En la semana que terminó el 1 de julio, la semana más reciente para la que hay cifras disponibles, se registraron 10.357 muertes, 1.128 o 12,2% por encima del promedio de cinco años. De estos, 332 se registraron con Covid como causa contribuyente y 212 se registraron como debido a Covid como causa subyacente. Esto deja un exceso de 916 muertes por una causa subyacente que no sea COVID-19, lo que eleva el exceso total de muertes no relacionadas con Covid en las 10 semanas desde que comenzó el pico reciente a fines de abril a 8.756 muertes.

Los expertos en salud han pedido una investigación urgente de esta tendencia alarmante, aunque el Gobierno aún tiene que señalar que tiene la intención de hacerlo u ofrecer alguna explicación de la alta tasa de muertes.

Al observar las muertes por fecha de ocurrencia, si las comparamos con el lanzamiento de las dosis de la vacuna en la campaña de refuerzo de primavera entre los mayores de 75 años en Inglaterra, podemos ver lo que parece ser una correlación, lo que significa que se debe investigar una posible conexión. La fuerte caída en la semana más reciente puede ser una indicación de que la ola está disminuyendo, aunque la crisis en los servicios de ambulancia y la capacidad hospitalaria aún está por verse.

Al desglosar los datos por edad, la proporción de muertes en exceso no relacionadas con Covid en los mayores de 75 años volvió a subir al 74% esta semana, luego de caer brevemente al 64% la semana pasada.

Al observar las muertes por causa , podemos ver que las muertes cardiovasculares (relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos) de diferentes tipos se han elevado durante el período (la línea púrpura punteada es el número esperado de muertes). Tenga en cuenta que estos gráficos se relacionan con cualquier causa mencionada en un certificado de defunción, no solo con la causa subyacente, lo que significa que la muerte de cada persona puede aparecer en varios gráficos, una vez por cada causa de muerte registrada.

La diabetes, las enfermedades del sistema urinario y las enfermedades del hígado también se han disparado.

Por otro lado, los cánceres no están corriendo particularmente alto. Esto es algo sorprendente dado el retiro de la atención médica en los últimos dos años y medio. Sugiere que algo más está sucediendo además de la falta de acceso a la atención médica.

Las muertes respiratorias tampoco son altas, lo que subraya el pequeño papel que desempeñan el COVID-19 y virus similares en la tendencia.

¿El Gobierno en algún momento va a reconocer este problema e investigarlo?