El exasesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, acusó a la Administración Biden de convertir a Estados Unidos en el «epicentro mundial» del tráfico de niños debido a las políticas fronterizas de la administración.

«Estas cifras astronómicas desafían cualquier comparación histórica. Los registros anteriores se han superado de forma tan abrumadora que no hay punto de referencia. Biden, con la ayuda inquebrantable de 50 demócratas del Senado, está dirigiendo la mayor operación de tráfico de niños que nuestro mundo haya visto jamás», escribió Miller en Twitter durante el fin de semana en respuesta a un informe en el que se constata que unos 250.000 niños cruzaron la frontera y fueron enviados a «patrocinadores» desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo el año pasado.

Miller, que fue uno de los artífices de la Administración Trump y actualmente dirige el grupo America First Legal, añadió en otra entrevista que la política está creando «la mayor epidemia de tráfico de niños de la historia de la humanidad».

«Ha enriquecido a prácticamente todos los principales traficantes de niños del hemisferio y más allá. Ha llenado las filas de la MS-13. Ha creado una industria gigantesca de enorme alcance mundial», declaró el lunes al Washington Examiner. «Y ha convertido la frontera de Estados Unidos en el epicentro mundial de la trata laboral, trata sexual y la esclavitud moderna».

El comentario de Miller se produce cuando cada vez más estadounidenses ven la crisis fronteriza como una invasión, según una encuesta reciente.

Más de la mitad, o el 54 por ciento, dijo que cree que es cierto o «algo cierto» que Estados Unidos está experimentando una invasión en la frontera. Los republicanos fueron mucho más propensos a decir que la afirmación es cierta, con un 76 por ciento de acuerdo, en comparación con el 40 por ciento de los demócratas y el 46 por ciento de los independientes.

Debido a la relajación de las políticas de aplicación de la ley de inmigración, muchos extranjeros ilegales han sido liberados en el interior de Estados Unidos, mientras que las deportaciones se han desplomado. La Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) dijo que los encuentros con inmigrantes han superado los 2 millones este año fiscal, un récord.

La oleada de inmigrantes ilegales ha llevado al gobernador de Texas, Greg Abbott, a enviar grupos de extranjeros a lugares como Washington, D.C., y la ciudad de Nueva York, lo que ha provocado el rechazo y las críticas de los líderes demócratas de esas municipalidades.

«La ciudad de Nueva York es el destino ideal para estos inmigrantes, que pueden recibir la abundancia de servicios municipales y de vivienda de la que el alcalde Eric Adams ha presumido dentro de la ciudad santuario», dijo Abbott en un comunicado el 5 de agosto. «Espero que cumpla su promesa de recibir a todos los inmigrantes con los brazos abiertos para que nuestras ciudades fronterizas, desbordadas y abrumadas, puedan encontrar alivio».