste en una revuelta de las clases populares contra lo que se percibe como alguna forma de opresión e injusticia. Sin embargo, en ocasiones el motín va dirigido contra una potencia ocupante, una minoría étnica percibida como privilegiada, las élites oligárquicas, o una institución determinada causante de los agravios.
Aparte de nuestras «Semanas Trágicas» y de las típicas matanzas de curas y quema de iglesias y conventos ?de las que hemos tenido con profusión a partir del liberalismo jacobino del XIX?, destacan en nuestra historia algunos motines significativos.
Por ejemplo, tenemos el llamado «Motín de los Gatos» -pues bajo ese nombre se conoce a los madrileños de pura cepa- disturbio que se produjo en Madrid el 28 abril de 1699 como protesta a la carestía de alimentos ?circunstancia motinesca que está en el origen de la mayoría de los motines que en el mundo han sido, por cierto?.
Un motín más conocido es el famoso «Motín de Esquilache», que estalló entre el 23 y el 25 de marzo de 1766, en el cual se aunaron la protesta por la carestía de los productos básicos de primera necesidad, y la contestación a la política reformista de la primera etapa del reinado de Carlos III, encarnada por el ministro italiano Esquilache. Una de estas reformas consistía en eliminar de la vestimenta de los madrileños las largas capas y el sombrero de ala ancha, objetando que favorecían el bandidaje y el crimen. Los amotinados pidieron, además de la bajada del precio de los principales comestibles, la caída del italiano y que desaparecieran los extranjeros de la administración. Por supuesto, también exigía que se revocaran las ordenanzas en contra de la vestimenta tradicional de los madrileños.
El tercer ejemplo lo constituye el motín más importante: el de Aranjuez, que tuvo lugar entre los días 17 y 19 de marzo de 1808, de contenido más claramente político, pues perseguía la destitución del valido Manuel Godoy, y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando.
Según el historiador británico E. P. Thompson, la verdadera causa de los motines hay que buscarlo en lo que él llama la «economía moral de la multitud», definida como la conciencia compartida por un pueblo de estar siendo víctima de una injusticia sangrante, lo cual le mueve a sublevarse para recuperar su dignidad.
En la actualidad, en vista de los furibundos ataques a la identidad y a la unidad de nuestra Patria, que está siendo objeto de un asalto despiadado por parte del NOM para destruirnos como nación, el pueblo español tiene tantos y tan variados motivos para amotinarse en contra de tantas opresiones e injusticias sangrantes, que me resulta realmente imposible entender por qué no se ha echado todavía a la calle en masa para mostrar su repulsa y su protesta por tanto dislate, tanta felonía, tanta corrupción, tanta mentira, tanta ineptitud, tanta tomadura de pelo, tanta cobardía y tanta complicidad con el NOM.
Tenemos tantas causas para una movilización popular que regenere y defienda a nuestra Patria amenazada, que dan ganas de preguntar: ¿A qué motín -o motines- se apunta usted? Las fundamentales son aquellas que se refieren al conjunto del Estado, pero también las hay más sectoriales y localizadas.
Me resulta inconcebible que después de 40 años de adoctrinamiento separatista e inmersión lingüística en Cataluña, el pueblo catalán que se siente español solamente haya organizado un par de manifestaciones de protesta. Eso ha sido todo, y todavía no tengo constancia de ningún motín de los padres para exigir que en las escuelas se garantice la enseñanza del castellano y la transmisión de una historia de España fiel a la realidad, y no con el fin de lavar el cerebro de sus hijos con la manipulación separatista.
Tampoco ha habido un motín de los padres con el fin de protestar contra el adoctrinamiento de sus hijos en la perniciosa ideología de género. En Castilla y León, gobernada por el PP, van a poner baños mixtos en las escuelas, para no molestar a los transexuales y a los alumnos que se sienten del otro sexo, y tampoco ha habido ningún amotinamiento.
De paso, tampoco estaría mal un motín de esos para protestar contra la alevosa ley de memoria histórica, uno de cuyos postulados clave es lavar el cerebro a nuestros hijos contándoles mentiras sobre la «memoria democrática» de una izquierda absolutamente totalitaria.
