Cuarenta años de Velador, el primer y único toro indultado en Las Ventas
Alfonso Ávila.- Hace cuatro décadas fue indultado el toro de la ganadería de Victorino Martín, hasta el momento el único astado al que se le ha perdonado la vida en la monumental madrileña.
Con lleno total en los tendidos se celebró la Corrida a beneficio de la Asociación de la Prensa. En corrida concurso de ganaderías se lidiaron toros de Miura, Hernández Plá, Victorino Martín, Herederos de Salvador Guardiola, Fermín Bohórquez e Hijos de Celestino Cuadri. Los toros de Miura y Cuadri fueron pitados en el arrastre, ovacionados los de Hernández Plá y Bohórquez e indultado el ejemplar de Victorino Martín. Manolo Cortés no tuvo su tarde y fue pitado en sus dos toros, mientras que fue silenciada la labor de José Antonio Campuzano, siendo tan solo ovacionado Ortega Cano por su labor frente al ejemplar de Victorino Martín.
La corrida se celebró en unas fechas no muy habituales, en pleno mes de julio. No obstante, como contó Salvador Pascual para Aplausos: “Vicente Zabala consiguió llenar la plaza de Las Ventas hasta la bandera en la Corrida de la Prensa. Con un cartel pobre de toreros consiguió sin embargo programar una corrida muy interesante por la categoría de las divisas que concurrían al concurso y por la presentación del ganado. Es, sin duda, desde hace años, la corrida concurso de ganaderías más importante de cuantas se celebran en España”.
Como suele suceder hoy día, los indultos no están exentos de polémica, y más aún si se trata de la primera plaza del mundo. El mismo Salvador Pascual titulaba su crónica para Aplausos destacando la “extraordinaria pelea en varas del toro de Bohórquez en la corrida de la Prensa”, omitiendo por tanto el toro del indulto.
No obstante, hizo un análisis toro por toro de la corrida, relatando así al toro de Victorino: “El tercero de la tarde, marcado con el número 121, de 520 kilos y de nombre Velador, fue el primer toro indultado en esta plaza. No remata de salida en los burladero y echa las manos por delante en el capote saliendo suelto del mismo. Se va a las tablas persiguiendo a un peón que se refugia en el burladero cercano a la puerta de la enfermería. Al salir hacia afuera arremete contra el picador reserva que se encontraba sobre las dos rayas. Embiste al caballo de frente por el pecho y lo derriba rápidamente recibiendo como mucho un picotazo. Lo ponen ya en la jurisdicción correcta y toma con fijeza un puyazo. Se arranca bien al segundo puyazo y sale suelto. Cambia el tercio la presidencia y recibe una bronca. Con raza, repite en la muleta metiendo bien la cabeza pero no con la nobleza de los que lidió en San Isidro. Se nota que está poco picado y aunque tiene largo recorrido es pegajoso y se revuelve muy pronto al final del pase. Ortega Cano está valiente y se pelea con él sacando un derechazo y uno de pecho muy buenos. Grupos aislados de pañuelos mueven a toda la plaza solicitando el indulto que se concede. Durante dos horas se negó a volver a los chiqueros sin denotar agotamiento ya que estaba poco picado. Sin embargo huyó de los capotes que intentaban llevarlo a la puerta de chiqueros y con las luces semi apagadas escarbó. Ovación posterior a Ortega Cano”.
En el libro “Victorino por Victorino”, el mismo ganadero aclara que es un error escribir Belador con B, ya que el toro indultado viene de la familia de las Vencedoras y se escribe con V, al mismo tiempo que destaca las cualidades de Velador, aludiendo a que fue una res fue “muy enrazada y con bravura seca”.