En los ayuntamientos gobernados por el frentepopulismo, están desmantelando cruces en las plazas públicas, y, aunque hay amotinamiento de una parte de los vecinos, la Iglesia calla, silencio que también se hace clamoroso cuando los separatistas cuentan los votos de su referéndum ilegal en las naves de las iglesias, o cuando los obispos catalanes hablan de presos políticos. Y, ¿han tenido ustedes noticia de algún motín protagonizado por las jerarquías eclesiásticas para protestar contra la absolución de tanto blasfemo?
Salvo algún gesto o alguna una declaración de protesta de algún matador de toros, tampoco ha habido motines en aquellas localidades donde ayuntamientos prevaricadores han prohibido las corridas de toros.
En un país donde se habla de la injusticia de los desahucios, se proporcionan viviendas gratuitas a ilegales y falsos «refugiados», sin que se organice un motín de los desahuciados.
Navarra, Navarra, patria de los requetés, sometida ahora a la crueldad de la euskaldunización, que apenas ha alcanzado para organizar una manifestación, en una Comunidad Autónoma donde solamente el 4% de la población habla euskera. Y lo mismo cabe decir del pueblo que asiste sin amotinarse a la catalanización de Baleares y la Comunidad Valenciana, o de los asturianos a los que los sociatas les quieren imponer el bable como lengua oficial, o de los gallegos, a los que se les lava el cerebro desde el poder con aquello de la «nación galega».
Motín más localizado sería -de producirse- el de aquellos comerciantes que protestaran contra el ilegal trapicheo de los manteros, comercio ilegal de productos ilegales.
Otra revuelta que tendría sobrados motivos para producirse sería la de aquellos españoles que decidieran defender el Valle de los Caídos de sus depredadores, que quieren convertirlo en un gigantesco antro de propaganda izquierdista.
Tampoco he oído nada sobre motines en los que los vecinos de una calle protestaran contra su cambio de nombre, por supuesto. Y, puestos a motinear, ¿qué me dicen de un motín de los sufridos automovilistas para protestar contra los ominosos carriles-bici, carísimos de instalar, y por los que apenas circula algún ciclista? ¿O contra el «Gran Hermano» que vigila a los conductores mediante una miríada epatante de cámaras, despliegue tecnológico instalado solamente con la misión de que los ayuntamientos hagan caja?
Pero, claro, la flor y nata de los-motines-que-no-son se la adjudico por unanimidad a la vergonzosa pasividad de todo un pueblo que contempla sin amotinarse el horror luciferino de un gobierno bafomético instalado en el Monte Pelado de la Moncloa mediante una moción de basura, verdadero golpe de Estado ?ellos no sólo se amotinan, sino que además golpean? perpetrado por un conjunto de partidos anti españoles cuyo objetivo es la destrucción de la Patria en un magma federal que nos lleve a las cloacas del NOM.
Gobierno que, además de favorecer que nos atraquen los buques «Kalergis», pretende volver a la sanidad universal, es decir, al «café-para-todos/as», machacándonos a impuestos con el fin de repartir subvenciones y prebendas a ilegales y «refugiado/as»; Gobierno que tiene la desfachatez de decir que no se puede prohibir el DIPLOCAT de los sediciosos catalanes, sabiendo que van a continuar con su golpismo, diciendo por boca del traidor mundialista Borrell que «estaremos atentos» a las actividades de la diplomacia catalana; Gobierno que ha levantado el control de las cuentas a una Generalitat golpista, que reforzará la ley de memoria histórica y las totalitarias ordenanzas de la identidad de género, y que luego irá a por la prohibición de la enseñanza de la religión católica en los centros de enseñanza… ¿Para qué seguir dando motivos para un motín, que sólo ha tenido como manifestación de protesta el tremolar de banderas en algunas ciudades españolas?
Aunque a la vista del pavoroso panorama, del sobrecogedor horizonte que flameará España con las llamas del Averno, la entronización de este gobierno bafomético da motivos para mucho más que un simple motín… para movimientos de protesta mucho más contundentes y generalizados.
Y así están las cosas: un pueblo que se echó a la calle para protestar porque le querían prohibir llevar capas largas y sombreros de ala ancha, permanece impasible ramoneando ante la telemierda, el fútbol y las terrazas cerveceras, incapaz de echarse al monte para echar abajo gobiernos, leyes e instituciones impresentables; un pueblo carente de «economía moral de la multitud», pero no por cobardía -nuestra raza nunca ha sido cobarde-, sino por su trágica indiferencia ante el derrumbe apocalíptico que se desarrolla a su alrededor.
Mayoría silenciosa, silencio corderil, pueblo sin pulso… acaso fruto de ese «vacío en la cabeza» que decía el masón Machado. Sin embargo, a este respecto, aunque la causa fundamental de la pérdida de nuestro coraje sea la horrible lobotomización que se ha perpetrado contra nuestro pueblo por parte de globalismo ?muy superior a la que ha tenido lugar en otros países? para explicar este siniestro fenómeno hay teorías variopintas de algunos investigadores que, aunque suenen a disparate, no me resisto a transcribir aquí: algunos dicen que están poniendo algo en el agua para, además de disminuir nuestra fertilidad, disminuir… otra cosa; y hay otros que dicen que esos productos químicos están en esas extrañas fumigaciones y estelas que se ven con inusitada frecuencia en nuestros cielos. Bromas surrealistas, sí, pero… vete a saber.
En fin, que, enlazando con la historia del legendario -aunque nonato- Caudillo del Tajo, espero que algún día España sea la Patria que, además de organizar motines como el de Esquilache y el de Aranjuez, organice para la posteridad el mayor ejemplo de motín que vieron los siglos: el «Motín del Tajo». Que así sea.
Yo me apunto a cualquier motín que impida que los trabajadores estén más de las 40 horas legales en el tajo y no puedan estar con su familia , como Dios manda. Ah, y si están más, que las cobren
No, maximo 40 horas. Las horas extraordinarias hacen que haya gente en el paro. Deberían de prohibirlas hasta que tengamos 0% de paro. El empresario que exige hacer horas extras debería estar penado por secuestro.
Nos prohibieron fumar en los bares y todo el mundo abedeció disciplinadamente. Nada justifica una medida como esa. Y nadie la cuestionó
Nada justificaba una medida como esa. A nadie obligan a estar en un bar. No es un centro de trabajo, no es una universidad, no es un ayuntamiento, no es un hospital, donde la gente tiene que ir quiera o nó, hablamos de un bar y si no te gusta como huele mejor te vas, seguro que tu familia se alegra de que te quedes en casa de vez en cuando en vez de pasarte todo el día en el bar. Por otra parte la gente que fuma es la gente que trabaja y paga las facturas y paga las… Leer más »
Has dado en el clavo
La conjura del NOM es tan sutil y secreta que muy pocos saben de ella, asi que se ve dificil un motin contra ello, ademas esta el descalificativo si crees en ello de ser conspiranoico, por lo visto no hay conjuras, son fabulaciones……..11m, 11 s ( si si este tambien, una torre como el Wt7 no afectada por los aviones la tiraron por demolicion a las pocas horas decaer las otras 2, oiga cuesta semanas preparar una demolicion, pero hagamosnos los ciegos) quien hace esas barbaridades solo tienen una definicion: Luciferinos. Creanlo o no, es la verdad, esa es la… Leer más »
Extraordinario artículo. España agoniza
Por supuesto que vendrá un nuevo “mesías” o caudillo a España y al resto de Europa, y ese falso mesías es llamado en el libro del Apocalipsis LA BESTIA, el cual gobernará solamente 42 meses implantando un imperio del terror, y después vendrá el verdadero Mesías del cielo, que es Jesucristo, acompañado por todos sus ángeles, y es solamente entonces cuando en Europa y en el resto del mundo vendrá la verdadera justicia y la paz. NO OS DEJEIS ENGAÑAR POR LOS FALSOS MESIAS, pues ya lo predijo el mismo Jesucristo, cuando nos dijo que nadie nos engañara, pues se… Leer más »
El motín de Esquilache va ser una minucia frente al motinazo que está fraguándose en España cuando a la gente se le vaya inflamando más y más los coj… o venas del cuello, por tener que aguantar a su vera a una masa de gente que no son de su idioma, ni de sus costumbres ni de su religión ni de na, que les empobrecen sus barrios, que se los violentan, que se los llenan de ruido y calamidad, que se les ponen delante para hacer cualquier tipo de fila social.
Don Laureano no sabe que envidia me da leer sus artículos, envidía y placer a partes iguales, Envidia sana por supuesto por esa habilidad para espresarse escribiendo, pero no todos nacemos con las mismas habilidades está claro, de todas formas chapó por su artículo,
Ya hace tiempo sospechaba lo del agua por lo que decidí pasarme al vino y a la cerveza, que además de evitar “eso” que le pongan anima mucho más el espiritu.
Un afectuoso saludo
Siempre tan amable, don Julio. Y, bueno, lo que parece cierto es que en el agua hay sustancias sospechosas, según afirma cada vez más gente que investiga estas cosas, pues esta mafia satánica pretende disminuir la fertilidad también usando estos nauseabundos métodos. Hay muchos artículos en la red que hablan de esto. En cuanto a lo de las fumigaciones y las estelas de los aviones… he leído sobre el tema, y lo cierto es que, si nos fijamos, cada vez hay más estelas en el cielo. Esta gente es tan psicopática y sociopática, que les creo capaz de cualquier cosa.… Leer más »
Don Laureano en primer lugar muchas gracias y en segundo lugar, aunque se que es suficientemente inteligente para tener que explicarlo, quiero manifestarle que mi comentario sobre el agua era simplemente un chascarrillo, nada más lejos de mi intención poner en duda su información. Es más estoy convencido que si no lo han hecho ya no tardaran en hacerlo sin el más mínimo excrupulo.
Un afectuoso saludo
Amor patriae nostra lex
Dulce et decorun pro patri mori.
Habría que saber si esos motines que Ud menciona fueron espontáneos… soy de la opinión que nada lo es. Nos conducen a golpe de AGITPROP..
Y… el otro día, voy y me entero que la agitprop fue un invento de los Liberales.
( toma castaña )
La diferencia entre un motín y una revolución no está en la violencia o en la cantidad de tiros pegados. La diferencia es que un motín no cambia casi nada y una revolución lo cambia todo. Podemos decir que hay un antes y un después de la Revolución Americana, de la Revolución Francesa y de la Revolución Rusa (para bien o para mal, ojo) pero difícilmente podemos decir que haya un antes y un después del motín de Esquilache, del de los gatos o de cualquier otro motín, revuelta, alboroto o algarada.
Por esto, esperemos la Revolución del Tajo.
Pues los tres motines españoles que relató en el articulo consiguieron sus objetivos. Pero, claro, para echar abajo toda la inmundicia de gobiernos traidores hace falta toda una revolución, un pueblo en la calle. También la Victoria contra los franceses comenzó con el motín madrileño del 2 de mayo. Lo que pasa es que, mientras se espera a una revolución, no se hace nada, con lo cual cada vez es más difícil defendernos de nuestros enemigos.
Si todos los españoles afectados por injusticias sangrantes se apuntaran a sus motines, su conjunto podría tirar abajo el gobierno. Un saludo
Sólo hay indignación, pero no decisión.
Si esos mismos todos españoles se pusieran de acuerdo para no votar en las siguientes elecciones legislativas, no solo caería el Gobierno sino el sistema entero, corrupto como está hasta la médula, se iría al traste. Una revolución también, pero sin derramamiento de sangre.
Una buenísima idea. Revolucionaria. Es igual que la iniciativa que circula por ahí de no pagar impuestos
Pues yo pienso que estos corruptos que malgobiernan seguirían aun cuando hubiera una abstención del 90%.
No me malinterprete, Don Laureano. Soy partidario del levantamiento popular pero no bajo la forma de un motín sino de una revolución. Porque aquí no estamos hablando de conseguir unos objectivos que, como Usted bien dice, consiguieron dichos motines sino de conseguir El Objetivo.
Ya no hablamos de echar a un político malo, como el tal Esquilache; ahora hablamos de limpiar la Nación de políticos nocivos.
Un saludo cordial y mi agradecimiento sincero por haberme hecho digno de su respuesta.
La lápida se cierra sobre España, Ya estamos en parada de cuerpo, pero el cerebro continua. Estamos siendo enterrados vivos y la gente nadie quiere ningún tipo de líos. Zero violencia. Pues para esa pusilanimidad estamos adoctrinados. Ahora bien como no hay remedio armamentístico pues queda confiar primero en la clemencia del profeta, luego en los rusos y luego en los chinos que vendrán a salvar a sus compatriotas, sus tiendas de chinos, sus putas chinas y a Mao que los fundo a todos ellos.
Estamos en el precipicio,,, esto no tiene ya marcha atrás salvo oración y sacrificio… sino, solo queda esperar el colapso,
Cuanto falta para el dia de san sea acabo?
Fíjese como está Francia y saque conclusiones.